Un estudio a partir del ADN de la momia más famosa del mundo revela que está genéticamente relacionada con 19 austríacos actuales
Recreación de Otzi |
Ötzi va camino de convertirse en la momia más famosa del mundo. De hecho, Tutankamón ya no duerme como dormía antes. El ‘hombre de los hielos’ se
está labrando su fama y alimenta su popularidad con relativa
frecuencia. Las constantes investigaciones sobre el Homo Sapiens más
antiguo conocido de Europa aportan periódicamente nuevos datos. Algo que
a Tutankamón le disgusta porque su condición de momia seca no permite
extraer tanta información como de una momia húmeda, como es el caso de
Ötzi. Gracias a ello y a su ADN se ha hallado abundante información de cómo era, qué comía, cómo vestía e incluso cómo murió en los Alpes hace 5.300 años. Además, un reciente estudio revela que al menos 19 austríacos actuales descienden del viejo Ötzi.
Ötzi murió asesinado por el disparo de una flecha. El
flechazo, por la espalda, le entró por el omóplato izquierdo y la punta
todavía permanece alojada en el cuerpo. Ello le provocó una hemorragia
mortal. Si el daño de la flecha no fuera suficiente, su impacto le hizo
caer al suelo y se golpeó la cabeza, por lo que la muerte le llegó en
pocos minutos. Además, tenía una herida abierta en la palma de la mano
izquierda que podría ajustarse a un instinto de protección ante una
puñalada o un hachazo, indica Angelika Fleckinger, máxima especialista
en 'el hombre del hielo'.
La hipótesis que barajan los expertos es que la herida,
ocasionada unos día antes de su muerte, fue resultado de algún drama en
su poblado que le obligó a pelear y a huir montaña arriba hasta un paso
en los Alpes a 3.210 metros de altitud, en el italiano valle de Ötz, en
la frontera austriaca. Allí se debió sentir seguro y se sentó a comer
algo. En su estómago se ha encontrado pan, carne de corzo, verdura y una
bola de sebo que podría ser queso de cabra. Sin embargo, una hora
después de comer, algo se torció y perdió la vida en su refugio alpino.
Los ‘tataranietos’ de Ötzi
A su muerte, Ötzi tenía 46 años -un anciano para la época-,
medía 1,60 metros, pesaba 50 kilos y tenía caries. Iba armado con un
arco, flechas, un puñal de sílex, un hacha con la hoja de cobre… Pero, ¿quién era en realidad? ¿Por qué murió? Tantas
incógnitas y tantos descubrimientos han suscitado una fascinación en
torno a esta momia que motivó que 3.700 austríacos donaran su sangre
para comparar su ADN con el del ‘hombre de los hielos’. El estudio,
realizado por el Instituto Nacional de Medicina Legal de la Universidad
Médica de Innsbruck, Austria, ha logrado identificar a 19 personas que
están genéticamente relacionadas con el hombre momificado. Y hay
posibilidades de identificar a más 'familiares' de Ötzi tanto en Suiza
como en Italia.
Fue en 1991 cuando dos turistas alemanes encontraron en los
Alpes la momia, bautizada como Ötzi. Después de años de estudios, los
científicos anunciaron en 2012 que habían descifrado su genoma completo y
que en su ADN habían descubierto una mutación genética.
Los investigadores comenzaron otro estudio para tratar de encontrar
personas vivas descendientes de la momia de los Alpes. Hallaron 19
parientes vivos del conocido como 'hombre de los hielos', todos ellos
austríacos.
Pero la atracción por el hombre momificado no ha quedado
ahí. Los autores de la investigación han indicado que “hay voluntarios
que han prestado su sangre para continuar investigando” y que ya
disponen de colaboradores en Italia y en Suiza. Sin embargo, algunas
personas han llegado más lejos. Ante la posibilidad “factible” de fecundar un óvulo con ADN del ‘hombre de los hielos’, “muchas mujeres se han ofrecido para concebir un hijo de Ötzi”, ha asegurado Angelika Fleckinger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario