Los diamantes
tienen fantásticas propiedades como su alta resistencia al desgaste y
su dureza, lo que, unidos a su belleza, los ha convertido en el símbolo
clásico del compromiso eterno. En un ámbito más práctico, esta piedra se
utiliza desde mucho tiempo en el corte, perforación y pulido de otros
materiales. Sin embargo, su pobre estabilidad térmica ha limitado estas
aplicaciones. Puede que eso no le importe cuando mire su anillo de
compromiso, pero en el ámbito de la industria juega un papel
fundamental. Por este motivo, un grupo de investigadores de la
Universidad Yanshan, en Qinhuangdao (China), ha intentado crear de forma
sintética el diamante más fuerte del mundo. Y, según explican en la revista Nature, lo ha conseguido. Han desarrollado una joya artificial con propiedades mecánicas y térmicas sin precedentes, un diamante aún más resistente que los creados por la naturaleza.
Los antiguos egipcios pueden haber sido los primeros en utilizar diamantes
en sus herramientas, aunque no existen pruebas consistentes de ello. El
uso de diamantes para perforar rocas sí está documentado en el siglo
XVIII. La necesidad de brocas fuertes, resistentes al desgaste para la
perforación industrial y la búsqueda de petróleo llevó al desarrollo de
una nueva clase de material superduro en la década de los 80 que
consiste en granos de diamante unidos con cobalto metálico.
Pero la principal desventaja de estos materiales es que comienza a oxidarse a unos 700ºC,
lo que lleva a un desgaste severo de las herramientas de diamante a
altas temperaturas. Los intentos para aumentar la dureza del diamante
por la disminución de su tamaño de grano han tenido éxito, pero a costa
de una estabilidad térmica aún más pobre.
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