Los productos químicos sintéticos utilizados en el embalaje, el
almacenamiento y el procesamiento de los alimentos podrían ser
perjudiciales para la salud humana a largo plazo, advierten científicos
del medio ambiente en un artículo publicado en 'Journal of Epidemiology
and Community Health'. Según estos expertos, esto es así porque la
mayoría de estas sustancias no son inertes y pueden filtrarse en los
alimentos que comemos.
A pesar de que algunos de estos productos químicos están regulados,
las personas que comen alimentos envasados procesados son propensos a
estar expuestos crónicamente a niveles bajos de estas sustancias a lo
largo de sus vidas, advierte estos científicos. A su juicio, se sabe muy
poco sobre su impacto a largo plazo, incluso en las etapas cruciales
del desarrollo humano, como en el vientre.
Estos investigadores subrayan que la exposición de por vida a los
materiales en contacto con alimentos (FCM, por sus siglas en inglés),
sustancias utilizadas en el envasado, el almacenamiento, el
procesamiento o el equipo de preparación, "es un motivo de preocupación
por varias razones". Por ejemplo, apunta al hecho de que sustancias
tóxicas conocidas, tales como formaldehído, un causante de cáncer, se
utilizan legalmente en estos materiales, estando muy presente, aunque a
niveles bajos, en botellas de plástico utilizadas para bebidas gaseosas y
vajillas de melamina.
En segundo lugar, estos especialistas señalan otros productos
químicos que se sabe que interrumpen la producción de hormonas que
también están en FCM, como el bisfenol A, tributilestaño, triclosan y
los ftalatos. En tercer lugar, el número total de sustancias químicas
conocidas que se utilizan intencionadamente en los FCM supera las 4.000.
Los posibles cambios celulares causados por la FCM y, en particular,
los que tienen la capacidad de alterar las hormonas ni siquiera se están
considerando en los análisis toxicológicos de rutina, según los
autores, lo que les lleva a plantearse "serias dudas sobre la adecuación
de los procedimientos químicos".
No obstante, admiten que establecer una causa y efecto como resultado
de la exposición permanente y, en gran medida, invisible a FCM no será
una tarea fácil, sobre todo porque no hay poblaciones no expuestas con
las que comparar y no es probable que haya grandes diferencias en los
niveles de exposición entre los individuos y a través de ciertos grupos
de población.
De todas formas, reclaman con urgencia algún tipo de evaluación
basada en la población y biomonitoreo para desentrañar los potenciales
vínculos entre los productos químicos en contacto con alimentos y las
enfermedades crónicas como el cáncer, la obesidad, la diabetes y
trastornos neurológicos y inflamatorios.
Vía: http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/5557042/02/14/Los-quimicos-usados-en-alimentos-envasados-pueden-ser-daninos-para-la-salud.html
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