Un nuevo método permite la integración muy eficiente de proteínas
fotosintéticas en un sistema fotovoltaico. En cierto modo es como crear una hoja
semiartificial de árbol que trabaja más rápido que la fotosíntesis natural.
La técnica creada por químicos y biólogos de la Universidad del Ruhr en
Bochum, Alemania, ofrece una nueva estrategia de aprovechamiento de luz solar
que produce tasas de transferencia de electrones que exceden por vez primera a
las tasas observadas en la fotosíntesis natural. El descubrimiento abre la
posibilidad de construir hojas semiartificiales que funcionen como dispositivos
fotovoltaicos con un rendimiento drásticamente aumentado.
En las hojas, el fotosistema 1 absorbe luz y su energía es utilizada
esencialmente para la conversión de dióxido de carbono en biomasa. Los
dispositivos fotovoltaicos, mayormente construidos a partir de semiconductores
basados en el silicio, también aprovechan la luz solar para producir
electricidad. Un enfoque de diseño para el desarrollo de sistemas fotovoltaicos
más baratos y renovables consiste en reemplazar el semiconductor con los
complejos aislados de proteína de membrana de la fotosíntesis. El equipo de
Matthias Rögner aisló un fotosistema 1 altamente estable a partir de una
cianobacteria termófila que vive en aguas termales en Japón. Sin embargo, la
integración de este componente natural en dispositivos artificiales se ha venido
enfrentando a un reto importante: El fotosistema 1 muestra dominios tanto
hidrófilos como hidrófobos, que complican su inmovilización sobre
electrodos.
Los equipos de Nicolas Plumeré y Wolfgang Schuhmann desarrollan materiales
complejos conductores de electrones, concretamente hidrogeles redox, con
propiedades que los habilitan para responder a ciertos estímulos. Los
investigadores instalaron un fotosistema 1 en esta matriz artificial y pudieron
ajustar con la precisión necesaria el medio local de las proteínas
fotosintéticas naturales. Las propiedades hidrófobas e hidrófilas del hidrogel
pueden ser controladas por el cambio de pH y fueron ajustadas según las
necesidades hidrófobas del fotosistema. Este ambiente diseñado a la medida
proporciona las condiciones óptimas para el fotosistema 1. Este procedimiento
consigue las fotocorrientes más altas observadas hasta la fecha para
biofotoelectrodos semiartificiales, excediendo la tasa de transferencia de
electrones que observamos en la naturaleza por un orden de magnitud.
Esta mejora incrementa la eficiencia del concepto biofotovoltaico inicial de la
Universidad del Ruhr en Bochum desde el rango del nanovatio al del microvatio. A
corto plazo, los sistemas fotovoltaicos basados en el silicio aún superarán en
rendimiento a los biodispositivos en cuanto a estabilidad y eficiencia. Sin
embargo, las aplicaciones iniciales de los sistemas biofotovoltaicos no se
superponen con los de sus homólogos semiconductores. En particular, podrían
usarse para energizar dispositivos médicos de tamaño microscópico, tales como
sensores implantados en lentes de contacto. En el futuro, el fotosistema
proporcionará la base para el desarrollo de células solares flexibles baratas
que se puedan aplicar en superficies irregulares.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/11495/proteinas-fotosinteticas-para-reemplazar-al-silicio-en-celulas-solares/
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