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sábado, 2 de enero de 2016

¿Hacia la desaparición de las coníferas en algunas partes del mundo donde ahora abundan?

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Las sombrías predicciones de una investigación reciente apuntan a la desaparición de coníferas a finales de este siglo por culpa del cambio climático en algunas partes del mundo donde ahora abundan, como por ejemplo el sudoeste de Estados Unidos. Los resultados de este estudio sugieren que los modelos globales pueden haber subestimado seriamente la tasa de muertes de árboles en los bosques.
Lo descubierto por el equipo de Nate McDowell, del Laboratorio Nacional estadounidense de Los Álamos en Nuevo México, muestra tasas alarmantes de pérdida forestal durante las próximas décadas. En concreto, sugiere una pérdida generalizada de un tipo forestal principal, las coníferas del género Juniperus, en el sudoeste de Estados Unidos. Estos árboles podrían desaparecer de la región a finales de este siglo debido al cambio climático, y también podrían resultar gravemente diezmadas las coníferas en buena parte del hemisferio norte.
Los árboles, un valioso sumidero de carbono, se convierten en una fuente de este elemento cuando mueren, así que conocer cómo interactúan con el clima y el ciclo del carbono es vital para conocer cómo se puede mantener el delicado equilibrio de nuestro clima.
El mismo mecanismo que un árbol utiliza para conservar sus reservas de agua durante una sequía prolongada puede ser su perdición: el árbol cierra los estomas para evitar la pérdida de agua, pero esto evita a su vez que entre un nutriente vital para el árbol, el dióxido de carbono (CO2), deteniendo la fotosíntesis. A medida que el aire se va haciendo más caliente y seco, el consiguiente cambio de presión quita más agua a las raíces que la que puede ser suministrada, y la tensión en el sistema vascular de la planta puede ser tan grande que las columnas con forma de pajita dejan de sostener el flujo del agua. El sistema hidráulico puede entonces colapsarse o el árbol pasa por un proceso de inanición, quedándose consecuentemente sin defensas contra plagas de insectos herbívoros y diversas enfermedades, dado que ya no puede secretar la gruesa resina que lo protege. A medida que el árbol se descompone después de morir, el carbono almacenado en sus tejidos es liberado a la atmósfera como dióxido de carbono.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Acuerdo preliminar en la Cumbre del Clima con muchos flecos abiertos

La recta final de la Cumbre del Clima ha comenzado. Faltaba apenas una hora para que la presidencia francesa, con su ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, a la cabeza, presentase la primera propuesta de acuerdo internacional para frenar el cambio climático nacida del trabajo diplomático que se lleva realizando desde el pasado día 30 de noviembre en la sede parisina de Le Bourget y todas las miradas estaban puestas en el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. El mandatario podía dar algunas de las claves de lo que podría ser el texto que estaba apunto de ser publicado.

Y de alguna forma así fue. "No tenemos excusa alguna y por eso tenemos que actuar en las próximas 48 horas. Tenemos que dejar el trabajo hecho en París", aseguró Kerry. Pero también lanzó algunos dardos contra quienes se oponen a un acuerdo ambicioso. "Hay gente que cree que la subida del mar no es importante porque acabará rebosando por los bordes de la Tierra plana", dijo irónicamente en alusión a los negacionistas, entre los que se encuentra el propio senador de EEUU responsable de los asuntos medioambientales, James Inhofe. "Pero, después de haber estado con algunos de los jefes de Estado de los pequeños países insulares del Pacífico, les digo: esto no es un asunto de dinero o de creer o no creer, es un problema de vida o muerte", sentenció Kerry.

Minutos después del discurso del mandatario de EEUU llamando a la acción ambiciosa y anunciando medidas concretas -económicas- para apoyar las energías renovables y la ayuda para la mitigación del cambio climático, el primer documento de París estaba encima de la mesa de todos los delegados, negociadores y periodistas presentes en la sede de la cumbre.

Ha habido poco tiempo para hacer valoraciones en profundidad, pero el texto apunta ya hacia un acuerdo que cuente con el apoyo de los 185 países que han presentado compromisos de reducción de emisiones concretos -sólo faltan 10, algunos países de la alianza Bolivariana y estados en conflicto como Afganistán, Siria, Libia o Corea del Norte-. "Eso es importante porque esos 185 países suponen más del 95% de las emisiones de gases de efecto invernadero", ha explicado en París la ministra española de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina.

Pero lo cierto es que aunque el texto ha avanzado hacia una redacción mucho más concreta -y se han limpiado muchos de los corchetes que impedían la lectura-, aún quedan pendientes los grandes asuntos.
Quizá el primero tenga que ver con el grado de ambición que tendrá el acuerdo que salga de esta Cumbre del Clima. El texto incluye tres posibles opciones que contemplan objetivos para limitar el aumento de temperatura global en 2100 entre 2ºC y 1,5ºC. Pero al mismo tiempo se ha eliminado el concepto de descarbonización de la economía y se ha cambiado por conceptos como "emisiones netas cero" o "neutralidad de carbono". Para muchos, esta redacción lleva la huella dactilar de los países productores de petróleo como Arabia Saudí o Venezuela, ya que permitiría seguir apostando por los combustibles fósiles si al mismo tiempo se desarrollan grandes mecanismos de captura de carbono y se potencias los sumideros.

Otro de los asuntos importantes que no consta en este primer borrador propuesto por la presidencia francesa es una referencia concreta a la reducción de la aviación y el transporte marítimo, que suponen un 5% de las emisiones globales. "Además, ha desaparecido el concepto de desinversión en energías fósiles, algo que nos parece esencial para alcanzar los objetivos más ambiciosos", explica Florent Marcellesi, eurodiputado de Equo como representante de los Verdes europeos.
Quizá los plazos entran también dentro de los asuntos polémicos. Durante las primeras jornadas de negociación, desde la Unión Europea se ha apostado muy fuerte por la transparencia y la rendición de cuentas en cuanto al cumplimiento de los compromisos concretos de cada país, algo a lo que se opone China y que está siendo uno de los grandes caballos de batalla de la negociación. Pero la UE insistía en ello y en que se realizasen revisiones de los objetivos cada 5 años empezando desde el año 2018, antes de la entrada en vigor del acuerdo que salga de París.

No obstante, el texto del acuerdo sólo contempla dos fechas para el comienzo de la primera revisión: los años 2023 y 2024, aunque la parte final, llamada de decisión, sí mantiene la puerta abierta a que los controles de los compromisos nacionales se comiencen a revisar en 2018 o 2019. En términos generales da la sensación de que la gran ambición con la que acudía la UE a esta reunión se ve dificultada por las reclamaciones de quienes están poniendo mayores problemas, sobre todo en aspectos clave como el nivel de ambición del tratado, la diferenciación de los esfuerzos que debe asumir cada país y, como no, la financiación para los países en vías de desarrollo.
"La UE sabía que no iba a tener todo lo que reclamaba, eso hubiera sido la primera vez que sucede en la historia de las negociaciones internacionales", ha asegurado la ministra. A pesar de la propuesta, que volverá a ser revisada mañana, la frase más repetida entre las distintas delegaciones es: "Eso está sin decidir".

