Un equipo de científicos estadounidenses y españoles ha descubierto y mapeado una proteína sensible a la luz que utiliza vitamina B12 para llevar a cabo funciones clave, incluyendo la regulación de genes.
El resultado, derivado del estudio de proteínas de la bacteria Thermus thermophilus, incluye al menos dos hallazgos de amplio interés.
En primer lugar, lo descubierto amplía nuestro conocimiento sobre el papel biológico de la vitamina B12, de la cual ya se sabía que ayuda a convertir la grasa en energía, y que está implicada en la formación del cerebro, pero que solo ahora ha sido identificada como miembro esencial de las proteínas fotorreceptoras, las estructuras que permiten a los organismos percibir la luz y reaccionar a ella.
En segundo lugar, la investigación describe un nuevo modo de regulación genética, en el que las proteínas sensibles a la luz juegan un papel clave. A tal fin, las bacterias han reacondicionado estructuras proteicas existentes que utilizan la vitamina B12, y las han puesto a trabajar de nuevas formas.
A largo plazo, lo descubierto en esta investigación podría tener aplicaciones prácticas, como el control de la transcripción del ADN mediante la luz, o el desarrollo de interacciones controladas entre proteínas.
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