Un grupo internacional de científicos, con
participación española, ha logrado regenerar en cerdos células cardíacas
dañadas tras un infarto de miocardio. Los resultados, que se han
conseguido gracias a la terapia génica, se publican en la revista
Science Translational Medicine. El avance, que primero se llevó a cabo
en ratones, ha sido probado en cerdos y consiste en la transferencia de
material genético a las células periféricas al infarto para su
regeneración.
Uno de los principales problemas de sufrir un
infarto de miocardio es que las células cardíacas de los mamíferos
afectadas no se regeneran. Los humanos no tienen capacidad para
regenerar estas unidades como respuesta al daño ocasionado. “Cuando una
persona tiene un infarto la zona dañada del corazón se muere, sus
células no se pueden recuperar”, cuenta a Efe Gabriela Guzmán, autora
del estudio e investigadora en el Hospital Universitario La Paz de
Madrid. Gracias a un estudio que primero fue probado en ratones, y ahora
en cerdos, los científicos han conseguido regenerar tejidos mediante
terapia génica.
Para revertir la situación que se produce después
de sufrir un infarto, los investigadores introdujeron ADN en aquellas
células del corazón del cerdo in vivo en la zona adyacente el infarto,
según explica Efe. “Mediante inserción de un determinado gen se
consiguió que las células se regeneraran. Lo que hicimos fue modificar
el ADN del virus con el gen que quisimos y lo inyectamos en el corazón”,
cuenta Guzmán. El procedimiento tuvo lugar gracias a la acción de un
virus, el citomegalovirus, “que sirvió de vector para hacer llegar ese
material genético a las células. Una vez dentro, el gen llamado Ciclina
A2 consiguió que las células comenzaran a regenerarse al provocar la
división de las células cardíacas y su crecimiento, lo que es
imprescindible para recuperar el tejido”, dice la investigadora.
Para realizar la investigación los científicos han
trabajado con dos grupos de cerdos. A uno de ellos se le inyectó el ADN
modificado y al otro no. Tras siete semanas de análisis controlado los
expertos observaron que “la función ventricular del corazón era
significativamente superior en los animales del primer grupo” y además
apuntaron evidencias de “nuevas células musculares cardíacas en las
áreas alrededor del ataque cardíaco”, cuenta Guzmán.
Guzmán afirma que esto es “luz de esperanza,
aunque queda mucho camino por recorrer para recuperar la función del
corazón”. Las enfermedades cardiovasculares suponen la primera causa de
muerte en el mundo desarrollado y, para la investigadora, “la gran
epidemia del siglo XX y del XXI”.
La terapia génica parece ser la solución para
regenerar músculo cardíaco y fortalecer los corazones de los pacientes
tras un ataque. Que continúe la investigación.
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