La ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona hizo público ayer su voto particular en el pleno del consejo que aprobó el lunes, por cuatro votos a favor y uno en contra, la autorización de emplazamiento del ATC. Y su análisis es muy crítico con la postura de sus compañeros en el consejo. "La necesidad de un ATC no implica, sin embargo, el apoyo a cualquier emplazamiento [...] ni tampoco el apoyo a una tramitación inadecuada del ATC seleccionado", escribe Narbona.
"Muchos de los informes técnicos de evaluación y notas informativas elaboradas por varias áreas de la Dirección Técnica de Seguridad Nuclear (DSN) del CSN alertan con claridad sobre la mala calidad de los terrenos de la parcela escogida en el municipio de Villar de Cañas para albergar un ATC", concreta en su voto particular la consejera del CSN.
En el mismo sentido, el Colegio Oficial de Geólogos de España se posicionó ayer en contra de la decisión y alertó de los sobrecostes que puede producir la mala calidad de los terrenos en el coste final de un proyecto cuya construcción se prevé que ronde los 900 millones de euros.
"El incremento del precio final sólo se puede saber cuando se hagan los estudios geológicos de obra, pero calculamos que puede rondar los 200 millones sobre el precio estimado", explica Manuel Regueiro, vicepresidente primero del Colegio Oficial de Geólogos de España. "El suelo es inestable, formado por yesos, arcillas expansivas y formaciones kársticas. Si le hubieran dado la lista con los ocho pueblos candidatos a cualquier experto para que tachara los tres en los que seguro no se podría instalar el ATC, Villar de Cañas hubiera sido uno de los primeros descartados", añade Regueiro.
Para los miembros del colegio, que hicieron ayer público un comunicado con su postura oficial, es una "mala práctica dar la autorización de emplazamiento sin haber solicitado un análisis de coste-beneficio para poder fundamentar su decisión". Regueiro va más allá y asegura que los estudios revelan que la decisión no ha sido tomada en base a criterios técnicos y que "en estos asuntos, el criterio político no es válido".
Una postura que coincide con la manifestada por los colectivos ecologistas que se han opuesto desde hace años al emplazamiento del ATC en esta localidad conquense. Para la Plataforma contra el Cementerio Nuclear en Cuenca, Greenpeace y Ecologistas en Acción, que han unido sus voces contra el proyecto, la decisión del CSN de aprobar el emplazamiento de Villar de Cañas para el futuro cementerio nuclear ha sido adoptada por criterios políticos, en lugar de técnicos.
Además, añaden que "esta importante decisión se ha tomado a pesar de las dudas de los terrenos y sin los resultados de unos estudios cruciales que ha de realizar Enresa a partir de septiembre". "El CSN muestra de nuevo que no es coherente. Por una parte no tienen prisa para desmantelar una central nuclear como Garoña fuera de operación desde hace casi 3 años, y sin licencia desde hace dos; y por otra apremian a los técnicos para que avalen el emplazamiento de un cementerio nuclear sin tener todos los informes preliminares pedidos por ellos mismos", afirman.