Los adolescentes del sur de Europa -España, Italia y
Grecia- tienen una peor condición física (esto es, peor capacidad
cardiorespiratoria, peor fuerza y peor velocidad-agilidad) que los del
centro y el norte de Europa. Además de no tener una buena condición
física, un indicador del estado de salud, los jóvenes del sur son más obesos y presentan unos mayores niveles de grasa total y abdominal que los del centro-norte.
El autor principal de esta investigación es Francisco B.
Ortega, destaca que «el nivel de condición física de los adolescentes
ha demostrado ser un importante indicador de su estado de salud presente
y futuro, de ahí la relevancia de las diferencias encontradas entre sur
y centro-norte de Europa».
En la investigación coordinada por la UGR participaron un
total de 3.528 adolescentes del sur de Europa (habitantes de cuatro
ciudades de España, Italia y Grecia) y del norte-centro del continente
(de seis ciudades distintas). A todos ellos, los científicos les
realizaron una serie de pruebas para medir su forma física, su grasa
total y abdominal y su riesgo cardiometabólico. No hay que olvidar,
señala el investigador, que la zona abdominal es la que más se relaciona
con el «riesgo de enfermedades cardiovasculares». Además se valoraron factores de riesgo vascular clásicos: colesterol, tensión arterial, insulina, glucosa, etc.
Uno de los problemas cuando se trabaja en ciencias del
deporte, asegura Ortega, es la forma de medir los niveles de actividad
física, tanto de adultos como los niños. En la mayoría de las ocasiones
se hace mediante cuestionario, lo que, explica, tiene muchas
limitaciones y problemas asociados. Sin embargo, los avances
tecnológicos han mejorado este aspecto y en este trabajo se ha empleado
un «acelerómetro», para medir de forma objetiva la actividad física.
«Este aparato que se coloca en la cintura durante 7 días consecutivos
nos ofrece información detallada de lo que hace una persona cada
minuto».
La metodología empleada en estas 10 ciudades europeas,
pertenecientes a 9 países distintos, fue meticulosamente estandarizada y
se emplearon métodos objetivos, como es el caso de la valoración de la
actividad física, para lo que se usaron unos aparatos llamados
acelerómetros, que los adolescentes llevaron en la cintura durante 7
días seguidos. Estos acelerómetros facilitaron a los científicos
información sobre cuánto tiempo empleaban en actividades físicas de
diferente intensidad, así como en actividades sedentarias como ver la
televisión.
Ortega explica que otro de los principales hallazgos es que los adolescentes del sur de Europa también realizaban menos actividad física y más actividades sedentarias que los del norte,
lo que explicaba en gran parte su peor forma física. «Estos resultados
nos sugieren la importancia a nivel poblacional de realizar actividad
física para tener un nivel de forma física saludable». En este sentido,
Ortega comenta que un reciente estudio de la Comisión Europea ha
demostrado que España es uno de los países europeos que menos hora
dedica a la educación física en horario escolar. «Este puede ser uno de
los pilares por donde se puede empezar a trabajar».
Este estudio también ha puesto de manifiesto que la
prevalencia de obesidad y los niveles de grasa total y abdominal son
mayores en los adolescentes del sur. «No se demostró, sin embargo, que
esto se debiera a la menor actividad física realizada, ni a la dieta y
ni a algunos marcadores genéticos estudiados, por lo que no podemos
concluir cuál podría ser el motivo de esta mayor prevalencia de
obesidad», apunta el investigador de la UGR.
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