jueves, 29 de octubre de 2015

Identifican a una proteína clave para la reparación de tejido dañado por un derrame cerebral

Examinando tejido cerebral de ratones, monos y humanos, unos científicos han encontrado que una proteína conocida como factor de crecimiento y diferenciación 10 (GDF10) es una pieza clave en los mecanismos de reparación que siguen a un derrame.
El estudio lo ha realizado el equipo del Dr. Thomas Carmichael, de la Escuela David Geffen de Medicina, adscrita a la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y ha contado con la ayuda del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Derrame Cerebral (NINDS), uno de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Estos hallazgos ayudan a aclarar los mecanismos de reparación que se ponen en marcha tras un derrame cerebral. Identificar esta proteína clave aumentará un poco más el conocimiento científico sobre cómo el cerebro procura curarse a sí mismo después de los devastadores efectos de un derrame, y podría ayuda a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para promover la recuperación de los pacientes.
Un derrame puede suceder cuando un vaso sanguíneo cerebral se bloquea, evitando que el tejido próximo reciba los nutrientes esenciales. Cuando el tejido cerebral es privado de oxígeno y nutrientes, empieza a morir. Una vez esto ocurre, se activan mecanismos de reparación, como el brote de axones, a medida que el cerebro intenta superar los daños sufridos. Durante el brote de axones, las neuronas sanas producen nuevas proyecciones (“brotes”) que restablecen algunas de las conexiones perdidas por culpa del derrame y forman otras nuevas, lo que resulta en una recuperación parcial. Antes de este estudio, se desconocía lo que desencadenaba el brote de axones.
El GDF10 podría ser importante para una recuperación funcional después de un derrame. Los autores del estudio trataron modelos de ratón con GDF10 e hicieron que los animales realizaran varias tareas motoras para probar su recuperación. Los resultados sugieren que unos niveles superiores de GDF10 están asociados con una recuperación notablemente más rápida después del derrame. Cuando los investigadores bloquearon el GDF10, los animales no actuaron tan bien durante las tareas motoras, lo que sugiere que los mecanismos de reparación implicados no estaban operativos.

Cambio climático y proliferaciones dañinas de algas

Por culpa del calentamiento global, el futuro podría traernos más proliferaciones masivas de algas que amenazan la vida silvestre y la economía de diversas zonas del mundo. Ya era previsible desde bastante tiempo atrás, y ahora un equipo de científicos lo respalda con un nuevo estudio.
Las principales conclusiones que se extraen de la investigación son que si bien hay razones para esperar que las proliferaciones masivas de algas aumenten con el cambio climático, el escaso conocimiento científico que por ahora se tiene sobre el fenómeno limita seriamente las predicciones, y las actuales estrategias de investigación no es probable que mejoren esta capacidad.
Las observaciones empíricas sugieren que hay motivos para preocuparse mucho. La expansión hacia el norte de las especies de fitoplancton, unas ventanas estacionales más amplias para el desarrollo de proliferaciones masivas de algas, y un mayor predominio de tales proliferaciones en todo el mundo, apuntan a un futuro con mayores problemas.
La incidencia de las proliferaciones masivas de algas es extensa. Aunque las proliferaciones de fitoplancton normalmente alimentan a los ecosistemas productivos, algunas crean unas concentraciones muy bajas de oxígeno en las aguas del fondo, matando peces y otras criaturas marinas u obligándolas a emigrar fuera de la zona. Otras producen neurotoxinas potentes que dañan a los ecosistemas y que constituyen una amenaza para la salud humana.
Las pruebas obtenidas sugieren que estas proliferaciones tan destructivas, llamadas mareas rojas en el pasado, pero que más propiamente son proliferaciones dañinas de algas, están aumentando en frecuencia y gravedad, posiblemente por causas humanas. “Existe una preocupación creciente entre los científicos sobre la posibilidad de que el cambio climático pueda agravar esta tendencia”, afirma el profesor Mark Wells, de la Universidad de Maine en Estados Unidos y coautor del estudio.
Los efectos combinados de incrementar tanto la temperatura como el CO2 atmosférico están afectando a las temperaturas de la superficie marítima, a los nutrientes oceánicos, y a la acidez del agua marina, todo lo cual afecta a los ecosistemas marinos. Estos factores influyen no solo en la intensidad de las proliferaciones masivas de algas sino también en su composición. La cuestión es si el cambio climático posibilitará que especies dañinas desplacen a otras de fitoplancton que son beneficiosas para el Ser Humano. "Es de importancia crítica que aprendamos todo lo posible, y tan precisamente como sea posible, para llenar el serio vacío de conocimiento entre la actual y la futura estructura de comunidades del fitoplancton”, advierte el profesor Charles Trick, de la Universidad Occidental en London, Ontario, Canadá.

