Los científicos han intentado durante mucho tiempo averiguar cómo
exactamente se formaron la cordillera de Los Andes en Sudamérica y otras
grandes cadenas montañosas de gran altitud. Una nueva investigación
aporta datos esclarecedores sobre este misterio.
Según las
conclusiones a las que ha llegado el equipo de Carmala Garzione,
profesora de ciencias terrestres y medioambientales en la Universidad de
Rochester en Nueva York, Estados Unidos, el Altiplano en los Andes
Centrales (y probablemente toda la cordillera) se formó a través de una
serie de pulsos de crecimiento rápidos y periódicos, no a través de un
proceso de elevación continua y gradual de la superficie como se ha
venido creyendo.
Concretamente, todo apunta a que la zona sur del
Altiplano aumentó su altitud en unos 2,5 kilómetros hace entre 16 y 9
millones de años. Ese incremento implica una velocidad de crecimiento
muy grande en la escala geológica del tiempo.
Garzione ya hizo hallazgos clave en esta línea de investigación hace
casi diez años. Sus descubrimientos de entonces ya indicaban que las
cadenas montañosas pueden alcanzar su altura en tan poco tiempo como dos
millones de años, mucho más deprisa de lo que los geólogos suponían.
Garzione empleó una nueva aproximación a la paleoaltimetría, la ciencia
de medir la altura de las montañas en el pasado distante. Conforme la
montaña se eleva, sufre erosión, y eso complica la estimación de cuán
alta pudo haber sido en una época dada. Hasta esa investigación, los
geólogos estimaban el levantamiento de la superficie examinando fósiles
de hojas de vegetales para determinar la altitud hasta la que vivían, o
fechando cuándo ciertos minerales comenzaron a moverse con rapidez hacia
la superficie. Garzione, en cambio, se concentró en los productos de la
erosión. Conforme las montañas son erosionadas, los sedimentos son
arrastrados cuesta abajo por corrientes, y depositados en la base de la
cordillera. Durante su formación, la cadena montañosa experimenta
condiciones atmosféricas distintas debidas al cambio de altitud. Estos
cambios atmosféricos, como los de temperatura y de cantidad y
composición de la lluvia, quedan registrados en los minerales que se
forman cerca de la superficie a diferentes altitudes en los flancos de
la montaña.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10478/los_andes_no_se_formaron_de_manera_continua_y_gradual/
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