lunes, 13 de octubre de 2014

Más síntomas de problemas de salud cerca de sitios donde se hace fracking para extraer gas natural

Una investigación dirigida desde la Universidad Yale en New Haven, Connecticut, Estados Unidos, ha encontrado una mayor incidencia de síntomas de ciertos problemas de salud comunicados por la gente residente en las proximidades de pozos de natural gas, mayormente explotados mediante fracturación hidráulica, técnica popularmente conocida como fracking. El estudio se ha publicado en la revista académica Environmental Health Perspectives, de los Institutos Nacionales de Salud, un grupo de instituciones dependientes del gobierno de Estados Unidos.
Poco se sabe sobre el impacto medioambiental y en la salud pública de ciertas técnicas de extracción de gas natural, incluyendo el fracking, aplicadas cerca de zonas residenciales.
El equipo de Meredith Stowe y Peter Rabinowitz (ahora profesor en los departamentos de ciencias de la salud medioambiental, laboral y global en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington) realizó una encuesta aleatoria de salud a 492 personas de 180 hogares con pozos de agua procedente de acuíferos (agua del subsuelo) en el sudoeste de Pensilvania, donde la actividad de extracción de gas natural es significativa. Según el Departamento de Protección Medioambiental de Pensilvania, había 624 pozos de gas natural activos en el área de la inspección durante el periodo en que se realizó esta. En el 95 por ciento de tales pozos se obtenía el gas mediante fracturación hidráulica.
Los investigadores compararon la proximidad de los pozos de gas con la frecuencia de síntomas dermatológicos, respiratorios, gastrointestinales, cardiovasculares, y neurológicos que las personas dijeron padecer durante el año anterior. La encuesta de salud fue general y en ella no se hicieron preguntas específicas sobre la extracción de gas natural, o el fracking, en la zona.
La incidencia de algunos síntomas fue mayor entre los residentes que vivían cerca de los pozos de gas natural, según indican los investigadores. Los problemas dermatológicos comunicados fueron más comunes en hogares situados a menos de 1 kilómetro de los pozos de gas, en comparación con los que estaban a más de 2 kilómetros. Los síntomas en las vías respiratorias superiores también fueron mayores en los hogares más cercanos a los pozos. El estudio no encontró un aumento significativo en síntomas neurológicos, cardiovasculares, o gastrointestinales en las personas que residían en las viviendas más cercanas a los pozos de gas natural.
Conviene subrayar que en este estudio se buscaron relaciones de asociación, no de causalidad. Las sospechas de la existencia de una relación de causa-efecto deberán ser confirmadas, aunque proyectan un temor razonable a que la extracción de gas natural mediante algunas técnicas y en ciertas regiones del mundo pueda estar provocando efectos nocivos de salud sobre la población local. "Nuestro estudio sugiere que la extracción de gas natural puede aumentar el riesgo de padecer síntomas de ciertos problemas de salud en personas que viven cerca de los pozos. Creemos que nuestros hallazgos respaldan la necesidad de realizar nuevas investigaciones sobre las repercusiones para la salud y el medio ambiente de esta forma de extracción de gas natural", explica Stowe.
El efecto hallado persistió en los análisis incluso después ajustar los resultados para tener en cuenta las influencias del sexo, la edad, el nivel de educación, el hábito de fumar o la ausencia del mismo, y el nivel de conocimiento de esas personas sobre los factores de riesgo medioambientales (un factor capaz de autosugestionar a personas que vivan cerca de los puntos de extracción de gas).

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