Gracias a la nanotecnología, hemos conseguido piel electrónica e
implantes de ojos electrónicos. Ahora la ciencia está a punto de lograr
bigotes electrónicos con capacidad sensorial, gracias a la creación
reciente de prototipos pioneros de sensores táctiles, hechos de
películas de nanotubos de carbono y nanopartículas de plata, que emulan a
los bigotes altamente sensibles de gatos y ratas. Estos nuevos
ciberpelillos responden a presiones tan bajas como 1 Pascal,
aproximadamente la ejercida por un billete de un dólar sobre la
superficie de una mesa. Entre sus muchas y múltiples aplicaciones, está
la de proporcionar a los robots nuevas habilidades para “ver” y “sentir”
su entorno.
Algunos mamíferos se valen de los pelos de sus
bigotes para vigilar el viento y circular por espacios reducidos y con
obstáculos.
Los ciberpelillos desarrollados por el equipo de Ali
Javey, del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Berkeley
(Berkeley Lab) en California, consisten en fibras elásticas recubiertas
con películas compuestas y conductoras de nanotubos y nanopartículas. En
las pruebas, estos bigotes fueron 10 veces más sensibles a la presión
que cualquiera de los sensores capacitivos y sensores de presión
resistivos anteriores de los que se tenga conocimiento.
En experimentos recientes para poner a prueba estos pelillos
electrónicos, el grupo de Javey los utilizó con éxito para cartografiar
con alta precisión en 2D y 3D el flujo de viento.
En el futuro,
los ciberpelillos podrían utilizarse para obtener información táctil
orientada a cartografiar espacios pequeños y todos los objetos presentes
en ellos. También es muy posible que conduzcan al desarrollo de
sensores que la persona podrá llevar encima con comodidad y que medirán
su ritmo cardiaco y su pulso.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9564/sensores_tactiles_para_robot_inspirados_en_los_pelos_del_bigote_de_roedores_y_gatos/
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