domingo, 5 de octubre de 2014

Arrozales para limpiar L'Albufera

L'Albufera con Valencia de fondo.Cuenta la leyenda que El Rovachol, la primera barca que transportaba gente por L'Albufera ('el pequeño mar' en árabe), era impulsado por el motor de una avioneta alemana que se había estrellado frente a las hermosas playas valencianas.
"Eso es no es verdad, ese motor se lo trajeron a mi abuelo desde Alemania. Él tuvo la idea de transportar a los habitantes de la laguna en su barca. El viaje costaba cinco céntimos de peseta y entonces el arroz se plantaba de otra manera. La laguna estaba llena de vida", recuerda melancólico Rafael, conocido como 'El Ravacholero', contradiciendo cualquier tipo de leyenda 'albuferana'. Acto seguido va al coche y saca de la guantera la única foto que queda de la barca de su abuelo.
Casi un siglo después, 'El Ravacholero' sigue transportando a todo aquel que lo necesite de un lado a otro de este importante humedal mediterráneo, que forma parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea y del Convenio Ramsar sobre los Humedales de Importancia Internacional.
Como en los grandes ciclos budistas el arroz surgió para crear y destruir la vida de este 'pequeño mar'. El cultivo de este apreciado cereal asiático convirtió en la Edad Media la laguna salada en una laguna de agua dulce. Medio siglo más tarde, la plantación industrial de este cultivo de regadío característico de L'Albufera de Valencia, en la que se encuentran, entre otros, los municipios de Albal, Alfafar, Catarroja, Masanasa, Sollana, Sueca o Valencia, se encargó de ir destruyendo, poco a poco, su peculiar y frágil ecosistema.
Para poner fin a este desaguisado medioambiental Coca-Cola, SEO/BirdLife, la Confederación Hidrográfica del Júcar, Acció Ecologista-Agró, la Universitat de Valencia y la Universitat Politécnica de Valencia colaboran en un importante programa de restauración ecológica llamado 'El Tancat de La Pipa'.
El proyecto, que inició sus actividades en 2009, tiene como su principal objetivo mejorar la calidad del agua que llega a L'Albufera de Valencia, y al Mar Mediterráneo, a través de los 'filtros verdes', un 'ullal' (o manantial) y dos lagunas artificiales, todos conectados mediante una red de canales que permiten conducir el agua según las necesidades de cada momento.
"Son 40 hectáreas de arrozales recuperados donde se han recreado los humedales con filtros verdes y se está trabajando para tratar de mejorar la cantidad y la calidad de agua, el principal problema que tiene el parque. Esa calidad se perdió en los años 70 y hasta ahora no se ha recuperado, a pesar de las cuantiosas inversiones que se han hecho", explica a ELMUNDO Mario Giménez, delegado de SEO/BirdLife en la Comunidad Valenciana
"Antes el arrozal era sustentable y se plantaba ya crecido de forma tradicional. Con la revolución agrícola se comenzó a plantar en forma de semillas, lo que hacía que se tuvieran que utilizar pesticidas para luchar contra las malas hierbas y contra las plagas. Y en aquella época lo que se echaba a las plantas no eran precisamente refrescos...", añade el experto.
"Eso, junto a los desperdicios de las industrias que acababan en las acequias de L'Albufera, hicieron que la vegetación subacuática, que es la base de las redes tróficas y de la depuración del sistema, entrara en la fase de crisis ambiental en la que nos encontramos ahora, en la que abunda el agua de verde opaco, una sopa de cianobacterias que impiden que la luz llegue al fondo, se recuperen las plantas y nidifiquen las aves", manifiesta Mario Giménez.

Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/03/542e984ee2704ea8518b4584.html

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