¿Por qué, una vez surgida la vida pluricelular, el tamaño de muchas de
las nuevas especies comenzó a incrementarse de manera sistemática? ¿Qué
ventaja ofreció este aumento en el tamaño?
A fin de intentar
ayudar a responder esa pregunta, el equipo de David Jacobs, de la
Universidad de California en la ciudad estadounidense de Los Ángeles
(UCLA), examinó los vestigios fósiles de las primeras comunidades de
organismos multicelulares grandes de las que se tiene conocimiento por
el registro fósil.
Estos científicos, de la citada universidad
así como de otras instituciones en Estados Unidos, Canadá y Australia,
utilizaron una novedosa aplicación práctica de las técnicas de modelado,
en una amplia gama de escalas, para intentar vislumbrar los procesos
que intervinieron en esta intrigante fase de la evolución de la vida en
la Tierra, una fase que comenzó en el medio acuático, donde se forjó la
vida compleja, y específicamente a gran profundidad en el océano de hace
580 millones de años.
El estudio revela que un incremento en el
tamaño proporcionó un mejor acceso al flujo oceánico portador de
nutrientes, dando una ventaja a los eucariotas pluricelulares que
existían antes de la explosión cámbrica de la vida animal.
La
investigación fue inspirada por un congreso del Instituto de
Astrobiología de la NASA, celebrado en Terranova, Canadá, un lugar
célebre en paleontología por albergar, en superficies rocosas a lo largo
de la costa, los restos de las comunidades fósiles más antiguas
conocidas de grandes organismos pluricelulares colectivamente llamados
rangeomorfos.
Estas criaturas exóticas, con forma que recuerda a la de una pluma o un
cepillo, tenían tamaños muy variados, midiendo desde varios milímetros
hasta decenas de centímetros de altura.
Estos rangeomorfos no podían beneficiarse de la fotosíntesis, dado
que vivían a profundidades extremas, donde la luz no podía llegar. Sus
complejas superficies sugieren que absorbían nutrientes disueltos,
directamente del agua, lo que plantea la cuestión de cómo los
rangeomorfos compitieron con las bacterias de aquella época, también
especializadas en la absorción de nutrientes del agua de mar.
Averiguar
las ventajas que los rangeomorfos tuvieron sobre las bacterias, gracias
a crecer hasta tamaños muy superiores a los de ellas, podría ayudar a
los científicos a descubrir qué fue exactamente lo que condujo hacia la
evolución de las primeras comunidades de grandes formas de vida
recogidas en el registro fósil.
Una ventaja, quizás la más
importante, parece que ha sido descubierta ya por los autores del nuevo
estudio. Jacobs y sus colaboradores han determinado que los rangeomorfos
disfrutaban de una ventaja al crecer lo suficiente en sentido vertical
en el fondo marino, ya que eso les exponía a un mayor flujo,
incrementando así su captación de nutrientes.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9541/aclarando_el_misterio_historico_del_tamano_de_la_vida/
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