jueves, 29 de octubre de 2015

Cambio climático y proliferaciones dañinas de algas

Por culpa del calentamiento global, el futuro podría traernos más proliferaciones masivas de algas que amenazan la vida silvestre y la economía de diversas zonas del mundo. Ya era previsible desde bastante tiempo atrás, y ahora un equipo de científicos lo respalda con un nuevo estudio.
Las principales conclusiones que se extraen de la investigación son que si bien hay razones para esperar que las proliferaciones masivas de algas aumenten con el cambio climático, el escaso conocimiento científico que por ahora se tiene sobre el fenómeno limita seriamente las predicciones, y las actuales estrategias de investigación no es probable que mejoren esta capacidad.
Las observaciones empíricas sugieren que hay motivos para preocuparse mucho. La expansión hacia el norte de las especies de fitoplancton, unas ventanas estacionales más amplias para el desarrollo de proliferaciones masivas de algas, y un mayor predominio de tales proliferaciones en todo el mundo, apuntan a un futuro con mayores problemas.
La incidencia de las proliferaciones masivas de algas es extensa. Aunque las proliferaciones de fitoplancton normalmente alimentan a los ecosistemas productivos, algunas crean unas concentraciones muy bajas de oxígeno en las aguas del fondo, matando peces y otras criaturas marinas u obligándolas a emigrar fuera de la zona. Otras producen neurotoxinas potentes que dañan a los ecosistemas y que constituyen una amenaza para la salud humana.
Las pruebas obtenidas sugieren que estas proliferaciones tan destructivas, llamadas mareas rojas en el pasado, pero que más propiamente son proliferaciones dañinas de algas, están aumentando en frecuencia y gravedad, posiblemente por causas humanas. “Existe una preocupación creciente entre los científicos sobre la posibilidad de que el cambio climático pueda agravar esta tendencia”, afirma el profesor Mark Wells, de la Universidad de Maine en Estados Unidos y coautor del estudio.
Los efectos combinados de incrementar tanto la temperatura como el CO2 atmosférico están afectando a las temperaturas de la superficie marítima, a los nutrientes oceánicos, y a la acidez del agua marina, todo lo cual afecta a los ecosistemas marinos. Estos factores influyen no solo en la intensidad de las proliferaciones masivas de algas sino también en su composición. La cuestión es si el cambio climático posibilitará que especies dañinas desplacen a otras de fitoplancton que son beneficiosas para el Ser Humano. "Es de importancia crítica que aprendamos todo lo posible, y tan precisamente como sea posible, para llenar el serio vacío de conocimiento entre la actual y la futura estructura de comunidades del fitoplancton”, advierte el profesor Charles Trick, de la Universidad Occidental en London, Ontario, Canadá.

domingo, 27 de septiembre de 2015

¿Cuándo comenzó a manifestarse el calentamiento global?

Hoy en día, tenemos a nuestro alrededor muchas indicaciones de que hay un cambio climático global en marcha, pero ¿cuándo comenzaron a aparecer las primeras? Al principio, pasaron desapercibidas, y ahora unos investigadores han determinado por vez primera de manera bastante inequívoca cuándo y dónde aparecieron las primeras señales claras de calentamiento global en el registro de temperaturas, y dónde y cuándo aparecerán señales análogas pero en el registro de pluviosidad, manifestadas en forma de episodios de lluvia extrema.
El equipo de Andrew King, del Centro de Excelencia para la Ciencia del Sistema Climático, dependiente del Consejo de Investigación Australiano (ARC, por sus siglas en inglés), ha determinado la existencia de signos claros de calentamiento global en los trópicos durante la década de 1960, mientras que en partes de Australia, Sudeste de Asia y África fueron visibles tan pronto como en los años 40.
Más cerca de los polos, la aparición del cambio climático en el registro de temperaturas se produjo más tarde. En cualquier caso, en el periodo 1980-2000 dicho registro en la mayoría de las regiones del planeta ya estaba mostrando señales claras de calentamiento global.
Una de las pocas excepciones a esta clara aparición de señales de calentamiento global se encontró en amplias zonas del territorio continental de Estados Unidos, en particular en la costa este y hacia el norte a través de los estados centrales. Estas regiones no han manifestado aún señales obvias de calentamiento según los modelos, pero se prevé que aparezcan en la próxima década.
Si bien los registros de temperatura analizados mostraban por regla general indicaciones claras de calentamiento global, los episodios de lluvia extrema aún no han dejado su marca de manera inequívoca. Los modelos mostraron un incremento general en las lluvias extremas pero aún demasiado leve como para destacarse de manera inequívoca por encima de lo que cabe esperar de la variabilidad natural.
Los autores del estudio creen que los primeros episodios de grandes precipitaciones identificables claramente como manifestaciones del cambio climático global aparecerán durante los inviernos en Rusia, Canadá y el norte de Europa a lo largo de los próximos 10 a 30 años.

martes, 14 de abril de 2015

El cambio climático 'empuja' a España hacia el clima de Marruecos

Embalse de la Jarosa, en Madrid, en agosto de 2012.
La temperatura media en España podría aumentar en España hasta 5ºC para el año 2050 al ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, según el informe 'Cambio Climático en Europa 1950-2050: percepción e impactos', elaborado por el climatólogo y miembro del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de Naciones Unidas, Jonathan Gómez Cantero, y presentado por el partido político Equo.
El portavoz de la formación en el Parlamento Europeo, Florent Marcellesi, aseguró que la UE ha perdido el liderazgo en la lucha contra el calentamiento global al aprobar unos objetivos que no resultan suficientes para retener el aumento global de la temperatura media en 2ºC, tal y como recomiendan los científicos y como reconoció la comunidad internacional tras la Cumbre del Clima de Copenhague de 2009. «Nos venden que en la cumbre de París de este año se firmará un acuerdo histórico y lo que será histórico serán las emisiones en el año 2020, 2025 y 2030», aseguró. «Estamos yendo por el peor escenario previsto por los científicos», dijo Marcellesi.
Según el informe firmado por Cantero, el incremento de las temperaturas causado por el cambio climático hará que se pierdan algunos de los cultivos más representativos de la agricultura española como los olivos en Andalucía, los viñedos en La Rioja o los cítricos en Valencia. Pero el documento, que también analiza el cambio climático desde 1950 hasta 2015, concluye que el aumento de la temperatura causado por el ser humano ya está afectando a los ciudadanos en Europa y en España.
La formación política no ha querido centrar el discurso en los aspectos negativos, sino en propuestas concretas para afrontarlo y en las oportunidades económicas que brindarían. «El cambio de modelo energético es una necesidad», explicó Juantxo López de Uralde, de Equo. «Puede ser muy favorable desde el punto de vista social y de generación de empleo», dijo.
Esos aumentos de temperatura generarán «veranos más largos e inviernos más cálidos» en los que la cantidad de nevadas podría reducirse a la mitad respecto a las cifras actuales. Gómez Cantero explicó que éste es un trabajo divulgativo con el que se pretende transmitir a la población el «reto mundial» de luchar contra el cambio climático porque «no luchar contra el calentamiento global sale cinco veces más caro que tomar medidas para frenarlo», aseguró el autor.
El climatólogo resumió algunas de las consecuencias directas que tendría un incremento de temperaturas en España: cambios en la migración de las aves debido a unos inviernos más cálidos, pérdida de cultivos que se secan, incremento de los desastres naturales o aparición de especies invasoras más habituales de climas tropicales, entre otras. «Está constatado que la ola de calor que afectó a Francia en el verano de 2003 y que mató a miles de personas estuvo generada por los efectos del cambio climático», dijo Gómez Cantero.
Según Marcellesi, el informe tiene que servir para «presionar» a la clase política y que adopte compromisos concretos porque «transformar el modelo productivo hacia un sistema sostenible es la única solución para frenar el cambio climático».

