Aproximadamente entre el 5 y el 10 por ciento de la población general, o
quizá más, sufre de trastornos alimentarios como la anorexia, la bulimia o el
Trastorno por Atracón.
La anorexia (anorexia nerviosa) es una aversión enfermiza a comer, y en buena
parte se vincula a una obsesión por no engordar. La bulimia se caracteriza por
ganas irrefrenables de darse atracones, tras los cuales viene un profundo
sentimiento de arrepentimiento que lleva a autoprovocarse vómitos o tomar
laxantes para intentar eliminar el exceso de comida ingerida. El Trastorno por
Atracón consiste en ganas irrefrenables de darse atracones, levantándose incluso
en plena madrugada para ello, pero sin la fase posterior que sí se da en la
bulimia.
Estos trastornos afectan especialmente a adolescentes y adultos jóvenes.
Aunque hay un componente psicológico claro en una parte de los casos, se ha
venido sospechando que pueden intervenir también factores biológicos, aunque a
pesar de las muchas investigaciones realizadas al respecto, tales factores han
permanecido envueltos en el misterio. La situación puede que haya cambiado
ahora, con el descubrimiento hecho en un nuevo estudio.
Una investigación realizada por científicos de Francia y Estonia ha
demostrado la implicación de una proteína producida por algunas bacterias
intestinales que podría ser, de forma indirecta, la causa o una de las causas de
algunos de esos casos de trastornos de la conducta alimentaria. Concretamente,
el equipo de Serguei Fetissov, de la Universidad de Ruan en Francia, y del
Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) en el mismo
país, ha comprobado que los anticuerpos producidos por el cuerpo contra esta
proteína reaccionan también con la principal hormona de la saciedad, cuya
estructura es similar. El resultado es una regulación inadecuada de dicha
hormona de la saciedad, que lleva a situaciones como la de sentir una sensación
de saciedad cuando no toca (anorexia) o no sentirla cuando sí toca (bulimia y
Trastorno por Atracón).
Lo descubierto en el estudio abre nuevas perspectivas para la diagnosis y el
tratamiento específico de trastornos en la conducta alimentaria. Fetissov y sus
colegas creen que podría llegar a ser posible corregir este mecanismo que causa
variaciones perjudiciales en el patrón normal de ingestión de alimentos.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/11642/una-proteina-bacteriana-implicada-en-la-anorexia-y-la-bulimia/
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