“Cada día sabemos más y entendemos menos”-Albert Einstein
miércoles, 6 de noviembre de 2013
El riesgo de meteoritos peligrosos es 10 veces más alto de lo que se creía
Una llamada de atención. Así define un equipo de investigadores la
explosión causada por el meteorito que el pasado 15 de febrero provocó
más de un millar de heridos en Chelyabinsk (Rusia)
y que supuso el mayor impacto registrado en la Tierra desde el
denominado evento Tunguska (en 1908 la caída de un objeto, del que no se
encontraron restos, causó un enorme cráter en una zona despoblada de
Siberia).
Según un estudio publicado esta semana en Nature
y liderado por investigadores de la Universidad de Western Ontario
(Canadá), el número de rocas espaciales con un tamaño parecido al de
Chelyabinsk (de unos 19 metros) que suponen una amenaza para la Tierra
podría ser diez veces mayor de lo que pensaba hasta ahora.
Peter Brown y sus colegas han calculado asimismo la cantidad total de
energía liberada por la explosión del meteorito, que fue capaz de
romper miles de cristales
de ventanas y puertas. Su impacto, comparan, fue equivalente a una
explosión de 500 kilotones (se calcula que la potencia destructiva de la
bomba atómica lanzada en Hiroshima en 1945 fue de 15 kilotones).
Se trata de una de las tres investigaciones sobre el meteorito ruso que esta semana coinciden en las páginas de Nature y Science,
consideradas las dos revistas científicas más prestigiosas. Y es que, a
diferencia de lo que ocurrió en Tunguska, la roca de Chelyabinsk cayó
cerca de una zona densamente poblada y en pleno siglo XXI, por lo que
los numerosos vídeos grabados por cámaras de vigilancia y teléfonos
móviles de ciudadanos, junto con los abundantes fragmentos de roca recogidos por la zona, están permitiendo reconstruir con detalle lo que ocurrió aquel día e investigar de dónde procedió este meteorito.
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