lunes, 28 de septiembre de 2015

Disminución reciente de fitoplancton marino en el hemisferio norte

Las aguas marítimas del hemisferio norte han experimentado descensos notables en ciertos tipos de vida vegetal microscópica, en la base de la cadena alimentaria marina, según un nuevo estudio llevado a cabo por el equipo de la oceanógrafa Cecile Rousseaux, de la USRA (Universities Space Research Association), y del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos.
Las diatomeas, el tipo más grande de algas de fitoplancton, han disminuido más de un 1 por ciento anual desde 1998 hasta 2012 globalmente, con pérdidas notables acaecidas en el Pacífico Norte, el Índico Norte y el Índico Ecuatorial. La reducción en la población podría disminuir la cantidad de dióxido de carbono extraído de la atmósfera y transferido hasta las profundidades marinas donde queda almacenado a largo plazo.
El fitoplancton necesita dióxido de carbono (CO2) para la fotosíntesis, exactamente como los árboles. El dióxido de carbono de la atmósfera se disuelve en agua marina fría. Durante una proliferación masiva de fitoplancton, que puede extenderse a lo largo de cientos de kilómetros y ser vista desde el espacio, los diminutos organismos toman el CO2 disuelto y lo convierten en carbono orgánico, una forma que los animales pueden utilizar como alimento para nutrirse y crecer. Ello constituye la base esencial de la red alimentaria marina. Después, cuando la célula de fitoplancton muere, se hunde hasta el fondo marino, llevándose con ella el carbono en su cuerpo.
Dado que son más grandes que otros tipos de fitoplancton, las diatomeas, cuando mueren, pueden hundirse más rápidamente que los ejemplares de tipos con estructura más pequeña. Una porción circulará de regreso a la superficie debido a las corrientes oceánicas, y, como fertilizante, alimentará otra proliferación de fitoplancton. Pero el resto se depositará en el fondo marino, kilómetros más abajo, donde se acumulará en el sedimento y será almacenado durante miles o millones de años. El proceso es una de las opciones de almacenamiento a largo plazo para el carbono retirado de la atmósfera.

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