La rapidez y el gran número de grupos científicos
investigando en células madre hace que los avances en este campo sean
como una carrera de obstáculos: se van derribando barreras a medida que
se busca la meta que sería, básicamente, su uso para curar enfermedades
humanas. Uno de los múltiples obstáculos para lograr tal fin es el que
ha tumbado un equipo de investigadores dirigido por Shoukhrat Mitalipov,
el mismo que consiguió por primera vez en el mundo clonar un embrión humano
hace menos de un año. Su último logro seguramente cambie los libros de
Biología. Lo que no está tan claro es que tenga la misma repercusión
mediática. El citoplasma (la zona que rodea al núcleo) de un óvulo no fecundado tiene capacidad para reprogramarse. Pero se creía que esa capacidad se perdía al ser fecundado. Un hecho que demostraba estas dos afirmaciones era la clonación de mamíferos que sólo se había logrado utilizando óvulos sin fecundar a los que se extraía su núcleo y se les insertaba el de otra célula adulta que se quería clonar. Así, se han clonado diferentes animales como ratones, ovejas, monos... e incluso embriones humanos. El hecho de que nadie hubiera podido hacer clonación con óvulos fertilizados hacía pensar que era un objetivo inviable. Y ha sido así hasta que Mitalipov, de la Universidad de Oregón (EEUU), ha dado un paso que otros no supieron dar.
El estudio donde muestra que esto es posible, publicado en la revista Nature, propiciará que cientos de científicos intenten replicar lo que ellos han logrado: la clonación a partir de un embrión murino de dos células. Y así luchar después por conseguir un objetivo común: una clonación terapéutica en humanos para reprogramar células adultas de pacientes. Con esta técnica, se podrían desarrollar tejidos sanos que sustituyan a los dañados por una enfermedad y sin riesgo de rechazo porque serían idénticos (clonados) a los del paciente. "Nuestro propósito ahora era probar que además de los ovocitos [óvulos] el citoplasma de la célula embrionaria también retiene su capacidad para reprogramarse", afirma a EL MUNDO Mitalipov.
Más allá de ese cambio conceptual en el aspecto de la Biología, las ventajas en aspectos éticos están por ver. Mitalipov asegura que su técnica está fuera de cualquier debate de este tipo: "Basándonos en nuestros resultados, creemos que es suficiente un solo blastómero [célula embrionaria], obtenido a partir de una biopsia de un embrión [sobrante de las clínicas de reproducción], para su reprogramación y la derivación de células madre embrionarias. Por lo que esta aproximación no implica la destrucción de embriones".
Vía: http://www.elmundo.es/salud/2014/03/26/53331ab0268e3ebc3b8b4579.html
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