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2015/04/08/55242986ca474107208b4571.html

jueves, 26 de marzo de 2015

La hora del planeta


La Hora del Planeta es la mayor campaña global de movilizacicón y lucha contra el cambio climático.
Organizada por WWF, esta iniciativa nació en Sidney en 2007 y desde entonces ha logrado la participación de más de 7.000 ciudades y pueblos de 160 países, miles de empresas, centros educativos y entidades que suman su voz para demostrar que un futuro basado en las energías limpias es posible.
Este año es especialmente importante en la lucha contra el cambio climático: el próximo mes de diciembre, en París, los gobiernos de todo el mundo tienen el reto de aprobar un acuerdo a favor del clima.

ÚNETE AQUÍ: http://www.horadelplaneta.es/



sábado, 21 de febrero de 2015

Un casquete de hielo ártico adelgaza y se desliza con rapidez hacia el mar

El análisis de unas imágenes satelitales ha revelado que un remoto casquete de hielo ártico ha adelgazado más de 50 metros desde 2012, aproximadamente una sexta parte de su grosor original, y que está ahora deslizándose 25 veces más rápido.
El equipo de Mal McMillan, de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, combinó observaciones de ocho misiones satelitales, incluyendo el Sentinel-1A y el CryoSat, con resultados de modelos climáticos regionales, para profundizar en la historia del declive del hielo ártico.
Lo hallado muestra que a lo largo de las dos últimas décadas, ha aumentado notablemente la pérdida de hielo en la región sudeste de Austfonna, ubicada en el Archipiélago de Svalbard. En este tiempo, el flujo del hielo se ha acelerado hasta velocidades de varios kilómetros por año, y el adelgazamiento del hielo se ha extendido hasta más de 50 kilómetros tierra adentro.
Los resultados proporcionan un claro ejemplo de lo rápido que los casquetes de hielo pueden cambiar, y destacan los retos asociados a realizar proyecciones sobre su futura contribución al aumento del nivel del mar, tal como argumenta McMillan.
El deshielo de los casquetes de hielo y los glaciares es responsable de aproximadamente un tercio del aumento reciente del nivel global del mar. Aunque los científicos predicen que continuarán perdiendo hielo en el futuro, determinar la cantidad exacta es difícil, debido tanto a la falta de observaciones como a la compleja naturaleza de su interacción con el clima que los envuelve.
Hay evidencias de que la temperatura de las aguas oceánicas circundantes ha aumentado en años recientes, lo que puede haber sido el desencadenante inicial del adelgazamiento en ese casquete de hielo.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Alertan sobre gases que no afectan la capa de ozono, pero sí el clima

En 1989, el Protocolo de Montreal dispuso la reducción global de la emisión de gases industriales, en especial los llamados clorofluoruros de carbono o CFC, para recuperar la estructura de la capa de ozono que protege a los seres vivos de la emisión nociva de radiación ultravioleta. La medida tuvo, en ese plano, un éxito notable: un reciente reporte de las Naciones Unidas confirma que la capa “se encamina hacia su restauración total en las próximas décadas”. Sin embargo, los gases que ahora se usan en reemplazo, HCFC y HFC, empiezan a preocupar a los científicos por su potencial impacto sobre el clima.
HCFC y HFC no dañan la capa de ozono pero “son peores gases de efecto invernadero”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Pablo Canziani, investigador del CONICET, en Argentina, y ex integrante del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) de la ONU.
Los CFC se inventaron en 1928 y ganaron cada vez más importancia en los años ‘60 para su uso en refrigeradores, equipos de aire acondicionado, aerosoles, solventes, espumas y otras aplicaciones. El HCFC fue uno de los gases que se introdujo en la década del ‘90 para reemplazar a los CFC y evitar daños a la capa de ozono. Sin embargo, su efecto invernadero es 2.000 veces más potente que el del dióxido de carbono (CO2), liberado a la atmósfera principalmente a partir de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y los cambios de uso del suelo.
Para Canziani, quien fue parte del equipo científico de la Misión Satelital UARS de la NASA y trabaja en la Unidad de Investigación y Desarrollo de las Ingenierías de la Facultad Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), es necesario que se desarrollen y empleen otros gases refrigerantes que no tengan impacto ambiental.
El especialista argentino fue uno de los responsables en armar un documento con los resultados principales del informe de la ONU sobre la capa de ozono para que los tomadores de decisión diseñen políticas basadas en evidencias científicas. 

miércoles, 21 de enero de 2015

Ya es oficial: 2014 ha sido el año más cálido desde 1880

Ya es oficial: 2014 ha sido el año más cálido desde 1880, cuando empezaron a tomarse registros de las temperaturas. Así lo han confirmado este viernes científicos de dos organismos de EEUU: la NASA y el Instituto Nacional para el Océano y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés).
Una vez analizados los datos de diciembre, se ha confirmado que 2014 encabeza la lista de los años más cálidos, un dato que no ha sorprendido debido a que los registros que se habían recabado durante los primeros 11 meses del año apuntaban ya a que sería el más caluroso.
Según ha destacado el Instituto de Estudios Espaciales Goddard de la NASA (GISS), con la excepción de 1998, los diez años más cálidos durante el periodo 1880-2014 se han registrado desde el año 2000.
Los tres años más calurosos serían 2014, 2010 y 2005, en ese orden.
Desde 1880, afirma la agencia espacial de EEUU, la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado aproximadamente 0,8º C, una tendencia que, argumentan los científicos de la NASA, "es en gran medida derivada del incremento del dióxido de carbono y otras emisiones a la atmósfera causadas por la actividad humana". Así, subrayan que "la mayor parte del calentamiento se ha producido en las últimas tres décadas".
La temperatura global terrestre en 2014 fue 0,68ºC más cálida que durante el periodo 1951-1980. En 2010, el segundo año más caluroso, fue 0,66ºC más cálida mientras que en 2005 la diferencia fue de 0,65º C.
Desde 1976, todos los años, incluido 2014, han tenido una temperatura media global más cálida que la media a largo plazo. A lo largo de estos 37 años, las temperaturas han aumentado a una media de 0,28ºC por década en la superficie terrestre, y 0,11ºC en el mar, detalla la NOAA en su página web.
La NOAA también subraya que el aumento de la temperatura global media por década durante la segunda mitad del siglo pasado (0,13ºC) fue casi el doble que 1900 a 1950 (0,07ºC). La previsión de los científicos para los próximos 20 años es que la temperatura global se incremente 0,2°C por década.
La información que analizan los científicos del GISS procede de las mediciones tomadas por satélites desde el espacio, por una red de 6.300 estaciones meteorológicas, barcos que registran la temperatura del océano y estaciones en la Antártida.
"Éste ha sido el último de una serie de años cálidos a lo largo de una serie de décadas cálidas. Mientras que el ranking de años individuales puede verse afectado por patrones meteorológicos caóticos, las tendencias a largo plazo son atribuibles a los causantes del cambio climático", sostiene el director del GISS, Gavin Schmidt, que menciona las "emisiones humanas de gases de efecto invernadero" como el principal factor.
En EEUU, destaca la NASA, ha habido grandes variaciones según las regiones. Por ejemplo, zonas de la costa Este y del Medio Oeste fueron inusualmente frías, mientras que Alaska, Carizona, Arizona y Nevada sufrieron altas temperaturas.
Por lo que respecta a la previsión para 2015, los científicos afirman que esperan ver fluctuaciones en la media global de temperaturas anuales causadas por fenómenos como El Niño o La Niña. Estos fenómenos meteorológicos, que cambian los patrones de movimiento de las corrientes marinas, calientan (en el caso de El Niño) o enfrían (si es La Niña) el Pacífico tropical y se cree que han influido en el calentamiento a largo plazo durante los últimos 15 años. 2014, sin embargo, no se ha visto influenciado por El Niño, aseguran.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2015/01/16/54b9376f268e3eb3438b4578.html

martes, 20 de enero de 2015

Confirman que el Ártico se está calentando el doble de rápido que lo registrado en cualquier otro lugar de la Tierra

