Ahora, en menos de siete días, y mediante una terapia de exposición
progresiva al alimento los especialistas de la Clínica consiguen
eliminar las reacciones alérgicas a ambos productos.
Las alergias al huevo y a la leche, como alimentos básicos que son,
tienen una repercusión importante en la calidad de vida de los pacientes
afectados, dada su presencia en multitud de alimentos elaborados y en
gran cantidad de productos cocinados. “Aproximadamente un 80% de los
niños supera esta alergia de forma espontánea a los tres años de edad.
Sin embargo, existe un 20% que no lo hace”, describe la doctora Mª José
Goikoetxea, especialista del Departamento de Alergología e Inmunología
de la Clínica Universidad de Navarra.
El tratamiento es sencillo. Fundamentalmente se basa en reeducar a las
células que reaccionan ante alimentos inocuos como la leche o el huevo.
“Esta reeducación consiste en administrar cantidades muy pequeñas de
estos productos, inicialmente mínimas, y cuyo volumen se aumenta de
forma progresiva semanalmente. Los incrementos del alimento que provoca
la alergia se realizan siempre en el recinto hospitalario, de forma que
el paciente esté en condiciones de seguridad mientras su organismo va
asimilando estas sustancias sin reaccionar contra ellas”, detalla la
especialista.
El objetivo de la desensibilización es, en el caso de la
leche, llegar a poder ingerir un vaso de 200 ml y en el del huevo, un
huevo frito o en tortilla tres veces por semana.
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