Tomates enriquecidos con compuestos útiles para la salud

Si nos dieran la oportunidad de beber 50 botellas de vino o comer un único tomate, en un solo almuerzo, ¿cuál opción elegiríamos? La elección es obvia, e ilustra que un solo tomate, de un tipo especial, puede albergar una cantidad de compuestos útiles para la salud tan grande como la extraíble de esas 50 botellas de vino.
Unos científicos han encontrado una forma de producir de modo eficiente cantidades industriales de compuestos naturales útiles para la salud, a base de cultivarlos en los tomates. Entre estos compuestos están el resveratrol, presente en el vino y del que se ha afirmado que extiende la esperanza de vida, al menos a juzgar por los resultados de algunos estudios hechos con animales, y la genisteína, un compuesto presente en la soja (o soya) del que se ha sugerido que interviene en la prevención de algunos tipos de cáncer, en particular el de mama.
El equipo internacional de Yang Zhang y Eugenio Butelli, del Centro John Innes en Norwich, Reino Unido, ha encontrado una forma de producir cantidades industriales de esos compuestos naturales útiles de manera eficiente, cultivándolos en tomates. Uno de estos tomates puede producir la misma cantidad de resveratrol que se encuentra en 50 botellas de vino tinto. Un tomate ha producido también la cantidad de genisteína que se encuentra en 2,5 kilogramos de tofu.
Zhang y Butelli han estado estudiando el efecto de una proteína llamada AtMYB12, que se encuentra en la Arabidopsis thaliana, una planta presente en la mayoría de los jardines británicos y que se emplea como modelo vegetal en numerosas investigaciones científicas.
La proteína AtMYB12 activa un amplio grupo de genes implicados en las vías metabólicas responsables de producir compuestos naturales que la planta utiliza. La proteína actúa un poco como un grifo para aumentar o reducir la producción de ciertos compuestos naturales, dependiendo de cuánta proteína se halla presente.
Lo que resultó interesante sobre el efecto de introducir esta proteína en una tomatera fue que actuó tanto para aumentar la capacidad de la planta de producir compuestos naturales (al activar la producción de fenilpropanoides) como para influir en la cantidad de energía y carbono que la planta dedicó a producirlos. En respuesta a la influencia de la proteína AtMYB12, las tomateras empezaron a generar mayores cantidades de compuestos de estas clases beneficiosas para la salud y a dedicar más energía para hacer esto en sus frutos.
La introducción tanto de la AtMYB12 como de genes de plantas que codifican para enzimas específicas para hacer resveratrol en las uvas y genisteína en las legumbres, supuso la obtención de tomates que podían producir hasta 80 miligramos de nuevo compuesto por gramo de peso en seco, demostrando que es posible un proceso a escala industrial.
Dependiendo de la variedad de tomate enriquecida, su utilidad podría estar en la alimentación, o más decantada hacia la industria farmacéutica. Las plantas medicinales con un alto valor son a menudo difíciles de cultivar y gestionar, y necesitan tiempos muy largos de cultivo para que produzcan los compuestos deseados. La nueva investigación proporciona una plataforma magnífica para producir rápidamente estos valiosos compuestos medicinales en tomates. Los compuestos deseados podrían ser aislados directamente a partir del zumo de tomate.

