Investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona han
hallado un gen responsable de hacer susceptibles a las personas de
padecer un trastorno de pánico, una patología que afecta a un 5% de la
población y que se encuentra incluida entre las enfermedades
relacionadas con la ansiedad. La investigación, publicada en la
revista "Journal of Neuroscience", ha descubierto que el gen "ntrkC" es
factor de susceptibilidad para desarrollar el pánico y ha definido el
mecanismo de formación de las memorias del miedo, lo que abre la puerta
al desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos y cognitivos.
Aunque se sabía que esta enfermedad tenía una base neurobiológica y genética y se intentaban hallar los genes implicados en el desarrollo de la enfermedad, hasta ahora no se conocía la contribución fisiopatológica de los genes.
Esta investigación ha descrito por primer vez que el gen 'ntrk3', responsable de codificar una proteína esencial para la formación del cerebro, es un factor para desarrollar el pánico. "Hemos visto que la desregulación de 'ntrk3' produce cambios en el desarrollo cerebral que conllevan que la memoria relacionada con el miedo no funcione correctamente", ha explicado la investigadora Mara Dierssen, líder del grupo de Neurobiología celular y de sistemas del CRG. "Este sistema -ha añadido la científica- procesa de forma más eficiente la información que tiene que ver con el miedo, lo que hace que la persona sobreestime el riesgo de una situación y sienta más miedo y, además, que almacene esa información de forma más duradera y consistente".
Diferentes regiones del cerebro humano se encargan de procesar este sentimiento, aunque el hipocampo y la amígdala cerebral son las que desempeñan un rol crucial. El hipocampo es el responsable de la formación de la memoria y de procesar las informaciones contextuales, lo que conllevaría que la persona tenga miedo de encontrarse en lugares donde podría padecer el ataque de pánico, y la amígdala es crucial en la traducción de esas informaciones en una respuesta fisiológica de miedo.
Si bien esos circuitos se activan en todas las personas ante una situación de alerta, lo que los investigadores del CRG han descubierto es que "en las personas que padecen trastorno de pánico hay una sobreactivación del hipocampo y una activación alterada del circuito de la amígdala, lo que revierte en una formación exagerada de las memorias de miedo", ha explicado Davide D'Amico, estudiante de doctorado en el CRG que ha participado en la investigación. Los investigadores también han hallado que la tiagabina, un fármaco que modula el sistema inhibidor del miedo en el cerebro, es capaz de revertir la formación de memorias de pánico. Aunque ya se había visto que en algunos pacientes mejoraban ciertos síntomas, han descubierto que, "específicamente, ayuda a que se restaure el sistema de memorias del miedo", ha apuntado Dierssen.
El ataque de pánico es el principal síntoma del trastorno de pánico,
puede durar varios minutos, es repentino y repetido, y la persona sufre
una reacción física similar a la respuesta de alarma ante un peligro
real, con taquicardias, sudores fríos, mareos, sensación de ahogo,
hormigueos, náuseas y dolor de estómago.
Además, sienten ansiedad de
forma continua ante la posibilidad de volver a padecer un ataque. El
trabajo del CRG demuestra que la forma en que se guardan esas memorias
que se producen en consecuencia del ataque de pánico es lo que, al
final, acaba produciendo el trastorno, que suele aparecer entre los 20 y
los 30 años. Aunque tiene base genética, también influyen otros
factores ambientales, como el estrés acumulado, de ahí que los autores
de este trabajo consideren que el elevado estrés ambiental en la
sociedad española pueda estar incrementando la aparición de estos
trastornos.
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