En los últimos cinco años se ha puesto de moda una técnica llamada
‘predominio temporal de las sensaciones’ (TDS, por sus siglas en inglés)
para analizar cómo evolucionan las impresiones del consumidor cuando
degusta un producto.
Ahora investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de
Alimentos (CSIC), en España, la han aplicado para visualizar las
percepciones que se sienten mientras se come un helado, que se va
fundiendo según forma un líquido suave y cremoso al calentarse en la
boca.
“Además del aspecto que apreciamos antes de servirlo, la textura que
perciben nuestra lengua y paladar es clave en la aceptación y la
consideración de un producto de calidad”, asegura a Sinc Susana Fiszman,
una de las autoras. Para valorar este aspecto los científicos han
organizado una cata con 85 personas, que describieron sus sensaciones
mientras tomaban un helado de vainilla.
Los participantes señalaron sobre una pantalla el atributo dominante
en cada momento, desde lo frío que lo sentían justo al contactar
(frío-hielo) o una vez asentado en la lengua, hasta su cremosidad, falta
de suavidad, gomosidad y recubrimiento bucal, es decir, la cantidad de
producto que permanece en la boca tras la ingestión.
Los resultados, que publica la revista Food Hydrocolloids, se
procesan con un software y se muestran mediante gráficas con líneas de
colores, una para cada atributo.
De esta forma se puede analizar lo que sucede cuando los
investigadores ‘juegan’ con los ingredientes básicos del helado: nata,
yema de huevo, azúcar, leche y espesantes como las gomas o los
hidrocoloides, macromoléculas que aportan viscosidad y estabilidad al
producto.
“En un helado hecho solo con leche y azúcar las curvas que predominan
son las del frío y la falta de suavidad, pero cuando se añaden nata,
huevo e hidrocoloides, aumenta y se prolonga significativamente la
cremosidad y el recubrimiento bucal”, explica Fiszman.
La investigadora destaca el papel que desempeñan los hidrocoloides:
“Normalmente la percepción de una sensación de frío-hielo es negativa
para el consumidor, pero hemos observado que esto se elimina o retarda
cuando se añaden estas macromoléculas, que además refuerzan y prolongan
la cremosidad, lo que se asocia a un helado de alta calidad”.
Según los autores, el conocimiento de estos detalles y la dinámica de
percepción sensorial del producto ayudará a los fabricantes a
cuantificar mejor las dosis idóneas de los ingredientes y, en general, a
mejorar el producto.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10545/sensaciones-del-helado-en-el-ordenador/
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