Los últimos resultados obtenidos por un equipo de más de 60 científicos de diversos países muestran que el calentamiento del Ártico crece a una velocidad de al menos el doble de rápido que la del calentamiento en cualquier otro lugar de la Tierra.
Entre los efectos observados y documentados minuciosamente por dicho equipo, encabezado por expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, destacan los siguientes:
La cubierta de nieve en el Ártico durante la primavera de 2014 estuvo por debajo del promedio a largo plazo del período 1981-2010, obteniéndose un nuevo récord a la baja en abril para Eurasia y siendo la extensión de nieve en junio para Norteamérica la tercera más baja registrada. La nieve desapareció tres o cuatro semanas antes de lo normal en la Rusia occidental, en Escandinavia, el subártico canadiense y Alaska occidental, debido a su acumulación por debajo de la media y a temperaturas primaverales por encima de lo normal.
La extensión del hielo marino en septiembre de 2014 fue la sexta más baja desde que se iniciaron las observaciones por satélite en 1979. Durante los últimos ocho años (2007-2014) se han producido las ocho extensiones más reducidas de hielo marino desde 1979. En el momento de máxima extensión de hielo en marzo de 2014, hubo un modesto incremento en el grosor del hielo y en su edad, en relación con el mismo momento en 2013. A pesar de eso, hay mucho menos hielo en las categorías de más antigüedad, más grosor (más de 4 metros ó 13 pies) y más resistencia que en 1988, cuando el hielo más viejo conformaba el 26 por ciento del total, en comparación con el 10 por ciento actual.
A medida que el hielo retrocede en verano, se incrementa la temperatura de la superficie marítima en todos los mares que conforman el Océano Ártico. La tendencia lineal más significativa se halla en el mar de Chukchi, al noroeste de Alaska, donde la temperatura de la superficie del mar aumenta a un ritmo de 0,5 grados centígrados (0,9 grados Fahrenheit) por década. En agosto de 2014, en el Mar de Láptev, al norte de Rusia, en la región del Estrecho de Bering, la temperatura de la superficie marítima fue hasta 4 grados centígrados (7,2 grados Fahrenheit) superior al promedio de 1982-2010, mientras que la temperatura de la superficie marina en el Mar de Barents, al norte de Noruega, era unos 4 grados centígrados (7,2 grados Fahrenheit) inferior a lo que alcanzó en 2013, aunque cercana a la del período 1982-2010.
El deshielo se produjo por casi el 40 por ciento de la superficie de la Capa de Hielo de Groenlandia en el verano de 2014; para la mayor parte del verano, la extensión del deshielo estuvo por encima del promedio a largo plazo para el período 1981-2010; y el número de días de deshielo en junio y julio sobrepasó el promedio de 1981-2010 en casi toda la capa de hielo. En agosto de 2014, la reflectividad (albedo) de la capa de hielo fue la más baja observada desde que se iniciaron las observaciones detalladas por satélite en 2000. Cuando el hielo refleja menos energía del Sol, se incrementa el deshielo. La masa total de la capa de hielo permaneció esencialmente sin cambios entre 2013 y 2014.
La reducción del hielo veraniego en el océano ha acarreado un declive poblacional y de salud en algunas poblaciones de osos polares, ya que estos animales dependen del hielo marino para guarecerse, alimentarse y aparearse.
En un efecto positivo, el declive del hielo marino está llevando a un aumento en la cantidad de luz solar que alcanza las capas superiores del océano, haciendo incrementar la fotosíntesis y la producción de fitoplancton, las diminutas plantas marinas que forman la base de la cadena alimentaria para peces y mamíferos marinos.
En tierra, los indicadores de la productividad de la vegetación y la biomasa indican que prosigue la tendencia al aumento, un fenómeno también potencialmente beneficioso a escala local. Entre 1982 y 2013, la biomasa de la tundra ha crecido en un 20 por ciento.

Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/12468/confirman-que-el-artico-se-esta-calentando-el-doble-de-rapido-que-lo-registrado-en-cualquier-otro-lugar-de-la-tierra/

miércoles, 7 de enero de 2015

La mayor parte de los combustibles fósiles no deben explotarse para frenar el cambio climático

Los combustibles fósiles no son inagotables. Las reservas de petróleo, gas y carbón que hay en el planeta son limitadas y están disminuyendo debido a la gran demanda de energía de nuestra sociedad. Pero esa no es la única razón por la que, según los científicos, se debería limitar la extracción de hidrocarburos que hay almacenados en el subsuelo. Según sostiene un estudio publicado esta semana en la revista Nature, si la humanidad realmente pretende combatir los efectos del cambio climático, buena parte de estas reservas deberían permanecer bajo tierra.Los cálculos han sido realizados por un equipo liderado por Christopher McClade, del Instituto de Fuentes Sostenibles del University College London (UCL). El estudio, financiado por el Centro de Investigación de Energía de Reino Unido (UK Energy Research Centre) también señala las zonas del planeta que recomiendan que no sean explotadas.En concreto, los autores de este trabajo proponen que, de aquí a 2050, un tercio de las reservas de petróleo, el 40% de las reservas de gas y alrededor del 80% del carbón que hay en todo el mundo en la actualidad sean explotados si lo que se pretende es conseguir que temperatura en el año 2100 no se incremente más de 2ºC respecto a los valores que había en la era preindustrial.Ese objetivo, recomendado por el Panel Intergobernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), es el que la comunidad internacional se ha marcado y el que se utiliza en las negociaciones que se llevan a cabo para reducir la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, buena parte de los cuales se deben a la quema de combustibles fósiles.Sin embargo, estos buenos propósitos parecen chocar con los planes y actuaciones de los Gobiernos y las industrias, centradas en la búsqueda y explotación de nuevos yacimientos en todo el mundo, incluyendo zonas del Ártico que hasta hace poco habían permanecido vírgenes, pero cuyos recursos fósiles están empezando a ser explotados debido al aumento del deshielo."El estudio sugiere que ciertamente, es posible que la temperatura no aumente por encima de los 2ºC, pero lograrlo se está convirtiendo en una tarea cada más difícil a medida que se pospone", señala a EL MUNDO Christopher McClade."Un mensaje clave de esta investigación es que muestra la inconsistencia en la postura de los políticos que toman las decisiones, que por un lado quieren explotar todas las reservas y fuentes de las que disponen, pero que también se han comprometido a que las temperaturas no aumenten más de 2ºC", añade.Su deseo de gastar todas sus reservas, sostiene McClade, "es incompatible" con su compromiso para limitar el aumento de las temperaturas y como consecuencia de ello, frenar los efectos del cambio climático.En su estudio, proponen que la mayor parte de las reservas de carbón de China, Rusia y EEUU no se utilicen, junto a 260.000 millones de barriles de petróleo en Oriente Medio (una cantidad equivalente a las reservas totales de Arabia Saudí).También sugieren que en Oriente Medio no se debería extraer el 60% de sus reservas de gas. Asimismo, China, India y África deberían reducir la explotación de gas no convencional, como gas de esquisto o pizarra (shale gas en inglés). Por otro lado, subrayan que la explotación de los hidrocarburos del Ártico es incompatible con limitar el aumento de las temperaturas."El año pasado, las compañías gastaron 670 millones de dólares en la búsqueda y desarrollo de nuevas reservas de combustibles fósiles. Tendrían que reconsiderar esos gastos si se implementaran políticas para respaldar el límite de 2ºC", argumenta Paul Ekins, coautor del estudio. En su opinión, "la mayor atención global que hay hacia las políticas climáticas significa también que invertir en compañías del sector de los combustibles fósiles está volviéndose más arriesgado para los inversores, en cuanto a los beneficios que reparten a largo plazo", afirma en una nota de prensa. Por ello, espera que los "inversores prudentes en el sector de la energía vayan cambiando poco a poco hacia fuentes de energía bajas en carbono".

