Por culpa del calentamiento global, el futuro podría traernos más proliferaciones masivas de algas que amenazan la vida silvestre y la economía de diversas zonas del mundo. Ya era previsible desde bastante tiempo atrás, y ahora un equipo de científicos lo respalda con un nuevo estudio.
Las principales conclusiones que se extraen de la investigación son que si bien hay razones para esperar que las proliferaciones masivas de algas aumenten con el cambio climático, el escaso conocimiento científico que por ahora se tiene sobre el fenómeno limita seriamente las predicciones, y las actuales estrategias de investigación no es probable que mejoren esta capacidad.
Las observaciones empíricas sugieren que hay motivos para preocuparse mucho. La expansión hacia el norte de las especies de fitoplancton, unas ventanas estacionales más amplias para el desarrollo de proliferaciones masivas de algas, y un mayor predominio de tales proliferaciones en todo el mundo, apuntan a un futuro con mayores problemas.
La incidencia de las proliferaciones masivas de algas es extensa. Aunque las proliferaciones de fitoplancton normalmente alimentan a los ecosistemas productivos, algunas crean unas concentraciones muy bajas de oxígeno en las aguas del fondo, matando peces y otras criaturas marinas u obligándolas a emigrar fuera de la zona. Otras producen neurotoxinas potentes que dañan a los ecosistemas y que constituyen una amenaza para la salud humana.
Las pruebas obtenidas sugieren que estas proliferaciones tan destructivas, llamadas mareas rojas en el pasado, pero que más propiamente son proliferaciones dañinas de algas, están aumentando en frecuencia y gravedad, posiblemente por causas humanas. “Existe una preocupación creciente entre los científicos sobre la posibilidad de que el cambio climático pueda agravar esta tendencia”, afirma el profesor Mark Wells, de la Universidad de Maine en Estados Unidos y coautor del estudio.
Los efectos combinados de incrementar tanto la temperatura como el CO2 atmosférico están afectando a las temperaturas de la superficie marítima, a los nutrientes oceánicos, y a la acidez del agua marina, todo lo cual afecta a los ecosistemas marinos. Estos factores influyen no solo en la intensidad de las proliferaciones masivas de algas sino también en su composición. La cuestión es si el cambio climático posibilitará que especies dañinas desplacen a otras de fitoplancton que son beneficiosas para el Ser Humano. "Es de importancia crítica que aprendamos todo lo posible, y tan precisamente como sea posible, para llenar el serio vacío de conocimiento entre la actual y la futura estructura de comunidades del fitoplancton”, advierte el profesor Charles Trick, de la Universidad Occidental en London, Ontario, Canadá.
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