
El trabajo, dirigido por Rubén Nogueiras desde el grupo de Metabolismo Molecular de la Universidad de Santiago de Compostela
(USC), revela que este compuesto actúa en el cerebro de los roedores y
pone en funcionamiento un engranaje para quemar grasa e incrementar el
gasto energético, disminuyendo así el peso sin modificar la ingesta de
alimentos. El estudio señala también que los pacientes obesos con diabetes tipo 2 tratados durante un año con una terapia combinada que incluye dicho fármaco presentan un gasto energético más elevado que los pacientes tratados con otras terapias.
Publicada en la revista «Diabetes»,
la investigación demuestra que este fármaco agonista del péptido
similar al glucagón tipo 1 (GLP 1), y autorizado para el tratamiento de
la diabetes 2 desde 2009, «es capaz de regular una enzima denominada AMPK en un área específica del hipotálamo, lo que provoca un incremento de la actividad del tejido adiposo pardo», sostiene Nogueiras.
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