martes, 27 de octubre de 2015

Un bebé de 15 días muere por tos ferina en Málaga

Un bebé de 15 días murió la semana pasada por tos ferina en el Hospital Materno Infantil de Málaga, según ha confirmado la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, que precisa que se trata de un caso aislado y descarta un brote. El recién nacido fue ingresado el 16 de octubre en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del centro hospitalario y falleció cuatro días más tarde por las complicaciones que le causó esta patología.
El pequeño no estaba inmunizado contra esta enfermedad porque el calendario fija la primera vacuna a los dos meses de vida. Las siguientes se administran a los cuatros meses, los seis y al año y medio de edad. Después hay un recordatorio a los seis años. Según publica este martes Málaga hoy, el ginecólogo recomendó a la madre durante el embarazo que se pusiera la vacuna para transmitir los anticuerpos al bebé hasta que estuviera inmunizado, aunque la mujer no la encontró en las farmacias. En el centro de salud le indicaron que solo está prevista para los niños.La vacuna contra la tos ferina se administra en combinación con la de la difteria y el tétanos. Andalucía no incluye en su estrategia esta inmunización en mujeres embarazadas y se prevé exclusivamente para los críos. Solo siete comunidades españolas (Cataluña, Asturias, Navarra, Valencia, País Vasco, Canarias y Extremadura) recomiendan la vacunación contra esta patología durante el embarazo entre la semana 27 y 36 de gestación.La jefa del Servicio de Salud Pública de Málaga, Yolanda González, recuerda que no existe “una posición homogénea” sobre la vacunación de mujeres embarazadas, un tema en debate “mucho tiempo” para analizar los posibles beneficios y riesgos, y que la media de fallecimientos por tos ferina en España de niños menores de tres meses oscila de media entre dos y cinco. Opina que el caso de Málaga es “puntual”, por lo que no debe conllevar un cambio, y añade que la Consejería vigila anualmente el comportamiento de esta enfermedad. Esa variación solo se produciría si la situación “lo requiriera”, es decir, si adquiriera características epidemiológicas.
La Agencia Española del Medicamento emitió una nota el pasado mayo en la que informaba de “problemas de suministro” de la vacuna de la tos ferina a nivel mundial, recuerda el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, Francisco Florido, que constata esos problemas de abastecimiento. Hay dos marcas que comercializan estas dosis en España y en ese momento se explicó que se trabajaba “activamente” para solventar las carencias.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda la vacunación a las madres embarazadas de forma habitual para proteger a los bebés hasta que reciban la primera inmunización. En España, actualmente se registran algo más de 3.000 casos de tos ferina al año, según la estadística del Ministerio de Sanidad, con la incidencia más alta en los menores de un año, especialmente antes de los dos meses de vida.

La carne procesada, declarada cancerígena por la OMS

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), la institución especializada en esta enfermedad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha evaluado la carcinogenicidad del consumo de carne roja y carne procesada.
Los autores de esta revisión de más de 800 estudios –22 expertos de 10 países diferentes– clasificaron el consumo de carne roja como ‘probable carcinógeno para humanos’ (grupo 2A), basado en la evidencia limitada de que su ingesta provoca cáncer y una fuerte evidencia mecanicista que apoya dicho efecto carcinógeno.
Por su parte, los datos para la carne procesada son mucho más contundentes, clasificándose directamente como ‘carcinógena para humanos’ (grupo 1), basado en la evidencia suficiente de que su consumo causa cáncer colorrectal en humanos.
Así, los científicos concluyen que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida a diario aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%. Los resultados se publican hoy en The Lancet Oncology.
“Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por el consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero aumenta con la cantidad de carne consumida”, explica Kurt Straif, jefe del Programa de Monografías de la IARC.
Según la OMS, carne roja es toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, cerdo, cordero, caballo y cabra. Por otro lado, la carne procesada se refiere a la que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o conservación.
Ejemplos de carnes procesadas incluyen salchichas, jamón, carne en conserva, cecina o carne seca, así como carne en lata y preparaciones y salsas a base de carne.
La carne se compone de varios componentes, como el hierro hemo, que se utiliza para crear glóbulos rojos. Pero también puede contener sustancias químicas que se forman durante su procesamiento o su cocción.
Por ejemplo, entre los productos químicos cancerígenos que se crean durante el procesamiento de carne se incluyen compuestos N-nitroso e hidrocarburos aromáticos policíclicos.
La cocción de la carne roja o procesada también produce aminas aromáticas heterocíclicas, así como otros productos químicos que incluyen hidrocarburos aromáticos policíclicos, que además se encuentran en otros alimentos y en el aire contaminado.
No obstante, a pesar de que algunos de estos productos químicos son carcinógenos conocidos o sospechosos de serlo, los expertos todavía no comprenden completamente cómo se incrementa el riesgo de cáncer por este tipo de carne.
El consumo de la carne varía mucho entre los países, desde un pequeño porcentaje hasta un 100% de habitantes que ingieren carne roja. Aunque la proporción de consumo de carnes procesadas es menor, Straif añade que su impacto sobre la incidencia del cáncer “es de importancia para la salud pública”.
Pero, ¿debemos dejar de comer carne? Desde la OMS dejan claro que comer carne tiene beneficios para la salud. Sin embargo, “muchas de las recomendaciones nacionales aconsejan a las personas limitar el consumo de carne procesada y carne roja, ya que ambos están vinculados a un mayor riesgo de muerte por enfermedades del corazón, diabetes y otras patologías”.

