Muchas polémicas está levantando una investigación según la cual las personas
con tendencias psicopáticas y que además tengan índices de inteligencia altos
pueden ser capaces de enmascarar sus síntomas manipulando sus respuestas a
exámenes diseñados para revelar sus personalidades. Esto hace surgir la
inquietante posibilidad de que una gran cantidad de implacables amantes del
riesgo puedan esconder su nivel de psicopatía y lograr ascender hasta puestos
directivos clave, desde los cuales tomar algún día una decisión perturbada que
provoque un descalabro económico.
Ya hubo un estudio previo según el cual si bien el 1 por ciento de la
población correspondía a sujetos clasificados como psicópatas, la cifra
alcanzaba el 3 por ciento en el caso de los ocupantes de cargos directivos en
empresas y otras entidades.
En el nuevo estudio, el equipo de Carolyn Bate, de la Universidad de
Huddersfield en el Reino Unido, ha llegado a la conclusión de que la
inteligencia podría ser una explicación para ese fenómeno de más psicópatas en
puestos de poder que fuera de ellos. A mayor inteligencia del sujeto, mayor
capacidad para ocultar su psicopatía.
Bate y sus colaboradores también asumen que puede haber muy malas
consecuencias para la sociedad si se sitúa un número cada vez mayor de
psicópatas en puestos de poder. “La cifra podría ser más de un 3 por ciento,
porque si las personas son conscientes de que son psicopáticas pueden también
mentir, tal es su falta de empatía y su capacidad de manipulación. Esto podría
tener un efecto perjudicial para nuestra vida cotidiana”, argumenta Bate.
De hecho, ha habido investigadores que han sugerido que algunas crisis
económicas de la historia reciente pueden haber sido el resultado de la acción
de varios psicópatas en distintos puestos de gran poder tomando decisiones
insensatas que una persona en su sano juicio jamás tomaría. Se ha asumido
también que la conducta escandalosa y un tanto errática de banqueros y políticos
corruptos dilapidando dinero como si creyeran irracionalmente que es imposible
que les descubran es el efecto de habérseles “subido a la cabeza” el poder, pero
también se podría asumir que esa personalidad amoral, cínica, insensata y sin
ninguna empatía ha sido la que siempre han tenido, aunque han sabido ocultarla
para poder ascender a los cargos de poder que codiciaban.
Es importante tener claro que, si bien la idea popular que se suele tener del
psicópata es la del sujeto que no puede evitar sus impulsos de ejercer violencia
física o incluso matar, existen varias categorías de psicópata y que no todas se
caracterizan por una propensión a la violencia física.
Las personas que ocupan puestos de alto poder son a menudo encantadoras e
inteligentes, aunque con déficits emocionales. Son sujetos muy distintos a los
psicópatas de conducta claramente errática y que cometen crímenes atroces,
incapaces de reprimir sus impulsos incluso cuando saben que la policía está a
punto de descubrirles.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/12222/-hay-mas-psicopatas-en-puestos-de-poder-que-fuera-de-estos-/
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