martes, 16 de diciembre de 2014

El clima, a la deriva

La Cumbre del Clima recién celebrada en Lima ha terminado como una carrera de caballos en la que cuatro monturas llegan al mismo tiempo. Parte del público se ha quedado con ganas de preguntar qué ha pasado, quién ha ganado. No se esperaba de la reunión que saliera ya el documento que se debería firmar en París en 2015, pero sí debía sentar algunas bases. Hay quienes ven el vaso medio lleno y quienes lo ven aún medio vacío. El propio Parlamento Europeo reconocía ayer a través del presidente y el vicepresidente de su delegación en la cumbre que se trataba de una cuerdo «minimalista que deja muchos escollos en el camino hacia París».
«El acuerdo alcanzado representa el mínimo común denominador más bajo, pero es importante que el proceso continúe para que podamos llegar a un pacto global en París», dijo ayer Giovanni La Via, presidente de la delegación. La diplomacia europea, y en especial la francesa, tienen un reto importante durante los próximos meses de cara a tender puentes que permitan que los intereses de los países en vías de desarrollo sean compatibles con los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones fijados por la Unión Europea, por ejemplo.
La reunión ha dejado algunos cambios esperanzadores, como el fin de la división entre países pobres y países ricos y la buena disposición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de grandes países que no ratificaron el Protocolo de Kioto, que sólo afectó al 15% de las emisiones mundiales. De ahora en adelante, todos los países deberán sumarse al previsible acuerdo de París.
«A pesar de haberse alcanzado algunos progresos en Lima, aún quedan muchos obstáculos en el camino. La cumbre del clima de París 2015 será una prueba para la diplomacia de la UE en materia de clima», aseguró el vicepresidente de la delegación del Parlamento europeo en Lima, el alemán Jo Leinen. «Después del fiasco de Copenhague no podemos permitirnos un segundo fracaso. Sin un acuerdo sobre clima en París 2015, la humanidad se arriesga a perder su carrera contrarreloj para estabilizar el clima y limitar el aumento de las temperaturas por debajo de dos grados», concluyó Leinen.
Los grupos ecologistas coinciden con la valoración negativa del resultado de la reunión climática. «La cumbre ha fracasado en dar el impulso hacia lo que se tiene que firmar en París», explicó ayer Mar Asunción, responsable del Área de Cambio Climático de WWF/España. «No hemos percibido ese sentimiento de urgencia. Hay que actuar ya y la ventana para la acción se está cerrando», dijo.
Sin embargo, también hay hueco para el optimismo y algunos científicos involucrados con el panel científico de Naciones Unidas para el cambio climático (IPCC, por sus siglas en inglés) aseguran que la magnitud de la tarea dificulta que los avances sean rápidos. «Un acuerdo de esta naturaleza para limitar el aumento de la temperatura global a 2ºC o 1,5ºC, como ya se empieza a pedir, es un reto fenomenal», aseguró ayer a este diario José Manuel Moreno, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha y vicepresidente del Grupo II del IPCC. «Un acuerdo así va a cambiar nuestra forma de vivir en todo el mundo. No ver el vaso medio lleno no sería el mensaje adecuado», dice el investigador.
La delegación del Gobierno español, con la ministra Isabel García Tejerina a la cabeza también celebró el acuerdo que, en su opinión, establece las bases para el acuerdo de París. Antes de la reunión de Lima, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos aseguró en un encuentro con periodistas que de Lima deberían haber salido los objetivos, el nivel de vinculación del acuerdo de París y los controles que los verificarán. Pero eso no se ha logrado. «Sería muy negativo que no se alcanzara un acuerdo vinculante en París», dijo Ramos. «En caso contrario, seríamos una especie que no quiere velar por su futuro», aseguró.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/12/16/548f42adca4741c5748b457d.html

El tiempo en 2050: noches de hasta 40 grados y calimas saharianas

"Buenos días, 10 de agosto de 2050 y seguimos con temperaturas muy altas: ya van 10 días en gran parte del país con valores por encima de la media. Las temperaturas van a seguir siendo elevadas durante las próximas horas porque la masa de aire sahariana se va a mantener sobre España". Así, con estas palabras de Mónica López que se pueden escuchar en el vídeo, arrancará la información del tiempo del Telediario dentro de 36 veranos, según el trabajo conjunto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y TVE.
Este experimento de futurología climática, basado en proyecciones científicas, sirve para poner sobre aviso a la población de los riesgos que corre el planeta de seguir por esta vereda de emisiones de gases con efecto invernadero y cambio climático global. Según el pronóstico del tiempo que presenta López, jefa de Información Meteorológica de TVE, durante las noches de ese verano no habrá quien logre conciliar el sueño: entre las 22.00 horas y las 8.00 horas se darán temperaturas de más de 40 grados con una mínima de 29 grados.
Según explica López, en los 30 años que preceden a 2050 la temperatura media de España habrá aumentado de media 3 grados. Este vídeo forma parte de una serie que ha lanzado la OMM en el marco de la Cumbre del Clima que estos días se celebra en Lima, para concienciar a distintos países del mundo de las consecuencias de la inacción. Aunque noticias como la conocida ayer, que 2014 será el más caluroso de la historia, ya podrían servir para ese propósito.

