Un equipo de investigadores estadounidenses ha
realizado una disección post mortem de un cerebro de una persona
fallecida y que padecía amnesia pura. Tras separar el órgano en 2.401
cortes histológicos, los expertos han creado un mapa tridimensional
abierto a toda la comunidad científica para estudiar el caso. El
artículo, publicado este miércoles en Nature Communications, sin duda es
un trabajo sin precedentes que ayuda a comprender las bases
neurológicas de la memoria humana.
A casi cualquier persona le gustaría ser recordado
tras fallecer, así como haber resultado útil a la sociedad y al entorno
más cercano. Pero una cosa es tener este pensamiento idílico y otra muy
distinta es que el mundo recuerde sólo el cerebro de uno: no se trata
de un sabio, ni de un investigador, ni de un descubridor de cosas
importantes… al revés, se trata de un hombre normal que, tras una
operación realizada para frenar su epilepsia, se despertó anmnésico. Una
amnesia provocada durante la intervención quirúrgica y que durante 50
años trajo a los científicos de cabeza, nunca mejor dicho. Y una
amnesia, además, catalogada como “pura”, por lo que no podía retener
información a largo plazo. Antes de morir, donó su cerebro a la ciencia y
gracias a este gesto ahora la humanidad dispone de un verdadero atlas
de la memoria.
La historia es bastante curiosa. Henry G.
Molaison, que ha pasado a la historia de la ciencia como el famosísimo
HM, posiblemente ha sido el paciente más estudiado y analizado de la
neurociencia moderna. “Le causaron una ablación bilateral del lóbulo
temporal medio del cerebro que le impidió desde aquel momento recordar
nada”, explica la SINC, pero mantuvo intacta “la capacidad intelectual,
su personalidad, el lenguaje y las habilidades de percepción”, añade la
agencia. Ahora con el atlas y entonces con tanta investigación, su
cerebro aportó “la primera evidencia concluyente que demostraba la
implicación de la región cerebral del hipocampo en la adquisición de
nuevos recuerdos”, cuenta la publicación.
Después de que HM donara su alterado cerebro a la
ciencia, los científicos se pusieron manos a la obra para construir un
verdadero mapa cerebral de la memoria humana. "Nuestro objetivo era
crear un modelo en tres dimensiones para que pudiéramos volver, gracias a
la disección virtual, al procedimiento quirúrgico inicial que causó el
problema”, explica Jacob Annese, investigador de la Universidad de San
Diego en California (EE UU) y uno de los autores del estudio. La serie
de imágenes extraídas gracias a la laminación del órgano ha permitido
detallarlo a nivel celular con el objetivo de “fomentar la colaboración
en los estudios de este caso y organizar un archivo histórico de
seguimiento. Este mapa proporciona una clara verificación anatómica de
la lesión original”, dice Annese.
Un cerebro único para un mapa también único.
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