La corriente del lava del volcán Kilauea, en Hawaii, está a sólo 65 metros de una vivienda. Desde el aire se aprecia cómo avanza de forma caprichosa. La lengua de lava avanza con un ritmo rápido de hasta 10 metros al día y amenaza a la aldea de Pahoa cuyos habitantes se preparan ya para una posible evacuación.
Defensa Civil del condado de Hawái ha ordenado el cierre de la carretera que permite la comunicación con este pueblo, mientras decenas de vecinos que viven cerca han sido avisados para que abandonen el lugar. Además, Cruz Roja ha habilitado un refugio en la Iglesia de la Fundación, en Keaau.
El sábado, el gobernador de Hawái, Neil Abercrombie, solicitó la declaración de desastre para habilitar ayuda federal y alertó de que unos 900 escolares tendrán que ser evacuados.
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