Carlos Fernández Tornero es un científico del Centro de Investigaciones
Biológicas del CSIC, situado en Madrid (España), y autor de un
importante trabajo que hace poco más de tres meses fue publicado como
artículo principal de la revista Nature. En esta publicación, describe
la estructura atómica de la ARN polimerasa I (Pol I), una proteína
esencial para las células, cuya desregulación puede llegar a
desestabilizarlas. Este investigador colabora habitualmente con
investigadores del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG,
centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca), donde ha explicado
sus investigaciones.
“Es esencial comprender cómo funciona la
célula por dentro, así podremos manejarla en nuestro propio interés, por
ejemplo, diseñando fármacos”, comenta el experto en declaraciones a
DiCYT. Estas investigaciones se llevan a cabo con levaduras porque
“crecen muy bien y necesitamos grandísimas cantidades de estas proteínas
para poder llevar a cabo nuestros estudios”, comenta el científico del
Centro de Investigaciones Biológicas.
Los tres procesos
biológicos más importantes para la célula son: la replicación, que
consiste en copiar el ADN para la división celular; la transcripción,
que es el paso del ADN a ARN; y la traducción del ARN a proteínas, que
finalmente llevan a cabo las funciones de las células. Carlos Fernández
Tornero está interesado en el segundo, la transcripción, e intenta
“comprender la estructura de las ARN polimerasas y, a partir de ahí,
saber cómo funcionan”.
En esta segunda parte cuenta con la ayuda del laboratorio de Olga Calvo,
del IBFG. “Nosotros hacemos los estudios más estructurales y ellos la
parte funcional. Intentamos comprender la función a partir de la
estructura y ellos corroboran nuestros descubrimientos o nos sugieren
nuevas líneas de trabajo”, indica el investigador.
En el seminario de investigación que ha ofrecido en el centro salmantino
ha hecho referencia a la importante publicación de Nature. “Cuenta la
estructura de la ARN polimerasa I y todo lo que hemos comprendido sobre
la función de esa proteína”, indica. Se trata de una enzima esencial
porque sintetiza el ARN que luego formará el ribosoma, un orgánulo
fundamental para las células, “la máquina de sintetizar proteínas”.
Si
hay un problema de regulación de la ARN polimerasa I, “la célula se
vuelve un poco loca”, comenta el científico. De hecho, “se ha comprobado
que en cáncer está totalmente desregulada la transcripción de esta
proteína”. Por eso, ya hay una serie de fármacos específicos dirigidos a
inhibir la transcripción de Pol I. “Están en ensayos clínicos, pero
pueden llegar a ser un fármaco antitumoral”, apunta. “En el fondo, lo
que hemos aportado es una visión diferente de cómo funciona esta
proteína”, asegura.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9587/avances_en_la_comprension_de_la_estructura_del_arn/
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