Un estudio de la Universidad de Michigan indica que una
enfermedad grave puede acabar con el 31 % de los matrimonios. El equipo
de investigadores, que dirigió Amelia Karraker, detectó que esto se da
más en parejas de más edad y cuando es ella la que enferma, y lo
interpretan como que las mujeres optan por el divorcio al no sentirse
arropadas por sus esposos en la lucha contra la enfermedad y prefieren
«acudir a amigos y otros familiares» para ser atendidas. En cambio,
ellas permanecen al pie del cañón cuando su pareja está enferma.
El estudio analizó 2.717 matrimonios y descubrió
que son fundamentalmente cuatro las enfermedades físicas graves que más
afectan a las relaciones de pareja -cáncer, problemas cardiacos,
problemas pulmonares y accidentes cardiovasculares-.
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