Hacia la reconstrucción de tejidos del corazón mediante impresión 3D

Mucha gente en el mundo está en lista de espera para recibir un trasplante de corazón. Estos pacientes a quienes su corazón les está fallando no tienen la opción de la curación, ya que el tejido cardiaco, a diferencia de otras partes del cuerpo, es incapaz de curarse una vez está dañado. En algunos casos, es factible el implante de un dispositivo artificial, pero todo lo que se aleje estructuralmente de los componentes naturales afronta diversas dificultades. Lo ideal sería poder trabajar con el material biológico mismo, preparando tejidos a la medida de lo requerido por cada corazón. Afortunadamente, unos científicos ya trabajan en una técnica para confeccionar estos parches, que podrían algún día llevarnos a un mundo en el que los trasplantes de corazón, natural o artificial, ya no sean necesarios gracias a poder reparar cualquier parte dañada o problemática de un corazón colocando el tejido idóneo en sustitución del viejo.
El equipo de Adam Feinberg y TJ Hinton, de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos, ha logrado obtener imágenes por resonancia magnética de arterias coronarias e imágenes en 3D de corazones embrionarios, y bioimprimirlos tridimensionalmente con una resolución y una calidad sin precedentes a partir de materiales muy blandos, como colágenos, alginatos y fibrinas.
Las impresoras 3D tradicionales construyen objetos duros hechos habitualmente de plástico o metal, y funcionan a base de depositar material sobre una superficie, capa a capa, para crear el objeto tridimensional. Imprimir cada capa precisa del soporte lo bastante resistente de las capas inferiores, así que imprimir con materiales blandos como geles ha estado bastante limitado.
El problema de usar materiales blandos (pensemos en algo parecido a la gelatina) es que se hunden por efecto de su propio peso cuando son imprimidos en 3D en el aire.
La nueva técnica de impresión 3D del equipo de Feinberg y Hinton hace su trabajo dentro de un medio semilíquido. En esencia, se imprime con un gel dentro de otro gel, lo que permite posicionar de forma precisa el material blando que está siendo impreso, capa a capa.
Uno de los mayores avances de esta técnica, llamada FRESH, por las siglas en inglés de "Freeform Reversible Embedding of Suspended Hydrogels", es que el gel de soporte puede ser fácilmente derretido y retirado al calentarlo a temperatura corporal, lo cual no daña las delicadas moléculas biológicas o células vivas que se imprimen, al menos a juzgar por los experimentos realizados hasta ahora.
Como próximo paso, el grupo está trabajando hacia la incorporación de células cardiacas reales en estas estructuras de tejido impresas en 3D, proporcionando un andamio para ayudar a formar el músculo contráctil.
La bioimpresión es un campo en alza, pero hasta la fecha, la mayoría de las bioimpresoras 3D han costado por encima de 100.000 dólares y/o requieren conocimientos especializados para su operación, limitando una adopción más general. El grupo de Feinberg, sin embargo, ha podido poner en marcha su técnica en una serie de impresoras 3D de nivel popular, que cuestan menos de 1.000 dólares al usar hardware y software de código abierto.
“No solo es bajo el coste, sino que al usar el software de código abierto, tenemos acceso a ajustar los parámetros de impresión, optimizar lo que estamos haciendo y maximizar la calidad de lo que estamos imprimiendo”, explica Feinberg. “Nos ha permitido realmente acelerar el desarrollo de nuevos materiales e innovar en este campo. Y también estamos contribuyendo a que otros puedan hacerlo, al divulgar nuestros diseños de impresión 3D bajo una licencia de código abierto”.


