Comerse las uñas es un hábito nervioso común en los niños,
que en algunos casos puede mantenerse en el tiempo incluso hasta la edad
adulta. En principio no se trata de un trastorno importante. Sin
embargo, hay que analizar si está asociado a otros problemas como la
hiperactividad.
No existe un tratamiento específico, pero se suelen
utilizar productos aplicados en las uñas para que cuando el niño las
muerda le resulte desagradable. Otra medida puede ser mantener las manos
ocupadas con objetos que pueda manipular y que desvíen su atención a
otra actividad. Asimismo, la motivación es clave para conseguir que
abandone el hábito: pautar una recompensa con el niño si deja de comerse
las uñas puede ser de mucha utilidad.
Por último hay que vigilar que no se produzca una infección
en las uñas. En caso de ver señales hay que acudir al pediatra para que
paute un tratamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario