Se ha creado un dispositivo, calificable como batería en algunos
aspectos y como célula de combustible en otros, que funciona con azúcar y
que posee una notable densidad de energía (la cantidad de energía que
puede ser almacenada para un peso dado de la batería). Esto abre las
puertas hacia una posible revolución futura en las pilas eléctricas,
donde muchas de las hoy más comúnmente usadas se podrían reemplazar por
baterías reutilizables más baratas e incluso biodegradables.
Esta
llamativa innovación es obra del equipo de Y.H. Percival Zhang, del
Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) en Blacksburg, Estados
Unidos.
Aunque se han desarrollado otras baterías de azúcar, la
creada por el equipo de Zhang tiene una densidad de energía un orden de
magnitud superior a las otras, permitiendo que funcione más tiempo antes
de que necesite ser rellenada.
Dentro de como mucho tres años,
la nueva batería de Zhang podría estar alimentando algunos de los
teléfonos móviles, tabletas, consolas de videojuegos, y demás aparatos
electrónicos portátiles que requieren energía en nuestro mundo tan
necesitado de ella.
El azúcar es el compuesto de almacenamiento
de energía perfecto en la naturaleza, tal como subraya Zhang. Así que es
lógico intentar aprovechar este potencial natural para producir una
batería en una forma respetuosa con el medio ambiente.
Sólo en Estados Unidos, se desechan miles de millones de baterías
tóxicas cada año, amenazando tanto al medio ambiente como a la salud
humana, según la Agencia estadounidense de Protección Ambiental (EPA).
El desarrollo de Zhang podría evitar que miles de toneladas de baterías
acaben arrojadas en vertederos.
Éste es uno de los muchos éxitos
de Zhang basados en usar una serie de enzimas mezcladas entre sí
formando combinaciones que no existen en la naturaleza. Entre las ideas
innovadoras de Zhang, destaca un método para extraer hidrógeno de una
forma económica y respetuosa para el medio ambiente, que puede
utilizarse para energizar vehículos.
En su trabajo más reciente, Zhang y sus colegas crearon una vía
enzimática sintética, sin parangón en la naturaleza, que se aprovecha de
los potenciales electroquímicos del azúcar para generar electricidad en
una célula de combustible enzimática. Se emplean enzimas
biocatalizadoras de bajo coste como catalizadores, en vez del costoso
platino, que se emplea habitualmente en las baterías convencionales.
Como
todas las células de combustible, la batería de azúcar combina
combustible (en este caso maltodextrina, un polisacárido obtenido a
partir de la hidrólisis parcial del almidón) con aire para generar
electricidad, así como agua como subproducto principal.
A
diferencia de las células de combustible de hidrógeno y de las células
de combustible de metanol directo, el uso de este azúcar no entraña
riesgo alguno de explosión o de fuego de por sí, y además posee una
mayor densidad de energía. Las enzimas y los combustibles utilizados en
el dispositivo son biodegradables.
La batería se puede también
rellenar y es posible añadirle azúcar en una operación no muy distinta a
la de rellenar con tinta un cartucho de impresora.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9578/exotica_bateria_de_azucar__con_gran_densidad_de_energia_y_no_contaminante/
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