Vía: http://elpais.com/elpais/2014/12/04/ciencia/1417684852_587483.html

lunes, 15 de diciembre de 2014

El hielo de Groenlandia se desvanece

El gigantesco cubo de hielo que cubre la mayor parte de Groenlandia, con casi cinco veces la extensión de España, se está derritiendo a un ritmo acelerado. Un estudio muestra que su masa helada pierde tantos kilómetros cúbicos como para, una vez aguados, llenar 110 millones de piscinas olímpicas cada año y así, desde hace 20.
Groenlandia es, tras la Antártida, la mayor reserva de agua dulce del planeta. Se ha estimado que si todo el hielo que cubre la gran isla del norte se derritiera de repente, el nivel del mar se elevaría más de seis metros. No sería tan rápido, pero un grupo de investigadores estadounidenses y europeos ha realizado la mayor estimación de la evolución de sus glaciares hecha hasta la fecha y sus resultados son abrumadores.
Hasta ahora, las estimaciones sobre el casquete helado de Groenlandia se basaban en la evolución de cuatro de sus mayores glaciares, cada uno muriendo en un punto cardinal de la isla. El grosor, cambios en su altura, ritmo de avance hacia el mar y deshielo de estos ríos a cámara lenta era después extrapolado a todo la capa de hielo. El problema es que en la isla hay al menos 242 grandes glaciares, cada uno con su propia evolución.
Para seguir la dinámica de los glaciares, los científicos han recurrido a los datos de dos misiones de la NASA complementarias. Por un lado, dentro de su programa ICESat, concluido en 2009, un sistema de altimetría por láser calculaba la altura de la capa de hielo a cada paso que realizaba sobre la isla. Para completarlo, un avión de la Operación IceBridge, también usaba pulsos de luz para, midiendo su rebote, determinar la altura del hielo. Combinadas, ambas misiones mapearon la isla en 100.000 puntos. Los registros se inician en 1993, lo que ha permitido a los investigadores, comprobar la deriva de los glaciares año a año.
La capa de hielo de Groenlandia ha perdido, de media, unos 243.000 millones de toneladas métricas cada año desde hace 20. En volumen, esa ingente masa ocuparía unos 277 kilómetros cúbicos. Lo peor es que, según publican en la revista PNAS, esta dinámica de adelgazamiento se está acelerando en los últimos años.
"El adelgazamiento dinámico se debe a la aceleración de los glaciares", dice la profesora de geología de la Universidad de Buffalo (Estados Unidos) y principal autora de la investigación, Beata Csatho. "A medida que la velocidad aumenta, más hielo llega al mar, provocando que el glaciar adelgace. Es como si estiraras un chicle", añade. Ese estiramiento, que implica una menor concentración de la masa de hielo, lo hace más vulnerable a la acción de la temperatura o el agua del mar.
El estudio muestra que el 48% de la pérdida neta de masa de hielo se debe a esta aceleración del movimiento de los glaciares. Y casi la mitad de este porcentaje se ha producido en el sureste de la isla. El otro 52% del deshielo de Groenlandia se debería a la reducción de las nevadas y al deshielo provocado por el calentamiento tanto global como local.
La importancia ambiental de los glaciares es mucho mayor que la del llamado deshielo ártico. El casquete polar presenta un ciclo anual de congelación y descongelación del océano. Aunque la extensión del mar helado es cada año menor que el anterior, su impacto sobre el nivel del mar sería nulo. "El mar de hielo está formado de agua oceánica congelada por lo que, las variaciones en el mar helado no tienen un impacto directo en la elevación del nivel del mar, de la misma manera que un cubito de hielo no eleva el nivel de agua del vaso", recuerda Csatho.
Pero el deshielo de los glaciares sí aporta una cantidad neta de agua al mar. Según sus estimaciones, desde 1993, el hielo de Groenlandia convertido en agua habría elevado el nivel del mar en unos 0,68 milímetros cada año. Además, los dos tipos de deshielo se refuerzan. "La reducción del mar helado tiene un impacto en el clima global modificando la circulación oceánica y permitiendo a la superficie del océano absorber mayor cantidad de radiación solar y, por tanto, elevando la temperatura de la región ártica", recuerda la investigadora estadounidense.
Ese aumento de la temperatura, en endemoniada combinación, acelera el deshielo de la masa helada de la isla y la bajada de los glaciares. Tampoco es desdeñable la reducción del efecto albedo, la capacidad que tiene el hielo de rebotar buena parte de la radiación solar.
Pero, para poner las cosas en perspectiva, conviene recordar que aún queda mucho hielo en Groenlandia. Si se han perdido unos 277 Km3, todavía hay otros 2,8 millones de Km3. El problema es que el fenómeno del deshielo además de que podría acelerarse, podría llegar a un punto de no retorno. Como dice Csatho: "Algunos estudios predicen cambios irreversibles en Groenlandia en unos pocos siglos o incluso antes. Nuestros resultados ayudarán a mejorar los modelos de la capa de hielo para dar una mejor respuesta a esta cuestión".

¿Por qué está subiendo el nivel del mar?

El nivel del mar sube. Lo ha documentado EL MUNDO, al publicar un reportaje de Pablo Pardo sobre la isla de Tangier, en la Bahía de Chesapeake, en Virginia, en la costa Este de los EEUU cerca de Washington.
En España, en las costas de Huelva, que suelo visitar anualmente, las playas solo existen porque todos los años los ingenieros de las administraciones responsables sacan arena del mar y la depositan en la costa. El agua en invierno se lleva la arena.
El nivel del agua del mar sube respecto a tierra, o ésta baja respecto al mar, tanto da que da lo mismo. Al aumentar la temperatura del agua del mar, esta se dilata como se dilata casi toda la materia al calentarse (una excepción es la misma agua cerca de los 4ºC, que se dilata al calentarse y al bajar de esta temperatura).  Por ejemplo, para poner las llantas metálicas en las antiguas  ruedas de madera de los carros, se calentaban aquellas al rojo vivo. Al ponerlas en las ruedas de madera y enfriarlas, los aros se comprimían y apretaban los radios de las ruedas. La misión de la llanta no solo era reducir el desgaste de la rueda, sino afirmar esta última.
Lo mismo se hace con los rodamientos, y si alguien tiene problemas en su casa para sacar o meter alguna pieza en otra que este reparando, siempre puede probar a calentar o enfriar esta última.
Pues bien, el mar se calienta y su nivel sube, se ha medido hasta el aburrimiento, vean estas gráficas.
Al calentarse se dilata y como en la olla de la cocina puesta a rebosar, al calentarse se sale: Avanza por las playas.
Adicionalmente los glaciares de las tierras sólidas (no el hielo del ártico, que flota sobre el agua) están deslizandose hacia el mar.  En estos blogs de El Mundo he explicado ya como la banquisa del Mar de Ross en la Antártida esta deslizando desde el continente hacia el mar en un proceso irreversible en este siglo XXI. Y los glaciares de las montañas de los continentes y de Groenlandia están deslizándose hacia el mar: Estamos echando agua donde ya hay, y al echar agua el cuenco se llena.
No solo eso. El cambio climático no es solo un calentamiento. Es un ''cambio''. Al calentarse, el mar asciende, pero además cambian sus corrientes, de manera que lo que antes no entraba en la bahía, hoy sí entra. Las olas que antes pasaban de lado por la costa ahora se enfrentan a ella. Corriente y olas provocan erosión, y la erosión la bajada de las tierras hacia el mar.
Este año ha sido el más caliente desde que tenemos registros meteorológicos, y con él, otros siete de este siglo XXI (hablamos de escalas humanas: 100, 200 años, no nos interesan, en este contexto, escalas de 500, 1.000, 10.000, 100.000, millones de años, en las cuales el clima ha cambiado casi lo mismo que esta cambiando ahora).
El proceso de calentamiento del mar es muy lento: intenten ustedes calentar una piscina con una estufa de 100 watios. Pero de la misma forma que tarda en calentarse, el océano, una vez caliente, tarda milenios en enfriarse.
La subida del nivel del mar es muy lenta, hoy unos 3,3 milímetros por año, 3 centímetros en 10 años, algo más de un palmo en un siglo.
Pero de esta subida, 1,6 milímetros son esencialmente los de la dilatación térmica del agua. En los últimos 20 años la subida se ha incrementado en otros 1.6 milímetros por año, debidos al deslizamiento de los glaciares, y esta fusión se está acelerando, pues al dejar suelo libre de hielo, este suelo deja de reflejar la luz del sol, y se calienta, algo que no hacía cuando estaba cubierto de hielo.
En los cálculos científicos, se estima que la subida del nivel del mar, a lo largo del siglo XXI, si no detenemos el cambio climático, será de al menos 1 metro.  El mar, en el puerto de Gijón, por ejemplo, salta hoy los muelles en marea alta, y más si hay oleaje fuerte. A finales de este siglo, si seguimos quemando combustibles fósiles, los mulles estarán inundados la mitad del día.
Una subida de un metro del nivel medio del mar implica un avance de las líneas de costa hacia el interior de unos 10 kilómetros en el Atlántico, donde las mareas son de 3 metros y hay oleaje intenso, y de al menos 1 kilómetro en el Mediterráneo: Las construcciones turísticas de las primeras líneas de playa desaparecerán en este siglo, o dejarán de ser primera línea de playa para convertirse en urbanizaciones bloqueadas por diques como en Holanda.  Pero Holanda tiene un par de cientos de kilómetros de costa, en España tenemos un par de miles. No podemos poner diques a la manera holandesa.
Detener el cambio climático es sencillo: Basta con dejar de polucionar el aire quemando combustibles fósiles.  La semana que entra hay una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá, impartida por un Ingeniero de Repsol, con el curioso título de  ''Ética ambiental en la extracción de combustibles fósiles". Voy a acudir a la conferencia a preguntar que cómo se come eso. Es absolutamente contrario a la ética ambiental ensuciar la atmósfera cada vez que se quema gasolina, gasóleo y gas natural, y no digamos carbón.
Con el dinero que tiene acumulado Repsol, en vez de perforar y vender petróleo, puede, mucho mejor, dedicar ese dinero a montar centrales solares. Quizás no le den un rendimiento del 1000%, pero la gran mayoría de los ciudadanos vivimos contentos con ganancias de un 30%. ¿No podría Repsol contentarse con un 300% de ganancia montando centrales solares y contribuyendo así, por ejemplo a frenar la subida del nivel del mar y todos sus riesgos concomitantes?
¡Pienso que eso sí sería ético!
Es solo un ejemplo. Hay muchísimos más.
La ética no es algo de los religiosos o de los filósofos. El comportamiento ético genera beneficios, siempre, y el latrocinio genera, a la corta, media y larga, pérdidas para los ladrones y para todos. Basta con hacer bien las cifras. Solo los ciegos, los descerebrados, pueden pensar que expoliar es rentable. Y expoliar es lo que estamos haciendo con el sistema climático, y con el resto del planeta, océanos incluidos.
Estamos aún a tiempo de variar nuestro comportamiento, de respetar la casa donde vivivimos. No lo perdamos.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Moderado optimismo en la semana decisiva de la Cumbre del Clima

