El Hospital Infanta Cristina de Badajoz ha implantado el primer
marcapasos sin cables del mundo. La intervención pionera también ha sido
realizada posteriormente por el hospital de La Paz de Madrid.
El dispositivo se coloca sin necesidad de cirugía y no lleva cables, como es habitual en este tipo de aparatos.
El implante se realiza a través de la vena femoral con ayuda de un
catéter orientable en un procedimiento clínico que tiene una duración
media de 28 minutos.
Se trata de una técnica menos invasiva, que evita la cicatriz y los
cables, necesarios en los marcapasos convencionales y que, en
definitiva, reduce las complicaciones asociadas al procedimiento
estándar. Está diseñado para ser recuperable, de manera que pueda
recolocarse fácilmente durante el procedimiento de implante y extraerse
más tarde, si fuera necesario.
Según han explicado en rueda de prensa los doctores José García
Guerrero y Joaquín Fernández de la Concha, responsables del primer
implante en el hospital pacense, la principal ventaja de este
marcapasos, de un tamaño algo superior al radio de una moneda de un
euro, radica en que reduce en gran medida las posibilidades de
infección.
El nuevo marcapasos mide menos del 10% del tamaño de un dispositivo
convencional (pesa unos 2 gramos y mide 42 mm de largo) y apenas ocupa
un volumen de 1 centímetro cúbico en el interior del corazón.
La implantación de este tipo de marcapasos se enmarca en el LEADLESS, un estudio clínico prospectivo,
con un único grupo y multicéntrico, que evalúa a pacientes a los que se
ha implantado el marcapasos sin cables. De los resultados, dependerá la
expansión de al tecnología.
Según las estimaciones, se espera que la batería tenga una vida media de nueve años con un funcionamiento al 100%, o de más de 13 años con un funcionamiento al 50%.
Los marcapasos se utilizan para tratar la bradicardia o ritmo
cardiaco demasiado lento. Estos dispositivos monitorizan el corazón y
proporcionan una estimulación eléctrica cuando los latidos son demasiado
lentos para las necesidades fisiológicas específicas de cada paciente.
En todo el mundo, más de 4 millones de personas llevan marcapasos u
otros dispositivos de control del ritmo cardiaco, y en Europa se implantan cada año a 325.000 pacientes.
Vía: http://www.elmundo.es/salud/2014/01/31/52ebb4eee2704e5e3c8b457b.html
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