Las madres que viven en vecindarios pródigos en árboles, hierba y
otra vegetación comparable tienen más probabilidades de dar a luz en el
momento adecuado en vez de en un parto prematuro, y sus bebés nacen con
un peso más alto, en comparación con el caso de las madres que viven en
áreas urbanas sin espacios verdes o muy pocos. Así lo indican los
resultados de un nuevo estudio llevado a cabo por especialistas de la
Universidad Estatal de Oregón en Corvallis, Estados Unidos, y la Universidad de la Columbia Británica en Canadá.
Este efecto se mantiene incluso si se tienen en cuenta
factores como el nivel económico (si se trata de un barrio rico, normal
o pobre), la exposición a la polución del aire, el nivel de ruido y la
posibilidad de pasear por el vecindario.
“Fue una sorpresa”, confiesa Perry Hystad, del equipo de investigación.
“Esperábamos que la asociación entre cantidad de espacios verdes y lo
bien que fueran los nacimientos desaparecería una vez tuviéramos en
cuenta otras exposiciones medioambientales, tales como la contaminación
del aire y el ruido. La investigación sugiere realmente que los espacios
verdes afectan a la marcha del embarazo a través de aspectos como el
psicológico o el social”.
Los investigadores
no están seguros aún sobre dónde se encuentra la conexión entre la
vegetación y el resultado de los nacimientos. Se necesitan más estudios
para determinar si los espacios verdes adicionales proporcionan más
oportunidades sociales y hacen que la persona se sienta más a gusto en
su comunidad, o si ello tiene un efecto psicológico centrado en la
reducción del estrés y la depresión.
Revisando datos de más de 64.000 nacimientos, los investigadores
encontraron que, para las madres que vivían en vecindarios más verdes,
la cantidad de aquellos que se habían producido de manera muy prematura
era un 20 por ciento más baja, y que el número de los que se habían
producido de modo moderadamente prematuro era un 13 por ciento inferior.
También constataron que la cantidad de bebés que al nacer fueron
considerados más pequeños de lo normal para su estado de gestación era
menor en los vecindarios más verdes. Los bebés de estos barrios pesaban
45 gramos más al nacer que los de madres que vivían en sitios menos
verdes.
Dado que la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas, es
importante conocer a fondo cómo diferentes aspectos del entorno
urbanizado (edificios, parques y otros espacios hechos por el Hombre en
los que vivimos) podrían afectar a la salud en más formas de lo creído
hasta ahora, tal como argumentan los autores del estudio.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/11377/partos-mas-sanos-cuando-la-madre-vive-en-un-entorno-verde/
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