Mientras en Filipinas el tercer tifón consecutivo desplaza a un millón de personas, las negociaciones en la Vigésima Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP20 por sus siglas en inglés) avanzan con lentitud y "moderado" optimismo en la reducción de emisiones. Y se estancan en el financiamiento de la adaptación al cambio climático de los países en desarrollo.
Desde el 1 de diciembre, delegados de 195 países negocian en Lima dos textos. Por un lado, el borrador de acuerdo climático global que deberá ser aprobado en París en la COP21, y por otro, la estructura de los compromisos contra el cambio climático que cada país debe presentar a la ONU antes del fin del primer trimestre de 2015. Si no se logran consensos en Lima en ambas metas, difícilmente se logrará un acuerdo vinculante en París que permita que el calentamiento global no supere el umbral de los dos grados.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la COP, y Manuel Pulgar Vidal, Ministro de Medioambiente de Perú, describieron ayer el clima de las negociaciones como de confianza y optimismo, un halo que bautizaron como "el espíritu de Lima". En virtud de ese espíritu, ambos expresaron ayer su convicción de lograr "consensos" que sería ratificados este viernes 12, fecha en la que culmina la cumbre después de las negociaciones de alto nivel entre Jefes de Estado y ministros.
Sin embargo, este espíritu forjado en la multitudinaria marcha por el clima de septiembre pasado en Nueva York y abonado en noviembre por los compromisos -aunque insuficientes y no vinculantes -de gigantes contaminantes como EEUU y China, de reducir sus emisiones por primera vez en su historia, comienza a bajar a tierra.
Ante las arduas negociaciones, los esfuerzos de la Unión Europea se concentran en cerrar en Lima la estructura de las contribuciones de los países y seguir trabajando el borrador de acuerdo climático global a lo largo de 2015. Respecto a las contribuciones, la UE ratificó ayer su voluntad de que sólo incluyan metas de reducción de emisiones y excluyan el financiamiento y la adaptación al cambio climático, negociaciones clave para países como el anfitrión, el tercero más afectado del mundo por el cambio climático. Para el Comisario de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, la financiación para la adaptación debe realizarse por otras vías.
Al respecto, en declaraciones a EL MUNDO, el Secretario de Estado de Medioambiente Español, Federico Ramos, opinó en Lima que la reducción de emisiones es una materia clara y cuantificable y debe distinguirse de "otras patas" como el financiamiento y la adaptación. A pesar de que la delegación española vive las negociaciones con "moderado" optimismo, Ramos consideró que esperan largas negociaciones y noches sin dormir para lograr consensos en la COP20 este viernes, día límite para que el planeta logre un acuerdo para su supervivencia.
Hasta ahora el único instrumento para la adaptación al cambio climático de los países en desarrollo es el Fondo Verde, que a la fecha cuenta con promesas de aportes que suman cerca de ocho mil millones de euros, un monto que contrasta con los 80.000 millones a los que se habían comprometido las partes.
La Sociedad Civil en la COP20 ha exigido a los países desarrollados aportar al fondo en función de sus emisiones, por lo que EEUU debería aportar un 58% y la UE un 22% de los fondos de adaptación..
Mientras estas discusiones tienen lugar en la pequeña ciudad levantada para albergar la COP, en el centro de Lima comenzó ayer la Cumbre de Los Pueblos, que busca dirigir la atención de las negociaciones hacia los grandes afectados por el cambio climático: pequeños agricultores, mujeres y pueblos indígenas El día 10 está prevista en Lima la marcha por el clima, que recogerá el testigo de Nueva York.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/12/09/5486e155e2704ee8298b4582.html

martes, 2 de diciembre de 2014

Los efectos del cambio climático






































Vía: http://elpais.com/elpais/2014/05/06/media/1399402204_702410.html

Comienza en Lima la cumbre que busca un nuevo acuerdo climático global

La Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU comenzó hoy en Lima con optimismo de avanzar hacia un acuerdo tras el pacto entre China y EE. UU. para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, mientras aumentan las voces que piden acciones urgentes ante la evidencia del calentamiento global.
En su intervención, el ministro peruano del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, que asumió hoy la presidencia de la Conferencia, dijo que el desafío es recibir «todas esas buenas señales» y construir acuerdos concretos «porque el mundo no espera» fallos.
«Queremos que esta sea la Conferencia que ponga los cimientos sólidos del nuevo acuerdo climático global. Queremos que todos los países, sin excepción, nos pongamos de acuerdo en la información a presentar para demostrar nuestro compromiso en la reducción de emisiones» de gases de efecto invernadero, señaló.
Durante dos semanas, negociadores de 195 países se reunirán en Lima para perfilar un borrador que el próximo año sea aprobado en París, para que sustituya a partir de 2020 al protocolo de Kioto.
El reto es lograr que todos los países acepten este borrador y presenten sus contribuciones en la lucha contra el cambio climático antes de marzo de 2015.
Para impedir que la temperatura global se incremente en 2 grados, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse entre un 40 y un 70 % para 2050, y eliminarse casi en su totalidad para 2100, según recordó hoy en Lima, el presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) y nobel de la Paz en 2007, Rajendra Pachauri.
«Cuanto más lo retrasemos, más difícil y caro será afrontar el objetivo de los 2 grados», añadió Pachauri.
El debate en las negociaciones de Lima girará en torno al tipo de información común que deben presentar los países en sus contribuciones, para que estas metas puedan ser cuantificables y comparables, según explicaron a Efe fuentes oficiales peruanas.
El otro meollo de la cuestión es si el acuerdo que se adopte en París en 2015 y que no entraría en vigor hasta 2020 va a ser jurídicamente vinculante, como pretende la Unión Europea (UE).
Tras los anuncios de la UE, China y Estados Unidos de sus metas en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ahora la expectativa está centrada en las decisiones que anuncien países como Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, Japón, Canadá, y Nueva Zelanda.
Estados Unidos se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025 entre un 26 y un 28 % con respecto a los niveles de 2005, mientras que China alcanzará el tope de sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2030.
La secretaria ejecutiva de la Convención de la ONU sobre cambio climático, Christiana Figueres, instó a los participantes a igualar los compromisos de adaptación con los de mitigación, reforzar la capacidad de financiación, sobre todo con aquellos más vulnerables y animar a los países a aumentar el alcance de sus acciones para avanzar más rápido.
Durante la COP20, también se esperan más anuncios de contribuciones al Fondo Verde, que ya cuenta con 9.700 millones de dólares y tiene como objetivo asistir sobre todo a los países en vías de desarrollo mas pobres y vulnerables para afrontar o ralentizar los efectos del cambio climático.
En un mensaje grabado en vídeo, el presidente de Perú, Ollanta Humala recordó que el cambio climático es un hecho real obra de la humanidad, y señaló que «es hora de retomar el camino correcto».
En paralelo a la COP20, Perú acoge desde hoy decenas de foros y conferencias sobre medio ambiente y la próxima semana también albergará la Cumbre de los Pueblos, una reunión convocada por organizaciones indígenas y no gubernamentales que tendrá como acto central una manifestación el día 10.
Entre las personalidades que ya confirmaron su asistencia a la COP se encuentran el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry; el exvicepresidente estadounidense (con Bill Clinton, 1993-2001) Al Gore; el actor Leonardo di Caprio; y el presidente de Bolivia, Evo Morales, que llegarán a Lima para la segunda semana de reuniones, cuando se inicien los debates a nivel ministerial.
También está previsto que asistan los presidentes de los países de la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, México y Perú), según anunció hoy el canciller peruano, Gonzalo Gutiérrez.
 

