Los logros que se están consiguiendo en el laboratorio con las
células madre o con las iPS (células similares a las anteriores y
pluripotentes creadas por el Nobel Shinya Yamanaka), son muy numerosos y
diversos. Sin embargo, estos éxitos hay que enmarcarlos, de momento, en
el contexto de la experimentación y no de su aplicación como terapias.
Uno de los últimos ha sido el que han protagonizado investigadores de
varias universidades estadounidenses en el que demuestran que a partir de la piel de hombres estériles se pueden obtener células iPS que, inyectadas en testículos de ratones, dan lugar a células germinales, precursoras de espermatozoides.
Este nuevo paso en investigación celular, más que ayudar a generar una terapia para estos varones -algo que todavía no se puede hacer, ya que no hay ningún dato que demuestre que el uso de estas células sea seguro-,
será útil para ayudar a explicar las causas genéticas de la
infertilidad masculina y ofrecerá una ventana para conocer la biología
básica del esperma.
"Nuestros resultados son los primeros en ofrecer un modelo
experimental para estudiar el desarrollo del esperma", afirma Renee
Reijo Pera del Instituto de Biología de Células Madre y Medicina
Regenerativa y profesora de la Universidad del Estado de Montana (EEUU).
"Además, hay potencial para la aplicación de esta terapia celular en la
clínica, por ejemplo, para la generación de espermatozoides en un mayor
número y de más calidad en el laboratorio", aventura esta prestigiosa
investigadora.
Los problemas de fertilidad afectan al 10-15% de las parejas.
En un 30% de los casos, el factor masculino es el que está detrás de
esta incapacidad para tener hijos. A ese porcentaje hay que unir otro
20% en donde las causas son mixtas: tanto el hombre como la mujer tienen
algún problema para concebir. "Hoy en día hay pocos tratamientos para
mejorar la calidad del semen y su cantidad. Esta investigación es
prometedora, pero todavía preliminar. Habrá que esperar, por lo menos,
hasta ver si esta técnica es exitosa en primates", afirma Julio Herrero,
coordinador de Reproducción Asistida del Hospital Vall d'Hebron, en
Barcelona. Algo que reconoce el mismo equipo de Reijo en su artículo,
publicado en la revista Cell Reports,
en el que afirman que "se requieren futuros estudios para examinar la
eficiencia de este procedimiento en un receptor primate no humano para
promover la reconstitución completa de la espermatogénesis".
Porque el experimento en este caso consistió en tomar muestras de la piel de cinco hombres para transformarlas en células madre pluripotentes
o iPS. Tres de ellos tenían una mutación genética en su cromosoma Y que
les impide producir esperma (tenían azoospermia) y los otros dos eran
fértiles. Las células iPS de los cinco fueron transplantadas en los
túbulos seminíferos de los testículos de ratones, que previamente habían
sido modificados para que fueran estériles.
Lo que comprobaron fue que, una vez inyectadas en los testículos, las
iPS se fueron transformando en células madre espermatogénicas, es
decir, las precursoras de los espermatozoides. "En este modelo de
trasplante, hemos visto la mejor diferenciación a línea germinal que
habíamos observado hasta ahora. Estamos sorprendidos por la eficiencia. Nuestro sueño es utilizar este modelo para fabricar un mapa genético de diferenciación de células germinales humanas,
incluidas algunas en unos estadíos muy tempranos", adelanta Reijo. Y
aunque en el trabajo se comprobó que las iPS de los varones estériles
produjeron menos células germinales que las de los hombres fértiles, sí
que da esperanza para pensar que, en un futuro, este tipo de esterilidad
no sea impedimento para tener hijos.
Vía: http://www.elmundo.es/salud/2014/05/01/53615b1822601d7d128b457f.html
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