“Cada día sabemos más y entendemos menos”-Albert Einstein
domingo, 29 de septiembre de 2013
Rarezas de un anillo de radiación que rodea a la Tierra
En 1958, se descubrió que nuestro planeta estaba
rodeado por una especie de “anillos” formados por grandes cantidades de
protones y electrones que se mueven en espiral, los llamados “cinturones
de radiación de Van Allen”. El año pasado, los científicos descubrieron
un tercer cinturón de este tipo. Ahora, investigadores de la
Universidad de California en Los Ángeles han detallado su origen y sus
características únicas.
En 1958, fueron descubiertos los llamados cinturones de radiación de Van Allen,
una especie de “anillos” de superficie toroidal que rodean la Tierra
formados por grandes cantidades de protones y electrones que se mueven
en espiral, entre los polos magnéticos de nuestro planeta.
El pasado mes de febrero, un equipo de investigadores informó en la revista Science del sorprendente descubrimiento de un tercer anillo de radiación
desconocido –hasta entonces se pensaba que sólo había dos-, que
demostró la naturaleza dinámica y variable de dichos cinturones y mejoró
la comprensión de cómo responden éstos a la actividad solar. Este
conocimiento resulta importante para nuestra sociedad moderna, que
depende de muchas tecnologías instaladas en el espacio: cuando los
cinturones de Van Allen se ven afectados por las tormentas solares y el
clima espacial, las comunicaciones y los satélites GPS, así como los
seres humanos que están en el espacio, pueden correr riesgos.
Electrones a la velocidad de la luz
Ahora, una nueva investigación realizada por especialistas de la
Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y publicada por la
revista Nature Physics, arroja nueva luz sobre el último cinturón de radiación de Van Allen detectado.
Según publica la UCLA en un comunicado,
los científicos han conseguido modelar y explicar el comportamiento de
este tercer anillo. Han demostrado en concreto que las partículas
extremadamente energéticas que lo componen, conocidas como electrones
ultrarrelativistas, se rigen por una física muy distinta a la de las
partículas del cinturón de Van Allen ya observado.
"Antes, los científicos pensaban que todos los electrones de los
cinturones de radiación situados alrededor de la Tierra obedecían a la
misma física", explica Yuri Shprits,
geofísico de la UCLA. "Estamos descubriendo ahora que los cinturones de
radiación constituyen diferentes poblaciones impulsadas por procesos
físicos muy diversos".
Para empezar, los investigadores señalan que los electrones
ultrarrelativistas de este tercer anillo serían especialmente
peligrosos, ya que pueden atravesar la protección de los satélites
mejor protegidos y más valiosos del espacio.
Esto se debe a que "su velocidad está muy cercana a la velocidad
de la luz y la energía de su movimiento es varias veces mayor que la
energía contenida en su masa cuando están en reposo”, a diferencia de
poblaciones con electrones con energías más bajas.
Por otra parte, Shprits y sus colaboradores también han
descubierto que pulsaciones electromagnéticas de baja frecuencia que se
creía eran dominantes en la aceleración y la pérdida de radiación de los
electrones de los cinturones de radiación de Van Allen, no influyen en
los electrones ultrarrelativistas.
Como conclusión, destacan que estos cinturones "ya no pueden ser
considerados como una masa coherente de electrones. Se comportan de
acuerdo con sus energías y reaccionan de maneras diversas a las
perturbaciones del espacio”.
"Este estudio demuestra que existen grupos de partículas
completamente diferentes en el espacio que cambian a diferentes escalas
de tiempo, y que son impulsadas por diversos procesos físicos y muestran
muy diferentes estructuras espaciales", concluye Shprits.
No hay comentarios:
Publicar un comentario