El dióxido de vanadio es un material que actualmente es muy valorado por
su extraordinaria capacidad para cambiar de tamaño, forma e identidad
física. Ahora, gracias a un nuevo avance tecnológico, el dióxido de
vanadio puede sumar fuerza muscular a la lista de sus cualidades.
Un
equipo de investigadores del Laboratorio Nacional estadounidense
Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en California, ha demostrado el
funcionamiento de un motor robótico, o más exactamente un músculo
artificial robótico, de tipo torsional y tamaño diminuto, hecho de
dióxido de vanadio. Ejerce una fuerza tal que, a igualdad de tamaños, es
mil veces mayor que la que ejerce un músculo humano. Este nuevo músculo
artificial puede lanzar objetos 50 veces más pesados que él a una
distancia cinco veces mayor que su longitud. Además, puede hacer eso con
suma rapidez, en tan solo 60 milisegundos.
Este músculo
artificial, desarrollado por el equipo del físico Junqiao Wu, obtiene su
fuerza de una transición de fase del dióxido de vanadio, mediante un
sistema de regulación térmico o electrotérmico. Tal como destaca Wu,
usando un diseño simple y materiales inorgánicos, él y sus colegas han
conseguido un dispositivo con una eficiencia en velocidad y en densidad
de potencia muy superior a las de los motores y accionadores usados hoy
en día en microsistemas.
Lo que hace al dióxido de vanadio tan codiciado en la industria
electrónica es que es uno de los pocos materiales conocidos que es
aislante a baja temperatura y que, abruptamente, se convierte en
conductor a los 67 grados centígrados. Este cambio de fase de aislante a
conductor, basado en la temperatura, se espera que algún día se pueda
aprovechar de forma práctica a escala industrial, para lograr
dispositivos electrónicos y ópticos más eficientes energéticamente y más
veloces.
Sin embargo, los cristales de dióxido de vanadio
también experimentan un cambio de fase estructural impulsado por la
temperatura: Al calentarse, se contrae rápidamente en una de sus
dimensiones mientras se expande en las otras dos. Esto hace al dióxido
de vanadio un candidato firme para el material ideal con el que fabricar
motores miniaturizados y multifuncionales, así como músculos
artificiales.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9607/musculos_artificiales_de_dioxido_de_vanadio_que_generan_mil_veces_mas_fuerza_que_los_musculos_humanos/
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