domingo, 25 de octubre de 2015

Ultrasonido para acelerar la absorción corporal de un fármaco

Una nueva técnica basada en el uso de ultrasonido permite mejorar el tratamiento de ciertas enfermedades inflamatorias intestinales, al acelerar notablemente la absorción del medicamento administrado.
Empleando ondas ultrasónicas, unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, y del Hospital General de Massachusetts (MGH) en la misma nación, han encontrado una forma de suministrar de forma ultrarrápida fármacos al tracto gastrointestinal. Esta estrategia podría hacer más eficaz el suministro de fármacos a pacientes que sufren de enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
Hoy en día, tales enfermedades se tratan habitualmente con fármacos administrados en forma de enema, que debe mantenerse en el colon durante horas, mientras la medicina es absorbida. Sin embargo, esto puede ser difícil para pacientes que sufren de diarrea e incontinencia. Para superar esto, el equipo del gastroenterólogo Giovanni Traverso buscó una forma de estimular una absorción más rápida del fármaco, y ha encontrado en la aplicación de ultrasonido un medio idóneo para lograrlo.
Con esta nueva técnica no se cambia cómo se administra el fármaco. Lo que se cambia es la cantidad de tiempo que el medicamento necesita estar ahí, porque la técnica ultrasónica acelera la absorción de este por el tejido.
Con investigaciones adicionales que aseguren su validez, esta técnica podría ser muy valiosa tanto en la práctica médica como en investigaciones biomédicas, permitiendo la aplicación de terapias mejoradas al tracto gastrointestinal.

Nanorredes eléctricas naturales conectando arqueas con bacterias

Se podría decir que algunos microorganismos, cuando necesitan energía, simplemente enchufan un cable a una toma de corriente. Estas células pueden satisfacer sus necesidades de energía en forma de electricidad a través de conexiones mediante nanocables naturales.
Unos investigadores han descubierto estas singulares redes naturales de suministro de electricidad, posiblemente las redes eléctricas más pequeñas del mundo, al examinar aglomeraciones celulares de microorganismos que degradan el metano. En las redes intervienen dos tipos de microorganismos unicelulares muy diferentes, que pueden degradar conjuntamente el metano. Los científicos han descubierto conexiones catalogables como cables interconectando a estas criaturas, una infraestructura esencial en los intercambios de energía.
El descubrimiento de un cableado eléctrico entre microorganismos empleando hierro como fuente de energía, en 2010, fue un hallazgo científico espectacular. De inmediato, surgió la pregunta de si el intercambio de energía eléctrica es habitual en otras reacciones químicas en las que intervienen microbios. Uno de los procesos en cuestión era la oxidación anaeróbica de metano (AOM, por sus siglas en inglés), que es responsable de la degradación de dicho gas de efecto invernadero en el lecho oceánico, y que por tanto tiene una gran relevancia para el clima terrestre. Los microorganismos implicados fueron descritos por vez primera en 2000, y desde entonces estos han sido ampliamente estudiados.
En el océano, el metano se produce por la descomposición de la biomasa muerta en los sedimentos bajo la superficie del fondo marino. El metano se eleva hacia dicho suelo, pero antes de alcanzar la columna de agua es degradado por un tipo especial de comunidad de arqueas y bacterias. Las arqueas toman el metano y lo oxidan para obtener carbonato. En el proceso, transmiten energía a sus bacterias asociadas.
El equipo de Gunter Wegener y Viola Krukenberg, del Instituto Max Planck de Microbiología Marina en Bremen, Alemania, se centró en una de estas comunidades de arqueas y bacterias cuya subsistencia se basa en la oxidación anaeróbica de metano. Estos microorganismos viven en un entorno a 60 grados centígrados.
Resultó muy difícil averiguar cómo se realizaba la transferencia de energía.
Usando microscopía electrónica en cultivos termofílicos AOM, se constató la existencia de conexiones directas canalizando electrones entre las células. También se han encontrado todos los genes necesarios para la biosíntesis de los filamentos celulares que conectan a las células. Solo cuando se añade el metano como fuente de energía se activan estos genes y se forman los cables que conectan a las bacterias con las arqueas.
Con una longitud de varios micrómetros, los cables pueden exceder en mucho la propia de las células, pero su diámetro tiene solo unos pocos nanómetros.

lunes, 5 de octubre de 2015

¿Genes víricos como causa de la esclerosis lateral amiotrófica?

