La deposición de nitrógeno (N) atmosférico se encuentra entre las tres
principales amenazas para la biodiversidad a escala global (Sala, 2000). Se
estima que para el año 2050 la contaminación de N a nivel mundial será casi el
doble que al comenzar la década de los 90 (Galloway et al., 2004) amenazando a
muchos ecosistemas en todo el mundo (Phoenix, et al., 2006).
En los entornos terrestres se han identificado diversos efectos de la
polución por N sobre las comunidades vegetales, tales como cambios en las
coberturas vegetales, la abundancia y riqueza de especies (Bobbink et al., 2010;
Phoenix, et al., 2012; Hautier et al, 2014), una disminución en la resistencia a
patógenos y plagas (Bobbink et al., 2010; Phoenix, et al., 2012) y un aumento en
la susceptibilidad de las plantas a la sequía y heladas (Bobbink et al., 2010;
Phoenix, et al., 2012).
Los efectos de la deposición de nitrógeno sobre los bancos de semillas
(reserva de semillas viables sin germinar que se almacenan en el suelo después
de que han sido dispersadas) han sido poco estudiados, pero por primera vez se
conocen los efectos de la contaminación por N durante un largo periodo de tiempo
sobre los bancos de semillas de pastizales. El estudio lo publicó la revista
científica internacional Nature Communications.
Sofía Basto, bióloga docente de la Universidad Javeriana, en Colombia, con
doctorado de la Universidad de Sheffield en Inglaterra, encontró que el
nitrógeno es una amenaza aún mayor para los bancos de semillas de los
pastizales, lo que pone en peligro la capacidad natural de los ecosistemas para
recuperarse después de una perturbación humana o el cambio climático y pone en
riesgo de extinción local a las poblaciones vegetales.
La investigación de la docente halló que los suelos que recibieron 140 kg de
N por hectárea al año presentaron una disminución en la abundancia total de
semillas, en la riqueza de especies y en la abundancia de hierbas, ciperáceas y
gramíneas.
La profesora indica que "se demostró que el tamaño y la riqueza del banco de
semillas de un pastizal ácido se redujo considerablemente después de 13 años de
deposición simulada de nitrógeno y que no hay indicios de recuperación después
de que la deposición se detuvo por un periodo de más de cuatro años, lo que pone
en peligro la capacidad de los ecosistemas para recuperarse después de una
perturbación humana o el cambio climático.
El estudio revela que los efectos de la contaminación por nitrógeno (N) son
mayores en los bancos de semillas que en la vegetación que crece sobre el suelo,
ya que la cobertura y la floración no cambiaron significativamente en la mayoría
de las especies. Además, el banco de semillas no se recuperó después de cuatro
años del cese de la deposición de N.
Asimismo, resalta que el impacto de la deposición de nitrógeno en los bancos
de semillas del suelo genera una mayor preocupación, ya que estos contribuyen al
mantenimiento de diversidad de especies vegetales (Royo & Ristau, 2012),
amortiguan a las poblaciones vegetales pequeñas y aisladas contra extinción
local (Piessens, et al., 2004) y son determinantes clave de la resistencia y
resiliencia de los ecosistemas frente a amenazas como los incendios, sequías, el
sobrepastoreo o el cambio climático.
La cuantificación del impacto de la deposición de N a largo plazo en los
bancos de semillas era "un eslabón perdido" en el conocimiento de las
respuestas de los ecosistemas a la deposición del N, y tiene implicaciones
importantes para la conservación y restauración de los pastizales.
Dado que el efecto de la polución por N se da a nivel global, existe una
seria preocupación porque la disminución de los bancos de semillas puede estar
ocurriendo también en otros ecosistemas diferentes a los pastizales.
Por esta razón, los resultados de este estudio serán presentados en la
reunión anual del Committee on Air Pollution Effects Research (Caper, por sus
siglas en inglés), en Manchester (Inglaterra) del 30 de marzo al 1 de abril del
presente año, en la que se toman decisiones para ser aplicadas a nivel mundial
en el control de la contaminación por nitrógeno y otros contaminantes y el
nombre de nuestro país estará en primer lugar.
Aunque la escasez de nutrientes limita la productividad de los suelos
agrícolas, su exceso genera un grave riesgo ambiental. En el caso del nitrógeno
(N), los suelos agrícolas requieren aplicaciones de N suplementarios a través de
fertilizantes para satisfacer la necesidades de los cultivos y obtener así el
rendimiento y la calidad esperada; sin embargo, los fertilizantes se aplican en
la mayoría de los cultivos en tasas y periodos de tiempo inapropiados, las
plantas no logran asimilar todos los nutrientes suplementarios y los excedentes
se acumulan en el suelo, se desplazan a las fuentes hídricas y por último
algunos de ellos ascienden a la atmósfera, se transportan por las corrientes de
aire y son depositados nuevamente en los suelos, las aguas y la vegetación.
Este fenómeno se conoce como deposición atmosférica de nitrógeno. Al igual
que la agricultura, el uso de combustibles fósiles y la ganadería también
contribuyen de forma similar a la contaminación por N.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/13189/hallan-eslabon-perdido-en-efectos-de-la-contaminacion-por-nitrogeno/
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