Unos biotecnólogos han construido un circuito regulatorio genético a
partir de componentes humanos que monitoriza los niveles de grasa en
sangre. En respuesta a niveles excesivos, produce una sustancia
mensajera que envía al cuerpo la señal de saciedad. Las pruebas en
ratones obesos mostraron que esto los ayudó a perder peso.
La
humanidad tiene problemas con el peso, y no sólo en las naciones que
llevan muchos años industrializadas, sino que la prosperidad creciente
en muchos otros países va de la mano con un estilo de vida que tiene
entre sus consecuencias negativas un aumento excesivo de peso. Según la
Organización Mundial de la Salud, más de la mitad de la población en
muchas naciones industrializadas tiene sobrepeso, y una de cada tres
personas lo tiene de modo extremo. Los alimentos altos en grasas y en
calorías no sólo dejan su marca en la barriga, las caderas y el trasero,
sino que también dejan sus huellas nocivas en la sangre, donde circulan
grasas varias ingeridas con los alimentos. El incremento en la cantidad
de grasa que circula con la sangre también se ve como un factor de
riesgo para ataques cardíacos y derrames cerebrales.
El equipo de
Martin Fussenegger, del Departamento de Ciencia e Ingeniería de
Biosistemas en Basilea, perteneciente al Instituto Federal Suizo de
Tecnología en Zúrich (también conocido como Escuela Politécnica Federal
de Zúrich), ha desarrollado ahora un sistema de alarma y tratamiento
tempranos. Se trata de un circuito genético implantable, compuesto
principalmente de componentes genéticos humanos. El dispositivo vigila
constantemente los niveles de grasa circulante en sangre, y es capaz de
liberar un mensajero químico cuando percibe altos niveles de grasa en
sangre. Dicha sustancia mensajera genera en el cuerpo una sensación de
saciedad.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/9119/dispositivo_implantable_para_adelgazar/
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