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA o ALS por sus siglas en español o en inglés, respectivamente), conocida también como enfermedad de Lou Gehrig, es una dolencia degenerativa neuromuscular que destruye las neuronas encargadas de controlar los movimientos de los músculos. No habiendo todavía una cura para ella, la enfermedad mata a la mayoría de pacientes entre tres y cinco años después de que aparezcan los primeros síntomas. Es una enfermedad más común de lo que podría parecer: solo en Estados Unidos unos 5.600 nuevos casos se diagnostican cada año.
Durante generaciones, los humanos nos hemos estado transmitiendo restos genéticos provenientes de genes retrovirales endógenos (HERVs, por sus siglas en inglés) de infecciones que pudieron aquejar a nuestros antepasados hace millones de años. Aunque casi el 8 por ciento del genoma humano normal está compuesto por estos genes, se conoce muy poco sobre su papel en la salud y la enfermedad.
El equipo del Dr. Avindra Nath, del Instituto Nacional estadounidense de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), uno de los Institutos Nacionales estadounidenses de Salud (NIH), ha descubierto que la reactivación de genes víricos antiguos de esa clase incrustados en el genoma humano podría ser la causa de la destrucción de neuronas en algunas de las modalidades de la esclerosis lateral amiotrófica. Los resultados sugieren una conexión entre estos casos de la enfermedad y los genes HERV.
Los resultados de la investigación también plantean la cuestión de si algunos fármacos antirretrovirales, similares a aquellos usados para refrenar al VIH (culpable del SIDA), podrían ayudar a algunos pacientes de esclerosis lateral amiotrófica.
En contadas ocasiones, pacientes de SIDA, infectados con el VIH, desarrollan síntomas parecidos a la esclerosis lateral amiotrófica. En muchos de estos pacientes, los síntomas pueden ser suprimidos mediante un tratamiento con fármacos antirretrovirales. Estudios anteriores encontraron transcriptasa inversa, una proteína codificada por genes retrovirales, en la sangre de algunos pacientes de esclerosis lateral amiotrófica, pero su papel en esta dolencia es desconocido.
Estas observaciones impulsaron al Dr. Nath y sus colaboradores a explorar la posible relación entre los retrovirus y la esclerosis lateral amiotrófica. Inesperadamente, han encontrado que ciertos retrovirus endógenos, o heredados, podrían estar implicados en la esclerosis lateral amiotrófica; las neuronas motoras podrían ser susceptibles a la activación de estos genes en dicha enfermedad.

Identifican y detallan la función de la proteína principal de un mecanismo natural sensor de luz

Un equipo de científicos estadounidenses y españoles ha descubierto y mapeado una proteína sensible a la luz que utiliza vitamina B12 para llevar a cabo funciones clave, incluyendo la regulación de genes.
El resultado, derivado del estudio de proteínas de la bacteria Thermus thermophilus, incluye al menos dos hallazgos de amplio interés.
En primer lugar, lo descubierto amplía nuestro conocimiento sobre el papel biológico de la vitamina B12, de la cual ya se sabía que ayuda a convertir la grasa en energía, y que está implicada en la formación del cerebro, pero que solo ahora ha sido identificada como miembro esencial de las proteínas fotorreceptoras, las estructuras que permiten a los organismos percibir la luz y reaccionar a ella.
En segundo lugar, la investigación describe un nuevo modo de regulación genética, en el que las proteínas sensibles a la luz juegan un papel clave. A tal fin, las bacterias han reacondicionado estructuras proteicas existentes que utilizan la vitamina B12, y las han puesto a trabajar de nuevas formas.
A largo plazo, lo descubierto en esta investigación podría tener aplicaciones prácticas, como el control de la transcripción del ADN mediante la luz, o el desarrollo de interacciones controladas entre proteínas.