Medusa de la especie Alatina moseri. |
En la orilla de la playa de Waikiki, en la isla hawaiana de Honolulú, hay reuniones de medusas de la especie Alatina moseri entre 8 y 12 días después de cada luna llena. El fenómeno, llamativo para los turistas pero también inquietante por la condición de venenosas de tales medusas, comenzó a recibir seguimiento detallado en la década de 1980 por parte del socorrista Landy Blair de Honolulú, un gran conocedor debido a su trabajo de protección a los bañistas de la playa.
Siguiendo los pasos de aquella iniciativa pionera de seguimiento, un equipo de especialistas de la Universidad de Hawái en Manoa, Estados Unidos, ha hecho un seguimiento de 14 años de esas reuniones de medusas. Los resultados de las observaciones de estos 14 años se han hecho públicos recientemente.
Aunque en años recientes se han llevado a cabo estudios sobre la actividad y la abundancia a largo plazo de las medusas, mayormente ha sido en relación con el cambio climático. En ninguno de ellos se ha examinado a esta especie ni a otras similares, y esta falta de investigaciones previas no deja de resultar llamativa, tal como critica Luciano Chiaverano, de la citada universidad y coautor del nuevo estudio, ya que las medusas de este tipo están entre los animales más venenosos del mundo.
Además, con frecuencia su hábitat se superpone a zonas turísticas donde la gente se baña, lo que provoca casos de picaduras dolorosas en personas, algunas veces letales, y conlleva que se clausuren playas. El fenómeno tiene lugar en bastantes partes del mundo.
173 lunas llenas y 66.000 medusas después de iniciarse el nuevo seguimiento, los resultados del mismo constituyen una minuciosa crónica sobre las fluctuaciones a largo plazo en las reuniones circalunares a la orilla de la playa de medusas de la especie Alatina moseri, y la exploración de posibles relaciones entre las fluctuaciones con la variabilidad ambiental.
En general, la investigación realizada por el equipo de Chiaverano, Angel Yanagihara y Brenden Holland, de la Universidad de Hawái, y Jerry Crow del Acuario de Waikiki, corrobora las observaciones anteriores de Blair de que las medusas Alatina moseri llegan a la playa de Waikiki en la isla hawaiana de Honolulú siguiendo un calendario predecible y consistente, basado en el ciclo lunar: Año tras año, mes tras mes, estas medusas llegan a la costa entre 8 y 12 días después de cada luna llena, presumiblemente para reproducirse. Sin embargo, los tamaños de los grupos de medusas variaron de manera sustancial y bastante impredecible. En una sección de 400 metros de playa, un promedio de 396 medusas llegaron cada mes lunar. Pero esa cifra es solo el promedio. La cantidad real osciló desde 5 a 2.365 individuos por cada reunión de mes lunar.
Si nos atenemos a la cantidad total de medusas Alatina moseri que han llegado a la playa de Waikiki, no se aprecia ni un incremento ni una disminución netos durante los 14 años pasados. Sí hay en cambio un patrón oscilatorio que estos animales han seguido y que se caracteriza por la alternancia de periodos de aumento y de disminución, durando cada uno aproximadamente 4 años. Éste y otros patrones, en opinión de los autores del nuevo estudio, probablemente están influenciados por fluctuaciones del clima que cambian la disponibilidad de los alimentos, y que finalmente afectan a la cantidad de medusas que constituyen la población local en cada época.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/8870/la_luna_llena_y_las_reuniones_de_medusas_a_la_orilla_de_la_playa/
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