Los niveles totales de ceramidas podrían estar reducidos en las mujeres con migraña episódica, mientras que los niveles de otro tipo de lípido, la esfingomielina, podrían estar incrementados en estas pacientes, según un estudio publicado la semana pasada en la revista Neurology, coincidiendo con el Día Internacional contra la Migraña.
La episodica es la migraña que produce dolor de cabeza menos de 15 días al mes. El sobrepeso, la depresión, los trastornos de sueño y, sobre todo, la automedicación y la falta de diagnóstico y tratamiento son principales factores que cronifican la migraña. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año, un 3% de los pacientes con migraña episódica pasa a padecer migraña crónica y un 6% pasa de una migraña episódica de baja frecuencia a una de alta frecuencia.
Por ello, la migraña crónica podría considerarse el siguiente paso en la enfermedad. La línea entre episódica y crónica es delgada, según indica a CF Patricia Pozo, coordinadora del Grupo de Estudios de Cefaleas de la SEN. "Entre los episódicos hay pacientes que ya empiezan a acercarse más a los crónicos. Los tratamientos para estos dos tipos de migraña no difieren mucho, puesto que las terapias preventivas lo que intentan es reducir la frecuencia, duración e intensidad del dolor".
Los autores del estudio de Neurology incluyeron a 88 mujeres (52 con migraña episódica y 36 controles sin dolores de cabeza). La media de edad de las pacientes con este tipo de migraña fue 33,4 años. La frecuencia media de dolores de cabeza al mes fue de 5,6 días.
Según Cristina Alarcón, del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid, los investigadores "han observado que en pacientes con migraña episódica parece existir una alteración en los niveles en sangre de unos determinados lípidos, de los cuales ya se conocía su intervención en vías o circuitos del dolor y la inflamación. Este descubrimiento aporta nuevos conocimientos que nos ayudan a entender mejor uno de los múltiples mecanismos que hacen que se desarrolle la migraña, y abre as puertas al estudio de dianas terapéuticas para hallar fármacos específicos".
En la investigación en migraña en general se están estudiando las adipokinas, "unas enzimas que intervienen en el metabolismo de los esfingolípidos, que son las grasas analizadas en el estudio de Neurology y pueden, por tanto, estar relacionadas en la alteración de los niveles serios de dichos lípidos en los pacientes con migraña", indica Alarcón. Sin embargo, reconoce que hay que ser muy cautos al interpretarlo. Este trabajo ha sido realizado exclusivamente en mujeres y en un número bajo. Los resultados deben ser confirmados en otros estudios.
Medidas para evitar crisis
"El cerebro migrañas reacciona cuando hay cambios inesperados de tipo endógeno (hormonas, hidratación, frecuencia cardiaca...) y exógeno (luz, temperatura y ruido)", explica Pozo. Por eso, "lo que se aconseja es seguir rutinas, como comer a la misma hora, de manera relajada y sin excesos".
En esta idea ahonda Alarcón, al explicar que "recomendamos mantener hábitos de vida saludables, haciendo hincapié en una alimentación equilibrada y sin grandes restricciones y una buena higiene del sueño e intentar evitar tóxicos como alcohol o tabaco. El ejercicio físico habitual también ayuda a reducir las crisis de migraña, al regular el estrés". El paciente debe acudir con regularidad al neurólogo para llevar un control de su migraña y aprender a hacer un uso adecuado de los analgésicos, "ya que muchos derivan en la forma crónica por abuso o mal uso".
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