Una de las mejores formas de estudiar la vida que podría
poblar otros planetas y lunas del Sistema Solar -y de más allá del calor
de nuestro Sol- es a través de las formas de vida extrema del planeta
Tierra. Investigando cómo viven para saber dónde y cómo buscar vida extraterrestre. Algunas pueden vivir sin oxígeno o literalmente flotando en ácido; a temperaturas de varios cientos de grados centígrados,
sumergidas en salinas o en las fumarolas volcánicas del fondo del
océano. Pero también a varios kilómetros de profundidad bajo la
superficie terrestre o bajo el lecho marino, en condiciones de ausencia
total de oxígeno y de luz y sometidas a unas condiciones de presión y
temperatura que impedirían la vida a la práctica totalidad de las formas
de vida que habitan la Tierra.
Que nadie se imagine un
gran vertebrado excavador, y ni siquiera un anélido -lombriz- o un
protozoo. Ninguno de ellos sobreviviría en unas condiciones como esas.
Los habitantes de estas profundidades pertenecen al grupo de
microorganismos de las Arqueas y han sido bautizadas por los
investigadores que las acaba de descubrir como Hadesarchaea, en
referencia al dios del inframundo de la mitología griega, según ha
explicado Brett Baker, de la Universidad de Texas y autor principal de
la investigación recién publicada en Nature Microbiology.
Se
trata de organismos microscópicos, unicelulares y sin núcleo -es decir,
procariotas-, como las bacterias. Pero desde un punto de vista
evolutivo son tan diferentes a estas como lo sería el ser humano de un
vegetal, por ejemplo. De manera que dentro del árbol de la vida,
constituyen un dominio a parte de las bacterias y de los eucariotas -los organismos con células con núcleo, desde las algas hasta los protozoos o los mamíferos-.
El
grupo de investigadores de las universidades de Texas (EEUU) y de
Uppsala (Suecia) dirigidos por Baker ha estudiado los genomas de este
desconocido grupo de microorganismos a través de dos muestras tomadas en
los sedimentos de las fuentes termales -géiseres- del Parque Nacional
de Yellowstone (California, EEUU) y en el estuario del White Oak River
(Carolina del Norte, EEUU) para tratar de desvelar uno de los mayores
misterios de la biodiversidad terrestre: ¿Cómo viven estos organismos?
Debido a las peculiares condiciones en las que se desarrollan estos
microbios nunca han sido multiplicados en el laboratorio, por lo que su
modo de vida era aún desconocido para la ciencia.
Sin embargo,
estos microbiólogos han conseguido saber cómo logran los microorganismos
subterráneos, descubiertos por primera vez en una mina de oro de
Sudáfrica a una profundidad de más de tres kilómetros, desarrollar su vida en ausencia total de oxígeno, sin luz y durísimas condiciones de presión y temperatura.
"El descubrimiento de Hadesarchaea
nos ayudará a saber más sobre la biología y el estilo de vida de las
arqueas que habitan en las profundidades de la biosfera", ha asegurado
Thijs Etterma, otro de los autores, en un comunicado de la Universidad
de Uppsala.
Gracias a la secuenciación del código genético de
estos microorganismos, los científicos se han acercado a una posible
explicación al extraño modo de vida de estas arqueas del inframundo: son
capaces de sobrevivir sin oxígeno en esas profundidades porque podrían
utilizar monóxido de carbono -un gas letal para el ser humano- para
obtener energía, algo que no se había visto en ninguna otra forma de
vida anteriormente.
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