lunes, 28 de abril de 2014

Cuando los sentidos nos engañan acerca de nuestro propio cuerpo

[Img #19534]Nuestros cuerpos están hechos de carne y hueso. Esto todos lo sabemos, y en nuestra experiencia diaria, todos nuestros sentidos nos brindan constantemente información que refuerza este hecho tan obvio. Pero, ¿hasta qué punto lo que nos transmiten nuestros sentidos puede influir en nuestro grado inconsciente de convencimiento de esta verdad?
Un nuevo y llamativo estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Bielefeld en Alemania, el Instituto Max Planck de Cibernética Biológica en Alemania, y la Universidad de Milán-Bicocca en Italia, revela lo asombrosamente fácil y rápido que es inducir en personas una sensación tan irreal y absurda como la de tener una mano de mármol. La persona, por supuesto, sabe perfectamente en todo momento que su mano es de carne y hueso, pero al mismo tiempo siente como si su mano fuese más de mármol que de carne y hueso. Es como una ilusión óptica pero centrada en la percepción de una parte del propio cuerpo.
A fin de inducir esa ilusión sensorial sobre las propiedades de los materiales de los que está hecha la mano, el equipo de Cesare V. Parise e Irene Senna, de la Universidad de Bielefeld, pidió a voluntarios que se sentaran frente a una mesa con sus manos colocadas sobre ésta. Reiteradamente, los investigadores golpearon con suavidad la mano derecha de los participantes con un martillo pequeño, sustituyendo el sonido natural del martillo contra la piel por el sonido de un martillo que golpeaba un pedazo de mármol. En cuestión de minutos, los sujetos de estudio comenzaron a sentir sus manos más rígidas, pesadas y duras, menos sensibles, y poco naturales.
Para percibir nuestros cuerpos y el mundo que nos rodea, nuestro cerebro combina constantemente la información recibida por diferentes sentidos con el conocimiento previo obtenido de la memoria. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las propiedades del cuerpo, que con frecuencia cambian con el tiempo (como por ejemplo la postura), la composición de nuestro cuerpo nunca cambia. Por tanto, en principio no sería necesario que el cerebro intentara constantemente inferir de qué está hecho el cuerpo.
Esta novedosa y extravagante ilusión corporal, la de tener una mano de mármol, demuestra que el material del que percibimos que está hecho nuestro cuerpo, sin duda la característica más estable de nuestra persona, puede variar rápidamente a través de la integración multisensorial. Además, muestra que incluso la ilusión corporal puede hacer que se le atribuyan al cuerpo sonidos de impacto contra materiales no biológicos, como el mármol y el metal, como si el material constituyente del cuerpo pudiera ser modificado. Esta sorprendente plasticidad perceptiva podría ayudar a explicar por qué las prótesis pueden ser asimiladas rápidamente por el usuario como una parte integrante de su cuerpo, o por qué la gente experta en el manejo de una herramienta siente que la mejor definición de su habilidad con ella es la de que es como una prolongación de su cuerpo, aun estando tales prótesis y herramientas hechas de materiales no biológicos.

Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10223/cuando_los_sentidos_nos_enganan_acerca_de_nuestro_propio_cuerpo/

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