"Un escalón hacia el futuro". Así ha descrito el presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Miguel Ángel López, al Programa Europeo de Satélites Polares de Segunda Generación (EPS-SG), que supondrá un avance tecnológico en la vigilancia y observación de la atmósfera, y que a su vez logrará aumentar los modelos numéricos de predicción meteorológica.
AEMET y el Centro para el Desarrollo tecnológico Industrial (CDTI), "llevan 16 años de muy buen maridaje" para impulsar "un tema tan trascendente" como los satélites meteorológicos, que son una apuesta "de futuro y de muy alto nivel tecnológico", según ha explicado la presidenta del CDTI, Marisa Poncela.
Ambas instituciones han firmado este jueves un convenio para impulsar la participación de la industria espacial española en este programa, con el que pretenden aunar sus intereses en beneficio de la sociedad y de las empresas, ha explicado Poncela.
Además, la presidenta del CDTI justificaba el apoyo al sector del espacio explicando que "ha transformado nuestra forma de vida en una auténtica revolución tecnológica", sin posibilidades de contemplar un futuro sin satélites. Poncela recordó que tanto "nuestro bienestar" como "muchas actividades económicas, como la agricultura", dependen de la predicción meteorológica.
Desde el lanzamiento del primer satélite artificial en 1957, los satélites y sus instrumentos de observación a bordo han proporcionado una plataforma privilegiada para la observación de la atmósfera. Al contrario que los satélites geostacionarios, que aparentemente aparecen inmóviles sobre una misma zona de la Tierra y sirven para pronósticos más inmediatos, los polares, que orbitan a una altitud de 850 kilómetros, aproximadamente, y observan la totalidad de la Tierra cada 12 horas, ofrecen "parámetros globales fiables para 15 días", según ha explicado Alain Ratier, director general de la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT).
El primer satélite europeo (European Polar System, EPS) se puso en órbita en 2006, con capacidades de sondeo e imágenes muy útiles para la meteorología operativa y los estudios climáticos, esta primera generación se completará en 2015 con el lanzamiento de su tercer satélite.
Para dar continuidad al programa, EUMETSAT y la ESA han diseñado y definido el EPS-SG, que consta de seis satélites, en dos series de tres satélites con diferente instrumentación cada una. Por un lado radiómetros y sondeadores, y por otro lado otros instrumentos novedosos que permitirán prestaciones superiores a las del primer programa polar.
Ratien ha afirmado que esperan poner en órbita el primer satélite hacia 2021, prolongando las actividades hasta 2040, como mínimo, por lo que "España está haciendo una inversión muy importante a largo plazo", ha concluido.
Esta segunda generación mejorará los modelos numéricos de predicción y ofrecerá índices de meteorología marina, así como de oceanografía e hidrología operacional. Además, permitirá la monitorización de la calidad del aire gracias a su relación con el programa de observación de la Tierra Copernicus de la Unión Europea, en el que también participa España, según ha explicado Ratier durante la presentación.
Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/02/542d50a4ca4741a2208b457e.html
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