Los resultados de dos nuevas investigaciones indican que una proteína de
la que previamente se demostró que puede hacer que corazones débiles en
ratones ancianos recobren algunas características propias de corazones
de ratones jóvenes y sanos, mejora de manera parecida las funciones del
cerebro y de los músculos esqueléticos en ratones viejos.
En dos
estudios separados, el equipo de Amy Wagers, Manisha Sinha y Young Jang,
y el equipo de Lee Rubin y Lida Katsimpardi, todos estos investigadores
de la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos,
han constatado que unas inyecciones de una proteína conocida como
GDF11, que se encuentra tanto en humanos como en ratones, mejoraron la
capacidad de hacer actividad física a unos ratones con una edad
equivalente a 70 años en humanos, y mejoraron también la función de la
región olfativa de los cerebros de los ratones viejos (podían detectar
olores como lo hacían los jóvenes).
Los autores de los estudios
creen que, salvo imprevistos, los ensayos clínicos de la GDF11 en seres
humanos podrán comenzar dentro de entre tres y cinco años
aproximadamente.
La GDF11 se encuentra de forma natural en
concentraciones mucho más altas en ratones jóvenes que en viejos, y
elevar su nivel en estos últimos ha mejorado la función de cada sistema
de órganos estudiado hasta la fecha.
En un estudio anterior cuyos resultados se hicieron públicos el año
pasado, Wagers y Richard Lee, del BWH (Brigham and Women's Hospital) en
Boston, Estados Unidos, comprobaron que cuando fueron expuestos a la
sangre de ratones jóvenes, los corazones debilitados de los más viejos
se revitalizaban y mejoraban su estructura, adquiriendo una
funcionalidad y un aspecto más parecidos a los de un corazón joven que
antes de la exposición a la sangre joven. Con la ayuda de una empresa
especializada, averiguaron que la GDF11 fue el factor en la sangre
aparentemente responsable del efecto rejuvenecedor. Ese hallazgo ha dado
esperanzas de que la GDF11 pueda conducir a un tratamiento para algunos
aspectos del desgaste que sufre el corazón ante el paso del tiempo,
como por ejemplo la insuficiencia cardiaca diastólica.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10297/proteina_capaz_de_mitigar_el_envejecimiento_de_corazon__cerebro_y_musculos/
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