jueves, 29 de octubre de 2015

Identifican a una proteína clave para la reparación de tejido dañado por un derrame cerebral

Examinando tejido cerebral de ratones, monos y humanos, unos científicos han encontrado que una proteína conocida como factor de crecimiento y diferenciación 10 (GDF10) es una pieza clave en los mecanismos de reparación que siguen a un derrame.
El estudio lo ha realizado el equipo del Dr. Thomas Carmichael, de la Escuela David Geffen de Medicina, adscrita a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y ha contado con la ayuda del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Derrame Cerebral (NINDS), uno de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Estos hallazgos ayudan a aclarar los mecanismos de reparación que se ponen en marcha tras un derrame cerebral. Identificar esta proteína clave aumentará un poco más el conocimiento científico sobre cómo el cerebro procura curarse a sí mismo después de los devastadores efectos de un derrame, y podría ayuda a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para promover la recuperación de los pacientes.
Un derrame puede suceder cuando un vaso sanguíneo cerebral se bloquea, evitando que el tejido próximo reciba los nutrientes esenciales. Cuando el tejido cerebral es privado de oxígeno y nutrientes, empieza a morir. Una vez esto ocurre, se activan mecanismos de reparación, como el brote de axones, a medida que el cerebro intenta superar los daños sufridos. Durante el brote de axones, las neuronas sanas producen nuevas proyecciones (“brotes”) que restablecen algunas de las conexiones perdidas por culpa del derrame y forman otras nuevas, lo que resulta en una recuperación parcial. Antes de este estudio, se desconocía lo que desencadenaba el brote de axones.
El GDF10 podría ser importante para una recuperación funcional después de un derrame. Los autores del estudio trataron modelos de ratón con GDF10 e hicieron que los animales realizaran varias tareas motoras para probar su recuperación. Los resultados sugieren que unos niveles superiores de GDF10 están asociados con una recuperación notablemente más rápida después del derrame. Cuando los investigadores bloquearon el GDF10, los animales no actuaron tan bien durante las tareas motoras, lo que sugiere que los mecanismos de reparación implicados no estaban operativos.

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