La contaminación de los mares por plástico es un problema que preocupa a los científicos desde los años 70 del pasado siglo. Pero más de 40 años después aún no existe una estimación certera de la cantidad de este material que acaba en los océanos cada año. Un grupo de investigadores de varias instituciones de EEUU acaba de publicar por primera vez desde entonces el primer cálculo riguroso de cuántos desechos plásticos mal gestionados van a parar al mar desde cada uno de los 192 países costeros del mundo. Los resultados del trabajo, publicado hoy en la revista Science, son escalofriantes y ponen de manifiesto la magnitud real de la contaminación de las grandes masas de agua de todo el mundo. Entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de basura plástica van a parar a los océanos cada año, según la investigación liderada por la investigadora de la Universidad de Georgia (EEUU) Jenna Jambeck.Para llegar a esa conclusión, los científicos han cruzado los datos de generación de residuos sólidos, la densidad de población y el estatus económico país por país. Pero conviene poner en contexto esa cantidad para saber si en efecto es elevada o no con respecto a la cantidad de plástico que se produce en el mundo. La producción mundial de plástico rondó en el año 2010 los 288 millones de toneladas. Se ha multiplicado un 620% desde el año 1975. Eso genera en las regiones costeras una cantidad de basura plástica de casi 100 millones de toneladas, de los cuales 32 millones no son gestionados apropiadamente y una media de ocho millones de toneladas termina flotando en los océanos de todo el mundo.«Esa cantidad equivale a tener cinco bolsas de la compra llenas de plástico cada 30 centímetros de costa en cada uno de los 192 países costeros del mundo», dice Jambeck. «No se trata de señalar a ningún país con el dedo», aclaró ayer la autora en una conferencia de prensa desde la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) que pudo seguirse en streaming. «Pero es cierto que los países en vías de desarrollo no han sabido implementar sistemas de gestión de residuos apropiados para su crecimiento», aseguró.Otra de las investigadoras que ha participado en el trabajo, Kara Lavender, de la Asociación para la Educación Marina (EEUU), señaló durante la conferencia de prensa que para conocer los peligros a los que nos expone la contaminación por plástico en los mares es necesario saber cuánto hay, dónde está y cómo afectaa las especies marinas. «Es complicado conocer exactamente a cuántos seres vivos afecta este problema, pero sabemos que hay cientos de especies afectadas», aseguró Lavender.«Los datos son muy preocupantes, pero no nos sorprenden», admitió ayer Roland Geyer, otro de los autores que investiga en la Universidad de California en Santa Bárbara (EEUU). «Este estudio es un importante paso para comprender la cantidad de desechos de plástico que hay en el océano», explicó ayer a este diario Carlos Duarte, investigador del Centro de Investigación del Mar Rojo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah de Arabia Saudí y uno de los oceanógrafos más reputados del mundo. «Mientras investigaciones recientes han tratado de estimar la cantidad de plástico que flota en el océano, la entrada de este material desde tierra había sido estimado de forma tosca basándose en asunciones que no habían sido demostradas. Las estimaciones de Jambeck y sus colegas son aún mayores que las estimaciones previas», asegura. Los datos del trabajo de Jambeck chocan con las observaciones publicadas tras la Expedición Malaspina, que tomó muestras de todos los océanos durante su circunnavegación en el año 2010. «Sus datos nos llevan a una gran diferencia entre la cantidad de plástico que entra en el océano, y que continúa creciendo, y la que encontramos flotando en el océano», dice Duarte, que lideró la Expedición Malaspina.En aquella ocasión, los investigadores españoles dirigidos por Duarte y Andrés Cózar calcularon tras sus observaciones que la cantidad total de plástico que flota en la superficie está entre 6.300 y 245.000 toneladas, una cantidad mínima comparada con los cálculos de Jambeck y sus colegas. «La realidad es que no sabemos dónde está el 99% del plástico que llega al océano», explica Duarte.Estos residuos se hunden, se acumulan en los sedimentos o se incorporan a la cadena alimenticia marina, de la que los seres humanos somos los depredadores situados en lo alto de la pirámide.«Estamos ingiriendo microplásticos con el pescado que comemos, pero es probable que se trate sólo de una parte mínima de la dieta de plásticos que llevamos desde que nuestras vidas están, como la comida que comemos, envueltas en plástico», sentencia Carlos Duarte.
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