Históricamente, las costas han sido sitios predilectos para
asentamientos humanos, además de puntos obligados de partida y destino
del tráfico marítimo. Debido a ello, mucha gente vive o trabaja hoy en
día en estas zonas, y también son muchas y caras las infraestructuras
allí instaladas. Todo lo construido en las zonas costeras del mundo se
hizo teniendo en cuenta el nivel del mar y su crecida local máxima
durante tormentas, valores que parecían permanentes. Debido a los
efectos del calentamiento global, estos valores están cambiando más de
lo esperado, y muchas ciudades de litoral se enfrentan a amenazas de
inundación mayores que las de antaño.
El malecón de Manhattan, como otros en otras partes del mundo, se
diseñó teniendo en cuenta la máxima altura del agua por la marea alta o
pleamar (cuando, por causas astronómicas, el agua del mar alcanza su
máxima altura), la máxima típica de una marejada ciclónica durante una
tormenta, y la suma de ambas si los dos fenómenos coincidían al mismo
tiempo.
Esa coincidencia es lo se conoce como marea de tormenta.
La subida del nivel de las aguas descrita en el estudio reciente
corresponde exclusivamente a la marea de tormenta, siendo adicional al
aumento de 44 centímetros del nivel local del mar que se ha producido
desde mediados del siglo XIX en el puerto de Nueva York por causas
diversas.
El incremento recientemente reconocido en el nivel del agua durante
la marea de tormenta implica que Nueva York está en riesgo de sufrir
inundaciones más frecuentes y más extensas de lo que cabría esperar
exclusivamente por el aumento del nivel del mar. La investigación
también confirma que la marea de tormenta en Nueva York producida por el
huracán Sandy fue la más grande, por lo menos desde 1821.
Las mediciones de mareas analizadas en el estudio muestran que una
gran tormenta en la ciudad de Nueva York, de las que estadísticamente
solo ocurren una vez cada 10 años, causaría en la actualidad mareas de
tormenta más grandes y potencialmente más dañinas que las producidas por
una tormenta idéntica a mediados del siglo XIX. Concretamente, hay
ahora un 10 por ciento de probabilidades de que, en cualquier año dado,
una marea de tormenta en el puerto de Nueva York alcance una altura
máxima de casi dos metros. A mediados del siglo XIX, sin embargo, la
altura máxima fue de casi 1,7 metros, o unos 30 centímetros menos de lo
que es hoy, según mediciones de mareas que se remontan hasta 1844.
Combinando la subida recién calculada en la marea de tormenta con la
subida del nivel del mar que ha tenido lugar desde mediados del siglo
XIX, los investigadores han encontrado que en la actualidad es
previsible que las aguas sobrepasen el malecón de 1,75 metros (5,74
pies) de altura que protege la zona del Bajo Manhattan, una vez cada
cuatro o cinco años. En el siglo XIX, cuando tanto el nivel del mar como
las mareas de tormenta eran menores, las probabilidades hacían que el
agua sobrepasase el malecón de Manhattan solamente una vez cada 100 a
400 años, según los cálculos a partir de los datos antiguos y de los
recientes.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10631/mas-riesgo-de-desbordamiento-en-malecones-por-culpa-del-calentamiento-global/
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