Cada vez está más claro que el desarrollo fetal influye en los
acontecimientos posteriores de la vida. Desde el riesgo cardiovascular
hasta las posibilidades de padecer distintas enfermedades pueden estar
condicionados por lo que se ha experimentado en el vientre materno o
poco después de salir del mismo. Ahora, un estudio publicado en la
revista BMJ Open,
demuestra que las características físicas de las niñas en el momento de
nacer pueden influir en las posibilidades de que sean infértiles de
mayores.
En concreto, afirma la investigación, nacer con menos peso del esperado (bajo peso según la edad gestacional) o menos talla de lo debido podría duplicar el riesgo de no poder tener hijos cuando se intente en la edad adulta.
Según los autores de la investigación, de la Linköping University (Suecia), se trata del primer estudio que relaciona las características físicas en el momento del nacimiento con la infertilidad posterior. Ellos mismos reconocen, sin embargo, que su trabajo tiene algunos puntos débiles, el más importante el escaso (y sesgado) número de participantes: 1. 293 mujeres heterosexuales nacidas en 1973 o posteriormente buscando ayuda para ser madres en una clínica concreta.
Sin embargo, el diseño del estudio cuenta con un punto a favor, frecuente en los trabajos nórdicos, los exhaustivos registros poblacionales que se conservan en dichas naciones. Con ellos, se pudo saber exactamente cuánto habían pesado al nacer todas las participantes y relacionar así ambos parámetros.
Y lo que los resultados dieron a conocer no deja lugar a dudas. Las mujeres que estaban buscando tratamiento para la infertilidad, siendo esta de origen femenino, tenían 2,4 veces más probabilidades de haber nacido con bajo peso, definido éste como menos de 2.500 gramos. Además, tenían 2,7 veces más posibilidades de haber sido pequeñas para su edad gestacional en comparación con aquellas que estaban en la misma clínica, pero por problemas de su pareja o por causas desconocidas. Por esta razón, los autores consideran que este factor se ha de tener en cuenta en la edad adulta, sobre todo si se tiene en cuenta que los avances médicos van a hacer que cada vez niñas nacidas con menos peso logren sobrevivir.
Los investigadores escriben sobre las posibles razones de esta asociación, aunque no llegan a ninguna conclusión. Eso sí, barajan la posibilidad de que se deba a que la restricción del crecimiento fetal influyen en la funcionalidad de los órganos reproductivos.
Sin embargo, los autores son claros en recomendar la realización de más trabajos en este campo. "Este estudio es el primero de este tipo, por lo que se necesitan más tanto para verificar estas posibles asociaciones como para determinar su naturaleza", concluyen.
En concreto, afirma la investigación, nacer con menos peso del esperado (bajo peso según la edad gestacional) o menos talla de lo debido podría duplicar el riesgo de no poder tener hijos cuando se intente en la edad adulta.
Según los autores de la investigación, de la Linköping University (Suecia), se trata del primer estudio que relaciona las características físicas en el momento del nacimiento con la infertilidad posterior. Ellos mismos reconocen, sin embargo, que su trabajo tiene algunos puntos débiles, el más importante el escaso (y sesgado) número de participantes: 1. 293 mujeres heterosexuales nacidas en 1973 o posteriormente buscando ayuda para ser madres en una clínica concreta.
Sin embargo, el diseño del estudio cuenta con un punto a favor, frecuente en los trabajos nórdicos, los exhaustivos registros poblacionales que se conservan en dichas naciones. Con ellos, se pudo saber exactamente cuánto habían pesado al nacer todas las participantes y relacionar así ambos parámetros.
Y lo que los resultados dieron a conocer no deja lugar a dudas. Las mujeres que estaban buscando tratamiento para la infertilidad, siendo esta de origen femenino, tenían 2,4 veces más probabilidades de haber nacido con bajo peso, definido éste como menos de 2.500 gramos. Además, tenían 2,7 veces más posibilidades de haber sido pequeñas para su edad gestacional en comparación con aquellas que estaban en la misma clínica, pero por problemas de su pareja o por causas desconocidas. Por esta razón, los autores consideran que este factor se ha de tener en cuenta en la edad adulta, sobre todo si se tiene en cuenta que los avances médicos van a hacer que cada vez niñas nacidas con menos peso logren sobrevivir.
Los investigadores escriben sobre las posibles razones de esta asociación, aunque no llegan a ninguna conclusión. Eso sí, barajan la posibilidad de que se deba a que la restricción del crecimiento fetal influyen en la funcionalidad de los órganos reproductivos.
Sin embargo, los autores son claros en recomendar la realización de más trabajos en este campo. "Este estudio es el primero de este tipo, por lo que se necesitan más tanto para verificar estas posibles asociaciones como para determinar su naturaleza", concluyen.
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