Una inyección de sangre procedente de ratones jóvenes es capaz de
rejuvenecer algunas de las funciones cognitivas y motoras de animales
más ancianos, según acaban de demostrar en paralelo varios estudios
publicados en las revistas 'Nature Medicine' y 'Science'. Resultados que
abren la puerta y vuelven a poner de actualidad un viejo tema en
ciencia, el elixir de juventud.
Según estos trabajos, ese elixir podría estar en una de las proteínas
sanguíneas de roedores de apenas dos meses de vida, que al ser inyectada
en ratones de 22 meses, mostraban una mejoría clara en sus capacidades
de memoria, aprendizaje y movilidad según mostraron en varios test de
habilidades en los que se comprobaron sus capacidades neuroespaciales.
Pese al optimismo de los equipos encabezados por Saul A.Villeda, de la Universidad de Stanford (EEUU), y Douglas Melton (de Harvard),
los propios investigadores reconocen que hay algunas preguntas sin
respuesta sobre la posible aplicación de esta terapia en humanos.
¿Tendría el mismo efecto en ancianos la inyección de sangre joven?
¿Tendría alguna consecuencia a largo plazo? ¿Qué dosis sería necesaria
para lograr los mismos efectos cognitivos que se han visto en los
animales?
En los trabajos, la sangre de ratones ancianos también tuvo un efecto
inverso, causando un cierto envejecimiento prematuro y retrasando la
creación de nuevas células jóvenes en su organismo.
Para sus experimentos sanguíneos, el equipo de Stanford calentó
previamente la sangre que iba a transfundir a los animales para alterar
la estructura de sus proteínas. Uno de los firmantes, el doctor Tony
Wyss-Coray es co fundador de una empresa de Biotecnología, Alkahest, que
ya se prepara para trasladar estos resultados a humanos.
"Hemos demostrado que al menos algunos de los déficits asociados al
envejecimiento son reversibles", ha señalado con optimismo su compañero
Villeda en un comunicado. En sus trabajos se centraron fundamentalmente
en el efecto que las transfusiones tenían en el hipocampo, una región
cerebral clave en la formación de nuevos recuerdos y la orientación
espacial.
Hasta ahora se sabía que las experiencias de un individuo son capaces de alterar la actividad y anatomía del hipocampo, una región cerebral que también es muy sensible a los efectos del envejecimiento (por ejemplo, en individuos con Alzheimer está más deteriorado).
Y en este caso, a juzgar por las comparaciones entre ratones ancianos y
ratones ancianos que habían recibido sangre joven, todo indica que
también existen diferencias en algunos circuitos neuronales. "Como si
sus cerebros se hubiesen recargado", apuntan los investigadores a modo
de metáfora.
Vía: http://www.tiempopatagonico.com/medio-ambiente/2014/5/5/ratones-rejuvenecen-podrian-ayudar-casos-alzheimer-3261.html
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