jueves, 13 de noviembre de 2014

El cambio climático aumentará un 50% las tormentas con relámpagos

Relámpagos provocados por una tormenta eléctrica en Madrid.
A la larga y creciente lista de futuros problemas derivados del cambio climático, podemos añadir hoy una nueva: relámpagos, muchos más relámpagos. Un trabajo publicado esta semana por la revista Science logra predecir la cantidad de relámpagos en una tormenta a partir de tan sólo dos variables y, además, vaticina un aumento considerable de la actividad eléctrica provocado por el aumento de la temperatura global en este siglo.
El número de relámpagos -los que van de cielo a tierra- sufrirá un incremento del 12% por cada grado centígrado más en la temperatura media del globo, alcanzando en el año 2100 un 50% más que en la actualidad. Una previsión meteorológica digna del Capitán Haddock que puede complicar los incendios forestales y trastocar la química atmosférica.
¿Por qué hay tormentas, igualmente suaves o de idéntica violencia, que sin embargo tienen diferente actividad eléctrica? Para ello, debemos entender primero qué causa los relámpagos. «Lo primero que necesitas es agua en tres fases al mismo tiempo: líquido, vapor y sólido, o sea, hielo. Y lo segundo que necesitas es que las corrientes [de aire] hacia arriba sean lo suficientemente fuertes como para sostener el agua y el hielo [en la nube]», explica a EL MUNDO David Romps, autor principal del estudio y profesor asistente del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de Berkeley, California.
El modelo de Romps y sus colaboradores, para predecir cuántos relámpagos habrá en una zona concreta, multiplica dos variables muy conocidas en la meteorología: las precipitaciones y el CAPE [Energía Potencial Convectiva Disponible, por sus siglas en inglés]. La medida de las precipitaciones no es nada nuevo, se obtiene combinando lecturas de radar y de estaciones meteorológicas en todo el territorio.
El CAPE da una idea de lo rápido que una nube se elevará y se obtiene sin necesidad de esperar a la tormenta, a partir de datos de humedad y temperatura atmosféricas gracias a los datos de una masiva colaboración de científicos que en más de mil puntos de la geografía norteamericana liberan dos veces al día globos meteorológicos.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/11/13/5464ff77ca4741963f8b4572.html

jueves, 25 de septiembre de 2014

Este año se alcanzará un récord en el aumento de emisiones de dióxido de carbono

Todo apunta a que 2014 batirá un récord en cantidad anual de dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera. Esa cantidad del principal gas causante del calentamiento global, cuando termine el año, ascenderá a 40.000 millones de toneladas, según los cálculos efectuados por los científicos del Proyecto Global del Carbono, entre quienes figuran especialistas del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, en la Universidad de East Anglia (Anglia Oriental) en el Reino Unido.
Esta última actualización de la tasa de emisiones de CO2 muestra que las emisiones totales futuras de CO2 no pueden ser mayores de 1,2 billones de toneladas, si queremos, con un 66 por ciento de posibilidades de éxito, mantener el calentamiento global medio por debajo de los 2 grados centígrados (con respecto a la temperatura media del planeta poco antes de iniciarse la Revolución Industrial). Con el ritmo actual de emisiones de CO2, este margen de 1,2 billones de toneladas de CO2 habrá sido alcanzado en unos 30 años. Ese es pues el tiempo que le queda a la humanidad para impedir que el calentamiento global rebase ese tan temido umbral de temperatura, más allá del cual el sistema climático mundial sufrirá trastornos mucho peores y difíciles de revertir que los registrados hasta ahora, y se instaurará una nueva e incierta era de la historia humana.
El equipo internacional de científicos climáticos dice que, para evitar esto, podría ser necesario dejar sin explotar más de la mitad de todas las reservas de combustible fósiles.
Corinne Le Quéré, directora del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático, se muestra tajante sobre la creciente dificultad de refrenar el calentamiento global para evitar que sobrepase ese umbral:
“La influencia humana en el cambio climático es clara. Necesitamos reducciones sustanciales y sostenidas en las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles si queremos limitar el cambio climático mundial. No estamos nada cerca de los compromisos necesarios para permanecer por debajo de los 2 grados centígrados de cambio climático, un nivel que ya será complicado evitar para la mayoría de los países de todo el mundo, incluso para las naciones ricas”.
No menos categóricas son las afirmaciones del profesor Pierre Friedlingstein, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido y coautor del informe ahora presentado:
“El tiempo para una evolución tranquila en nuestras actitudes hacia el cambio climático ya se ha agotado. Retrasar el entrar en acción no es una opción; tenemos que actuar juntos y deprisa. Ya hemos usado dos tercios del total de la cantidad de carbono que podemos quemar, para poder mantener el calentamiento por debajo del crucial nivel de los 2 grados centígrados de aumento. Si continuamos con el ritmo actual, alcanzaremos nuestro límite en tan solo 30 años. Las repercusiones de no hacer nada son preocupantemente claras; o asumimos la responsabilidad colectiva de marcar la diferencia, y pronto, o será demasiado tarde”.
Entre los datos más destacados que recoge el informe, figuran los siguientes:
-Se estima que las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles habrán aumentado en un 2,5 por ciento a lo largo de 2014. Eso es un 65 por ciento por encima del nivel de 1990, el año de referencia para el Protocolo de Kioto.
-China, Estados Unidos, la Unión Europea y la India son los mayores emisores, totalizando juntos el 58 por ciento de las emisiones.
-Las emisiones de CO2 de China crecieron en un 4,2 por ciento en 2013, en Estados Unidos crecieron el 2,9 por ciento, y las de la India lo hicieron en un 5,1 por ciento.
-La Unión Europea ha reducido sus emisiones en un 1,8 por ciento, si bien continúa exportando un tercio de ellas a China y a otros productores a través de la importación de bienes y servicios.
-Las emisiones de CO2 de China son ahora más grandes que las de Estados Unidos y la Unión Europea juntas. El 16 por ciento de las emisiones chinas son para bienes y servicios que se exportan a otros lugares.
-Las emisiones de CO2 proceden principalmente de la quema de combustibles fósiles, así como de la producción de cemento y la deforestación. Esta última supone el 8 por ciento de dichas emisiones.

Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/11507/este-ano-se-alcanzara-un-record-en-el-aumento-de-emisiones-de-dioxido-de-carbono/