jueves, 13 de noviembre de 2014

El cambio climático aumentará un 50% las tormentas con relámpagos

Relámpagos provocados por una tormenta eléctrica en Madrid.
A la larga y creciente lista de futuros problemas derivados del cambio climático, podemos añadir hoy una nueva: relámpagos, muchos más relámpagos. Un trabajo publicado esta semana por la revista Science logra predecir la cantidad de relámpagos en una tormenta a partir de tan sólo dos variables y, además, vaticina un aumento considerable de la actividad eléctrica provocado por el aumento de la temperatura global en este siglo.
El número de relámpagos -los que van de cielo a tierra- sufrirá un incremento del 12% por cada grado centígrado más en la temperatura media del globo, alcanzando en el año 2100 un 50% más que en la actualidad. Una previsión meteorológica digna del Capitán Haddock que puede complicar los incendios forestales y trastocar la química atmosférica.
¿Por qué hay tormentas, igualmente suaves o de idéntica violencia, que sin embargo tienen diferente actividad eléctrica? Para ello, debemos entender primero qué causa los relámpagos. «Lo primero que necesitas es agua en tres fases al mismo tiempo: líquido, vapor y sólido, o sea, hielo. Y lo segundo que necesitas es que las corrientes [de aire] hacia arriba sean lo suficientemente fuertes como para sostener el agua y el hielo [en la nube]», explica a EL MUNDO David Romps, autor principal del estudio y profesor asistente del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de Berkeley, California.
El modelo de Romps y sus colaboradores, para predecir cuántos relámpagos habrá en una zona concreta, multiplica dos variables muy conocidas en la meteorología: las precipitaciones y el CAPE [Energía Potencial Convectiva Disponible, por sus siglas en inglés]. La medida de las precipitaciones no es nada nuevo, se obtiene combinando lecturas de radar y de estaciones meteorológicas en todo el territorio.
El CAPE da una idea de lo rápido que una nube se elevará y se obtiene sin necesidad de esperar a la tormenta, a partir de datos de humedad y temperatura atmosféricas gracias a los datos de una masiva colaboración de científicos que en más de mil puntos de la geografía norteamericana liberan dos veces al día globos meteorológicos.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/11/13/5464ff77ca4741963f8b4572.html

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